Un spa que durante años sólo ha atendido a mujeres debe admitir a hombres con pene si afirman ser mujeres, ha dictaminado un juez.
Los derechos constitucionales de los propietarios, empleados y clientes del Olympus Spa del estado de Washington no se infringieron cuando las autoridades del estado ordenaron al establecimiento que prestara servicios a «mujeres transexuales» con genitales masculinos, declaró la juez del Tribunal de Distrito de Washington Barbara Jacobs Rothstein en una sentencia dictada el 5 de junio.
Sus propietarios, que son cristianos, describieron el spa como concebido sobre la base de la creencia de que «un hombre y una mujer no deben estar normalmente el uno en presencia del otro desnudos, a menos que estén casados», según una demanda presentada por los propietarios.
Muchos de los servicios que presta el spa requieren que las clientas estén completamente desnudas, y las empleadas que trabajan en él son todas mujeres.
Exigir la admisión de hombres que dicen ser mujeres viola los derechos otorgados por la Primera y la Decimocuarta Enmiendas de la Constitución de EE. UU., que garantizan la libertad de expresión, el libre ejercicio de la religión y la protección de la Declaración de Derechos a la libre asociación, afirmaron los propietarios, trabajadores y clientes del spa.
Rothstein discrepó, al considerar que la ley estatal «no discrimina a primera vista, y no favorece por sus términos una religión concreta o el no ejercicio de la religión».
Eso significa que la ley sobrevive si está racionalmente relacionada con un propósito gubernamental legítimo. Rothstein dijo que la finalidad legítima de la ley es, como se indica en ella, proteger «el bienestar público, la salud y la paz de la población de este estado».
También dijo que la Comisión de Derechos Humanos de Washington, que investiga las denuncias de infracciones de la ley, en su orden al spa de eliminar el lenguaje sobre admitir sólo a «mujeres biológicas», no vulneró los derechos de los demandantes.
«El discurso obligado que señala Olympus Spa es ‘claramente incidental’ a la regulación [de la ley] de la conducta discriminatoria», dijo Rothstein.
Citó una sentencia de la Corte Suprema de EE. UU. según la cual el Congreso «puede prohibir a los empresarios que discriminen en la contratación por motivos de raza», y «que esto obligue a un empresario a retirar un cartel que diga ‘Sólo solicitantes blancos’ difícilmente significa que la ley deba analizarse como una ley que regula el discurso del empresario y no su conducta».
La alegación de libre asociación tampoco prosperó porque el único requisito exigido a los clientes era que fueran mujeres, lo que queda fuera de la protección basada en la libertad de asociación, dijo el juez.
«El Tribunal no minimiza los problemas de privacidad que entran en juego cuando las empleadas realizan masajes exfoliantes a clientas desnudas. Sin embargo, aparte de la desnudez, no hay nada privado en la relación entre Olympus Spa, sus empleadas y los desconocidos que entran por la puerta en busca de un masaje», dijo. «Tampoco hay nada selectivo en la asociación en cuestión más allá de la política de ‘mujeres biológicas’ de Olympus Spa. Por lo tanto, al Tribunal no le resulta difícil concluir que los vínculos personales implicados aquí son demasiado atenuados para merecer protección constitucional».
Los abogados del Estado y de los demandantes no respondieron a las solicitudes de comentarios.
El spa puede presentar una demanda modificada en un plazo de 30 días, dijo el juez.
Supuesta discriminación
La situación empezó cuando Haven Wilvich, un hombre que se identifica como mujer pero no se ha sometido a cirugía de cambio de sexo, presentó una queja ante la comisión estatal, alegando que la política del spa infringía la ley estatal contra la discriminación.
Wilvich alegó que el spa «me negó los servicios y declaró que las mujeres transexuales sin cirugía no son bienvenidas porque podría incomodar a otras clientes y al personal».
La política del spa dicta que sólo se admitan mujeres mayores de 13 años.
Una investigación realizada por los propietarios del balneario no encontró pruebas de que Wilvich hubiera estado nunca en el spa, que tiene instalaciones en Tacoma y Lynnwood y lleva funcionando más de 20 años. Myoon Woon Lee, uno de los propietarios del balneario, también expresó su preocupación por el hecho de que exponer a las clientas, especialmente a las menores, a los genitales masculinos pudiera exponer al spa a sanciones penales basadas en las leyes estatales que rigen la conducta lasciva y la indecencia pública.
No obstante, la comisión determinó que la política infringía la ley, que establece en parte que las personas tienen «derecho a no ser discriminadas por… orientación sexual».
«Cuando las normas de vestimenta y aseo personal se aplican únicamente a una clase protegida y se aplican específicamente por la condición de clase protegida, las normas son discriminatorias», dijo un representante de la comisión al spa en una carta. «Éste es el caso de la política del Olympus Spa, que deniega los servicios a las mujeres transexuales que no se han operado, específicamente porque su aspecto físico no es ‘coherente’ con la concepción tradicional de la mujer biológica».
El representante advirtió que el spa debía eliminar de su sitio web el lenguaje sobre atender únicamente a mujeres biológicas y recibir formación basada en los materiales proporcionados por la comisión, o podría ser procesado.
Lee y otras personas interpusieron entonces la demanda, alegando que el estado estaba vulnerando sus derechos.
En la demanda, los propietarios del balneario afirmaron que se permitía la entrada al spa a cualquiera que «se presentara desnudo como mujer», incluidos, en teoría, los varones que se identificaran como mujeres pero se hubieran sometido a cirugía. Asimismo, las mujeres que se hubieran sometido a cirugía para obtener genitales masculinos no podrían entrar, dijeron los propietarios.
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