T-Mobile confirmó el jueves que un intruso malintencionado no identificado penetró en su red a finales de noviembre y robó datos de 37 millones de clientes, según un informe regulatorio.
En un documento presentado ante la Comisión del Mercado de Valores de EE. UU., T-Mobile dijo que la filtración de datos se descubrió el 5 de enero, y añadió que los datos expuestos al robo no incluían información crítica como números PIN, números de cuentas bancarias, información de tarjetas de crédito, números de la Seguridad Social o números de identificación gubernamental. En su lugar, se accedió a direcciones, números de teléfono y fechas de nacimiento.
«Nuestra investigación sigue en curso, pero la actividad maliciosa parece estar totalmente contenida en este momento», dijo T-Mobile, añadiendo que se accedió a los datos por primera vez alrededor del 25 de noviembre, pero no se descubrió hasta semanas más tarde.
La empresa añadió que había contratado a una empresa de ciberseguridad para investigar la violación. También está trabajando con las fuerzas de seguridad y notificará a los clientes si se ha filtrado su información, según la declaración.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la empresa para recabar comentarios. En una declaración a Fox News, T-Mobile dijo que cuando se descubrió la violación, se «detuvo» en un día.
«Tan pronto como nuestros equipos identificaron el problema, lo detuvimos en 24 horas. Nuestros sistemas y políticas impidieron que se accediera a los tipos más sensibles de información de los clientes y, como resultado, las cuentas y las finanzas de los clientes no deberían estar en riesgo directo por este evento», dice el comunicado. «Tampoco hay pruebas de que el mal actor haya violado o puesto en peligro la red o los sistemas de T-Mobile».
Con el anuncio, significa que la compañía ha sido hackeada varias veces en los últimos años. En su presentación, T-Mobile dijo que no esperaba que la última violación tuviera un impacto material en sus operaciones.
Pero un analista de Moody’s Investors Service, Neil Mack, dijo en un comunicado que la violación plantea dudas sobre la gobernanza cibernética de la administración y podría alejar a los clientes y atraer el escrutinio de la Comisión Federal de Comunicaciones y otros reguladores.
«Si bien estas violaciones de ciberseguridad pueden no ser de naturaleza sistémica, su frecuencia de incidencia en T-Mobile es un valor atípico alarmante en relación con sus pares de telecomunicaciones», dijo Mack.
Antes de la intrusión de agosto de 2021, la compañía reveló violaciones en enero de 2021, noviembre de 2019 y agosto de 2018 en las que se accedió a la información de los clientes.
Desde 2018, la firma ha sido hackeada al menos ocho veces, según Techcrunch. La más reciente ocurrió en 2022, cuando un colectivo de hackers conocido como Lapsus$ accedió a los sistemas internos de la compañía y les permitió apoderarse de los números de teléfono de las víctimas en lo que se conoce como un intercambio de SIM.
En julio, T-Mobile acordó pagar 350 millones de dólares a los clientes que presentaron una demanda colectiva después de que la compañía revelara en agosto de 2021 que se habían robado datos personales, incluidos los números de la Seguridad Social y la información de la licencia de conducir. Casi 80 millones de residentes en Estados Unidos se vieron afectados por la filtración.
T-Mobile dijo el jueves que después de la última violación, comenzó una «inversión sustancial de varios años» para mejorar su ciberseguridad hace dos años. «Proteger los datos de nuestros clientes sigue siendo una prioridad absoluta», dijo la compañía. «Seguiremos haciendo inversiones sustanciales para fortalecer nuestro programa de ciberseguridad».
T-Mobile, con sede en el estado de Washington, se convirtió en 2020 en una de las mayores operadoras de servicios de telefonía móvil de Estados Unidos tras comprar a su rival Sprint. Informó tener más de 102 millones de clientes después de la fusión.
Con información de The Associated Press.
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