Un profesor de la Universidad de California (UC), en Irvine, dijo que fue suspendido después de impugnar una norma de vacunación del sistema universitario que no discrimina a personas con inmunidad natural.
El Dr. Aaron Kheriaty, profesor de psiquiatría y director del programa de ética médica de la UC Irvine, presentó la demanda contra el sistema de la UC en agosto. Dijo que se ha recuperado del COVID-19 y ha desarrollado una inmunidad duradera contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) que lo causa, alegando que la política de vacunación de la universidad no solo es injusta para él y para las personas, sino también una violación a sus derechos de la Decimocuarta Enmienda.
La política de vacunación fue confirmada por un juez federal, que dictaminó el mes pasado que el sistema de la UC «actuó racionalmente para proteger la salud pública al imponer la vacuna y no eximir a los individuos con cierto nivel de inmunidad a una infección».
En la última actualización a través de su boletín personal, Kheriaty dijo que la UC Irvine no sólo lo ha puesto en «licencia» por no cumplir con el requisito de vacunación, sino que también le prohibió trabajar en el campus o desde su casa.
«Mientras esté de licencia, no debe realizar ningún trabajo para la universidad», se lee en un aviso de la universidad. «No debe estar presente en las instalaciones del campus de la UC Irvine en Irvine, California, ni en ningún espacio clínico que sea propiedad de la Universidad de California en Irvine, o que esté operado por ella».
«Puede que pienses que un mes de permiso remunerado no suena tan mal. Pero el lenguaje es engañoso», explicó Kheriaty, señalando que una parte importante de sus ingresos implica trabajar en las clínicas de la universidad. «Además, mi contrato estipula que no puedo atender a ningún paciente fuera de la Universidad: Ver a mis pacientes actuales, o recuperar mis pérdidas mediante el pluriempleo como médico en otro lugar, violaría los términos de mi contrato».
Kheriaty dijo que no le sorprendió que la universidad iniciara inmediatamente los procedimientos para despedirlo después de la victoria judicial, pero no esperaba que al no poder trabajar en la universidad se le impidiera trabajar en otro lugar. El profesor describe la situación como un esfuerzo para obligarlo a renunciar con el propósito de anular su demanda.
El profesor dijo que no tiene la intención de renunciar o retirar la demanda, advirtiendo que es un momento crucial donde la gente debe resistir los intentos de las instituciones de «sentar precedentes peligrosos e injustos».
«Los precedentes de hoy podrían facilitar más tarde normas aún más coercitivas y violaciones a las libertades civiles por parte de funcionarios no electos, realizadas durante un ‘estado de excepción’ declarado o de emergencia que no tiene un término definido, un precedente peligroso para una sociedad democrática», advirtió.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la UC Irvine para obtener comentarios y actualizará esta historia en consecuencia.
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