El ministro de Economía de Taiwán, Kuo Jyh-huei, afirmó que los componentes utilizados en los miles de dispostivos localizadores que explotaron el martes en Líbano no fueron fabricados en la isla.
«Puedo decir con certeza que no fueron fabricados en Taiwán», dijo Kuo el viernes.
Se trata de «Los componentes son IC [circuitos integrados] de gama baja y baterías», añadió el ministro.
Kuo informó que las autoridades judiciales estaban investigando el asunto.
Hsu Ching-kuang, presidente de Gold Apollo —cuya marca apareció en los restos de los beepers en Líbano— fue interrogado por los fiscales de Taiwán el jueves.
Las imágenes de los bípers destruidos parecen corresponder a los localizadores AR-924, de Gold Apollo.
Producidos por una empresa húngara
Hsu, fundador de Gold Apollo, declaró a principios de esta semana que su empresa no fabricaba los dispositivos, sino que los había subcontratado a una empresa con sede en Hungría, BAC Consulting, que tiene licencia para utilizar la marca.
Alrededor de 3000 localizadores explotaron el martes, y Hezbolá, apoyado por Irán, afirmó que los israelíes fueron los responsables, aunque Israel no lo ha confirmado ni ha comentado el incidente.
Hsu se negó a responder a las preguntas de los periodistas a su salida de las oficinas de los fiscales estatales taiwaneses en Taipei, a última hora del jueves.
Los fiscales taiwaneses no han hecho comentarios de sus investigaciones sobre Gold Apollo.
Teresa Wu, la única empleada de una empresa llamada Apollo Systems Ltd, también se negó a hablar con los periodistas a la salida de la misma fiscalía el jueves.
El miércoles, Hsu declaró que una persona llamada Teresa había sido uno de sus contactos para el acuerdo con BAC, con sede en Budapest.
Periodistas de varios medios de comunicación visitaron la oficina de BAC que figura en la lista, pero no encontraron indicios de que existiera una planta de fabricación ni nadie que afirmara trabajar para la empresa.
Doce personas, entre ellas dos niños, murieron al explotar los bípers entre las 15:30 y las 16:30 horas tras recibir, al parecer, un mensaje codificado que desencadenó su destrucción, según las autoridades locales.
Cientos de personas, muchas de ellas miembros de Hezbolá, resultaron heridas y los cirujanos de Beirut dijeron que la mayoría de las heridas se produjeron en las manos y los ojos cuando los propietarios de los localizadores los levantaron para comprobarlos momentos antes de que explotaran.
El miércoles, cientos de walkie-talkies estallaron en todo Líbano, varios de ellos en los funerales de Hezbolá.
Al menos 20 personas murieron y unas 450 resultaron heridas.
Falsos walkie-talkies japoneses
Los walkie-talkies llevaban la marca de la empresa japonesa Icom, pero se cree que eran productos falsificados.
Icom, con sede en Osaka, declaró que hacía 10 años que no fabricaba ni exportaba el modelo IC-V82, ni las baterías necesarias para su funcionamiento.
«Puedo garantizarle que no eran productos nuestros», dijo Ray Novak, director de ventas de la división de radioaficionados de Icom America, indicó el miércoles en una feria comercial en Rhode Island.
El jueves, Israel bombardeó varias posiciones de artillería de Hezbolá en el sur del Líbano.
Desde el inicio del conflicto de Gaza en octubre, Hezbolá disparó miles de morteros y cohetes contra el norte de Israel y los Altos del Golán, ocupados por Israel, matando a decenas de personas.
El jueves en un discurso televisado, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, describió, los atentados como un golpe militar y de seguridad sin precedentes para Líbano.
Hablando desde un lugar no revelado, Nasralá declaró que los ataques con bípers y walkie-talkie habían «cruzado todas las líneas rojas» y prometió represalias.
Hezbolá ha sido enemigo de Israel desde su creación a principios de la década de 1980 y en 2006 los adversarios libraron una guerra en el sur de Líbano que causó más de 1200 muertos, entre ellos 121 soldados israelíes.
Con información Associated Press y Reuters
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