El multimillonario gestor de fondos de cobertura, George Soros, utilizó su plataforma en el Foro Económico Mundial de Davos esta semana para repetir las advertencias de que las tensiones con China y Rusia podrían estallar en una Tercera Guerra Mundial.
Soros dijo que la invasión rusa de Ucrania podría haber iniciado ya la guerra y que Occidente debería actuar para derrotar decisivamente a Rusia ahora para evitar un mayor derramamiento de sangre más adelante.
«La invasión [de Ucrania] puede haber sido el comienzo de la Tercera Guerra Mundial y nuestra civilización podría no sobrevivir a ella», dijo Soros en Davos.
El líder ruso, Vladimir Putin, indicó que a través de la ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) Estados Unidos estaba utilizando a Ucrania para amenazar a Rusia y que Moscú tenía que defenderse de la persecución de la población de habla rusa situada en las regiones del este de Ucrania.
Ucrania y sus aliados occidentales rechazan tales afirmaciones como un pretexto infundado para invadir y conquistar, ya que Ucrania no estaba en consideración para el ingreso en la OTAN y no podía optar de ninguna manera debido a que no controla sus territorios más orientales en el Donbás y Crimea.
Los comentarios de Soros demostraron una adhesión con este último punto de vista y una reafirmación de la posición que exponen algunos, según la cual Rusia debería sufrir una derrota humillante para ser disuadida de una nueva conquista.
«La mejor y, quizás, la única manera de preservar nuestra civilización es derrotar a Putin lo antes posible», dijo Soros. «Eso es lo esencial».
Sociedades «abiertas» y «cerradas» en una nueva guerra mundial
Los comentarios se hicieron eco de declaraciones similares que Soros hizo en un artículo de opinión en marzo. Esta vez Soros enmarcó la creciente asociación entre Rusia y China contra Occidente como una batalla entre el autoritarismo y la democracia abierta, diciendo que el mundo estaba atrapado en una guerra entre las «sociedades abiertas» democráticas y las «sociedades cerradas» autoritarias.
«Los regímenes represivos están ahora en ascenso y las sociedades abiertas están asediadas», dijo Soros. «Hoy en día, China y Rusia representan la mayor amenaza para la sociedad abierta», añadió.
Los comentarios de Soros se centraron en la asociación entre el Kremlin y el Partido Comunista Chino (PCCh), que ha crecido desde febrero cuando Putin y el líder chino Xi Jinping anunciaron un acuerdo «sin límites» entre sus respectivos países.
Desde entonces el PCCh ha suscitado la condena internacional por su negativa a condenar la guerra en Ucrania, así como por su negativa a aceptar como legítimas las sanciones financieras multilaterales contra Rusia. El PCCh tampoco se ha referido a la guerra en Ucrania como una «invasión» y censura fuertemente los temas de conversación negativos sobre Rusia dentro de su territorio.
También hay informes de que China llevó a cabo un ciberataque contra Ucrania el día antes de la invasión rusa y que Beijing estaba considerando enviar apoyo militar a Rusia, aunque no está claro cuáles fueron las fuentes iniciales de dicha inteligencia.
En este sentido, los responsables de los servicios de inteligencia de Estados Unidos han expresado su convencimiento de que la asociación entre el Kremlin y el PCCh no hará más que profundizarse en la próxima década.
¿Una buena guerra?
Para ello, Soros dijo que creía que Putin intentaría pronto negociar un alto el fuego, aunque Putin ha declarado previamente que la guerra, a la que se refiere como una «operación militar especial», se está desarrollando según el plan.
Soros sugirió, sin embargo, que Occidente debería rechazar esa paz.
«Ya que el alto el fuego es inalcanzable porque no se puede confiar en él [Putin]», dijo Soros. «Cuanto más débil se vuelve Putin, más imprevisible se vuelve».
Los comentarios de Soros van en contra de la aparente búsqueda del gobierno de Joe Biden sobre maneras de dar a Rusia una rampa de salida para terminar la guerra rápidamente y sin arriesgarse a una mayor escalada o a sangre y muertes innecesarias.
El exsecretario de Estado, Henry Kissinger, expresó su apoyo a esa búsqueda a principios de esta semana, durante su propio discurso en Davos.
Kissinger dijo que Ucrania debería ceder a Rusia su territorio perdido en el este del país para lograr un rápido fin de la guerra. Si Occidente buscara una derrota aplastante o humillante de Rusia a toda costa, Putin sería más propenso a realizar actos extremos o desesperados, como el uso de un arma nuclear táctica, añadió.
«Las negociaciones deben comenzar en los próximos dos meses antes de que se creen trastornos y tensiones que no se superaren fácilmente», dijo Kissinger. «Perseguir la guerra más allá de ese punto no sería sobre la libertad de Ucrania, sino una nueva guerra contra la propia Rusia».
¿El ascenso del «Osodragón»?
La sugerencia de Soros de que el mundo está abocado a una nueva guerra mundial y el reproche de Kissinger a la idea demuestran los polémicos argumentos actualmente en juego sobre la mejor manera de prevenir el ascenso de lo que algunos expertos denominan el «Osodragón«. Es decir, una China y una Rusia unidas económica y militarmente que podrían plantear a Estados Unidos una crisis de seguridad como nunca se ha visto.
En el centro de la cuestión está cómo podría Occidente evitar que se produzca una situación así. Algunos, como Soros, dicen que la clave es la derrota completa y temprana de Rusia. Otros, como Kissinger, dan crédito a la idea de que los actuales esfuerzos de Occidente por eliminar totalmente a Rusia del orden internacional sólo la empujarán más hacia los brazos abiertos de China.
Para Soros, el problema no es complejo. El «Osodragón» ya existe y no se puede evitar.
«Los dos dictadores, Putin y Xi, [están] ahora unidos en una alianza», dijo Soros añadiendo que los dos estaban «destinados a fracasar».
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