Los fuertes vientos de Santa Ana del sur de California seguirán azotando la región durante los próximos días, creando lo que el Servicio Meteorológico Nacional llamó una «situación particularmente peligrosa», ya que miles de bomberos comienzan su segunda semana de lucha contra intensos incendios forestales que están quemando la región.
En las primeras horas de la mañana del 13 de enero, mientras los bomberos se apresuraban a contener los mortíferos incendios de Palisades y Eaton, estaba en vigor un aviso de viento para el oeste del condado de Los Ángeles y gran parte del condado de Ventura.
Las llamas han quemado más de 37,000 acres y está confirmado que se han cobrado al menos 24 vidas hasta la fecha, mientras que 23 personas continúan desaparecidas.
El incendio de Hurst, que no ha sido mortal, dejó su huella en unas 800 acres, y está a punto de ser contenido por completo.
En cambio, para intentar controlar el incendio Palisades, las autoridades locales y estatales informaron en una rueda de prensa celebrada el 13 de enero, de que se habían desplegado 5000 bomberos, y otros 3000 se desplegaron para luchar contra el incendio Eaton.
Se espera que rachas de viento de hasta 70 millas por hora vuelvan a la región a las 4 a.m. hora local del 14 de enero, dando a los funcionarios y a los equipos de emergencia una breve ventana de tiempo para prepararse.
El sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna, declaró que las autoridades están «absolutamente mejor preparadas» para las condiciones meteorológicas que se avecinan que una semana antes.
Una serie de incendios se desataron a contar del 7 de enero, cuando los fuertes vientos de Santa Ana se combinaron con temperaturas cálidas y baja humedad para crear una tríada de condiciones meteorológicas extremas.
Los aviones de extinción se vieron obligados a permanecer en tierra porque los vientos sostenidos superaron las 80 millas por hora y las ráfagas alcanzaron las 100 millas por hora, lo que limitó los esfuerzos de contención.
Las autoridades dijeron que esta semana podría haber problemas de nuevo si las ráfagas de viento superan 30 millas por hora o los vientos sostenidos sean superior a 40 millas por hora.
Las áreas con alertas rojas se han extendido tan al norte como San Luis Obispo y hasta Monte Vista.
Se prevé que las zonas montañosas al norte y al oeste de Los Ángeles se enfrenten a los vientos más feroces, incluyendo el oeste de las montañas de Santa Mónica, el oeste de las montañas de San Gabriel, las montañas de Santa Susana, y las del sur del condado de Ventura, así como los valles circundantes.
El corredor a lo largo de la Interestatal 5 será otra zona que habría que evitar.
Una vez que los vientos aumenten, no se espera que disminuyan de nuevo hasta el mediodía del 15 de enero. El resultado podría ser una tormenta de fuego.
«Áreas con alerta roja (…) tendrán un alto riesgo de grandes incendios con muy rápida propagación del fuego, el comportamiento de fuego extremo, y un foco de largo alcance», advirtió el Servicio Meteorológico Nacional la tarde del 12 de enero.
Aun así, no se espera que las condiciones alcancen el nivel de destrucción visto la semana pasada, cuando las llamas avivadas por vientos feroces arrasaron gran parte del exclusivo barrio de Pacific Palisades en Los Ángeles.
Se cree que el incendio de Palisades, con diferencia el mayor de los tres restantes, ha causado ocho de las muertes confirmadas. Pero las autoridades esperan que la cifra de muertos aumente a medida que continúen realizando los registros cuadriculados de las casas arrasadas con equipos de perros rastreadores de cuerpos.
Las autoridades también crearon una base de datos en línea de viviendas dañadas y destruidas para que los evacuados puedan buscarlas. Luna, sin embargo, advirtió a los residentes que no volvieran a sus casas.
«La gente dice: ‘Solo quiero ir a ver mi casa y quiero ver lo que queda’. Lo sabemos, pero tenemos gente buscando literalmente los restos de sus vecinos. Por favor, tengan paciencia con nosotros», dijo Luna, señalando que todavía hay riesgos de seguridad en la zona.
Los incendios destruyeron más de 12,000 estructuras.
No se descarta que los incendios fueran provocados.
Con la colaboración de Jacob Burg y Travis Gillmore.
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