El gobierno de México citó a la encargada de negocios de Bolivia a un encuentro el jueves para que brinde una explicación, en medio de denuncias de las autoridades mexicanas acerca de un supuesto incremento del acoso a sus sedes diplomáticas en la capital boliviana.
Las tensiones diplomáticas entre los dos países han aumentado en los últimos días. México acogió en noviembre como refugiado al expresidente boliviano Evo Morales tras su renuncia por las protestas generadas en las pasadas elecciones de octubre, donde hubo denuncias de fraude. El exmandatario está ahora como refugiado en Argentina.
El gobierno de transición en Bolivia ha rechazado la postura de México y lo ha acusado de entrometerse en los asuntos internos de la nación andina. La canciller, Karen Longaric, dijo recientemente que no asistirá a la cumbre de la CELAC organizada en México y prevista para comienzos de enero.
El miércoles, el gobierno mexicano había llamado a las autoridades de Bolivia a detener el «hostigamiento y la intimidación» a su personal diplomático en la ciudad La Paz.
Las quejas de México sobre una mayor vigilancia policial alrededor de su embajada comenzaron el lunes.
«México reitera su exigencia al Estado Plurinacional de Bolivia para que cumpla con sus obligaciones internacionales, garantizar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y cesar la política de hostigamiento y amedrentamiento», afirmó la Secretaría de Relaciones Exteriores en un comunicado.
De acuerdo con la estatal Agencia Boliviana de Información, autoridades de esa nación explicaron en la víspera que la mayor vigilancia busca resguardar el inmueble debido a que alberga a los aliados de Morales.
México dijo el miércoles que actualmente nueve personas se encuentran bajo su protección en la sede diplomática, entre ellas cuatro sobre las que pesan órdenes de aprehensión. Entre estos está Juan Ramón Quintana, exministro de la Presidencia, y otros cinco exministros.
Maximiliano Reyes, subsecretario de la cancillería para América Latina, subió en la medianoche del pasado martes a su cuenta de Twitter fotos de patrullas que, según dijo, estaban llegando en esos momentos “a las inmediaciones” de la sede diplomática y que, a su juicio, suponen un “asedio” al lugar.
A esta hora se mantiene el asedio a las instalaciones diplomáticas de ?? en ?? pic.twitter.com/TYtetfdein
— Maximiliano Reyes Zúñiga (@maximilianoreyz) December 25, 2019
Poco antes, el funcionario aludió a «los planes de intervención» tanto a ese inmueble como a la embajada y dijo que México se encontraba en «alerta permanente ante las acciones de hostilidad» en su contra, hechos que este país denunció el lunes ante la Organización de Estados Americanos y que Bolivia niega.
En un comunicado emitido el martes por la tarde, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México responsabilizó a las autoridades bolivianas lideradas por la presidente interina, Jeanine Añez, de cualquier afectación a sus inmuebles, al personal acreditado en el país y a quienes tiene bajo su protección.
El miércoles, la cancillería mexicana hizo un llamado a su contraparte boliviana a facilitar los salvoconductos necesarios para que los acogidos en su sede diplomática puedan salir del país.
El viceministro de Seguridad Ciudadana de Bolivia, Willson Santamaría, insistió en que no dejarán que nadie ayude a «fugitivos» a salir del país.
«Hemos tomado las previsiones necesarias para que los dispositivos de seguridad rastreen y detecten inmediatamente cualquier ayuda, complicidad, para coadyuvar a que los fugitivos abandonen el país», dijo el martes. «Eso no lo vamos a permitir», agregó.
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