El Talibán pidió al presidente electo Joe Biden que cumpla un acuerdo de paz negociado con el gobierno de Donald Trump, que pide la retirada de todas las fuerzas estadounidenses de Afganistán para mayo para ayudar a avanzar en las conversaciones de paz.
«Ahora hay que tomar medidas para poner fin a la guerra, no para prolongarla, y el acuerdo se hizo con ese fin», dijo el lunes Mohammad Naeem, un portavoz talibán, según Bloomberg.
Naeem se refería a un pacto de paz de cuatro componentes entre Estados Unidos y el Talibán (pdf), firmado en febrero de 2020, que incluye un compromiso del gobierno de Trump con el Talibán para eliminar para mayo todo el personal militar, de inteligencia y de contratistas afganos de Estados Unidos, como una medida para estimular las negociaciones de paz.
El Talibán prometió impedir el uso del territorio afgano para lanzar ataques contra Estados Unidos y sus aliados y se comprometió a entablar conversaciones de paz con el gobierno afgano que a la larga llevarían a un «alto el fuego permanente y completo».
En su declaración, Naeem advirtió que «la falta de aplicación completa del acuerdo puede afectar el proceso de las negociaciones en curso».
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, en una entrevista del 5 de enero con David Rubenstein de Bloomberg, dijo que espera que las negociaciones intra-afganas sean difíciles, pero expresó su optimismo sobre su éxito final.
«Hay muchas razones para esperar que este acuerdo sea complicado, tenso, un paso adelante, dos pasos atrás, y que queda mucho trabajo por hacer», dijo Pompeo.
«Hemos construido una verdadera coalición para intentar trabajar en la construcción de un Afganistán reconciliado y pacífico», continuó Pompeo. «Estoy seguro de que será difícil, pero también soy optimista. Soy optimista de que el pueblo afgano sepa que los días de lucha interminable tienen que terminar».
El presidente afgano, Ashraf Ghani, y su equipo de negociación impulsan un acuerdo de cese del fuego antes de resolver otras cuestiones, incluido un acuerdo de reparto del poder con los talibanes, que en cambio quieren esperar hasta las últimas etapas de las conversaciones para declarar un cese del fuego.
Algunos altos mandos de Estados Unidos se muestran escépticos con respecto al compromiso con la paz que declaran los talibanes, y el Pentágono observa la persistencia de altos niveles de violencia de los talibanes contra el gobierno afgano y sobre otros objetivos.
En el último ataque mortal en la capital, Kabul, dos juezas del Tribunal Supremo fueron asesinadas a tiros el domingo cuando se dirigían a su trabajo, según un comunicado del Palacio Presidencial del país.
«Estados Unidos condena los asesinatos de hoy de las juezas del Tribunal Supremo y pide una pronta investigación», dijo el embajador de Estados Unidos en Kabul, Ross Wilson, en una declaración en Twitter el domingo.
«El Talibán debe entender que tales acciones de las que es responsable indignan al mundo y deben cesar si la paz ha de llegar a Afganistán», añadió Wilson.
Shaharzad Akbar, la presidenta de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, escribió en Twitter que el país está sufriendo «lo que parece ser una masacre sistémica y el mundo parece estar solo mirando».
En un intento por llevar el proceso más allá de la hoja de ruta hacia un acuerdo de paz, el presidente Donald Trump ordenó en noviembre reducir el nivel de las tropas de Estados Unidos en Afganistán de 4500 soldados a 2500.
Christopher Miller, en sus últimos días como secretario de defensa en funciones, anunció la semana pasada que quedaría con 2500 soldados, agregando que llevaba a Estados Unidos «más cerca que nunca de poner fin a casi dos décadas de guerra».
Miller también dijo que Estados Unidos sigue estando en posición de «asegurar que Afganistán nunca más sea usado para albergar a aquellos que buscan hacer daño a Estados Unidos de América».
Naeem saludó la reducción como un «buen avance».
Miller también dijo el viernes que el Pentágono está planeando reducciones adicionales de tropas a cero para mayo, y añadió que «cualquier reducción futura de este tipo sigue basándose en las condiciones».
En una declaración el 14 de enero, Trump aludió a su antiguo anhelo de salir completamente de Afganistán.
«Las tropas militares de Estados Unidos en Afganistán están en el mínimo en 19 años. De la misma manera, Irak y Siria también están en el punto más bajo en muchos años. Siempre estaré comprometido a detener las guerras interminables», dijo Trump.
El candidato de Biden para asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, dijo a CNN a principios de enero que el gobierno entrante apoyaría la «diplomacia» con los talibanes, pero no dejó en claro si Biden cumplirá con el plazo de mayo para la retirada de las tropas.
Una solicitud de Bloomberg para comentar los planes del equipo Biden en este sentido quedó sin respuesta.
La acción militar de Estados Unidos en Afganistán en octubre de 2001 tenía por objeto derrocar el régimen Talibán, expulsar a Al-Qaeda del país y sentar las bases para una «guerra contra el terrorismo» mundial.
Durante la época de Biden como vicepresidente, el gobierno de Obama envió el total 100,000 soldados estadounidenses a Afganistán en un intento fallido de obligar a los talibanes a llegar a la mesa de negociaciones. Cuando Trump asumió el cargo hace cuatro años había alrededor de 8500 soldados en el país y lo elevó a unos 13,000 ese verano.
Se han gastado miles de millones de dólares en la guerra más larga de Estados Unidos, en la que murieron decenas de miles de personas, en su mayoría civiles afganos.
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