Cameron Underwood, es un joven residente en California que disfrutaba de la práctica de deportes al aire libre como la pesca y el snowboard, y que trabajó como soldador y maquinista antes de su intento de suicidio en 2016 que le deformó el rostro y le cambió la vida.
La bala con la que intentó quitarse la vida lo dejó sin la mayor parte de su mandíbula inferior y su nariz. También tenía daños en la parte superior de su cara, y la lesión afectó gravemente su capacidad para llevar una vida normal, de acuerdo con la Universidad de Nueva York Langone Health en Manhattan.
Para tratar de enmendar su sufrimiento se sometió a una primera cirugía que falló, y luego intentó una segunda, que le ha devuelto todo el deseo de vivir.
En enero de 2018, el médico cirujano Eduardo D. Rodríguez, presidente del Departamento de Cirugía Plástica de Hansjörg Wyss en la universidad de Nueva York, le realizó el trasplante de cara con el que le reemplazó gran parte del rostro y las mandíbulas superior, media e inferior, dándole a Cameron una segunda oportunidad de vida.
«Cuando conocimos a Cameron estábamos seguros de que podíamos mejorar su apariencia y, lo que es más importante, su función y calidad de vida», dijo el Dr. Rodríguez.
La cirugía comenzó en la mañana del viernes 5 de enero, duró aproximadamente 25 horas y concluyó la mañana siguiente. Participaron más de 100 profesionales médicos, entre cirujanos, enfermeras y otros miembros del personal de salud.
Cameron Underwood was injured from a self-inflicted gunshot wound, which left him in need of a #facetransplant. Plastic surgeon Dr. Eduardo D. Rodriguez completed a successful face transplant surgery on Cameron in January 2018. His miraculous comeback. https://t.co/qGvEIEKKX1 pic.twitter.com/EsPUrADWW9
— NYU Langone Health (@nyulangone) 29 de noviembre de 2018
Durante la cirugía, el médico trasplantó y reconstruyó la mandíbula superior e inferior de Cameron, incluidos los 32 dientes y las encías; el cielo y el piso de la boca, los párpados inferiores y la nariz fueron reemplazados, y la lengua necesitó una reconstrucción.
Ahora, 10 meses después de la cirugía y 2 años después de dispararse en un intento de suicidio, Cameron y su cirujano ofrecieron una conferencia de prensa en la que el joven mostró la radical transformación que tuvo después de haberse sometido a la operación.
La vida de Cameron Underwood cambió por completo desde que tuvo su trasplante de rostro ya que, según relató, ya no recibe tantas «miradas y preguntas de extraños».
«Ya tengo una nariz, una boca y por lo tanto puedo sonreír, hablar y comer alimentos sólidos otra vez», dijo.
Hubo otro factor que ayudó mucho en la recuperación de Cameron. Pasaron solo solo 18 meses desde que ocurrió la lesión hasta el trasplante de cara.
«Cameron no ha vivido con su lesión durante una década o más, como la mayoría de los otros receptores de trasplantes de cara», explicó el Dr. Rodríguez.
«Como resultado, no ha tenido que lidiar con muchos de los problemas psicosociales a largo plazo que a menudo conducen a problemas como depresión severa, abuso de sustancias y otros comportamientos potencialmente dañinos».
«Estoy muy agradecido de tener un trasplante de cara porque me da una segunda oportunidad en la vida», dijo.
La historia de Cameron culminó con el encuentro de la familia de su donante en una reunión muy emocional, que tuvo lugar menos de un año después de que se realizó el transplante que cambió su vida.
Desde el primer trasplante de cara en 2005 se han realizado más de 40 trasplantes en todo el mundo.
NYU Langone Health es uno de los pocos centros médicos en Estados Unidos -y el único en el estado de Nueva York- con un programa dedicado al trasplante de cara.
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