Se cree que un enorme desprendimiento de tierras mató a más de cien personas y devastó seis aldeas en una zona remota de Papúa Nueva Guinea.
El desprendimiento de tierras, que ocurrió en la provincia de Enga, en las tierras altas del país, se produjo cerca de las 3 de la madrugada, cuando la mayoría de la gente dormía en sus casas.
«Se ha producido un gran corrimiento de tierras que ha causado pérdidas humanas y materiales», declaró el gobernador provincial, Peter Ipatas, en medio de información no confirmada de que cientos de personas podrían haber quedado sepultadas.
Describió la escena como un «desastre natural sin precedentes» que había causado «daños sustanciales».
Se ha enviado a la zona un equipo de respuesta rápida formado por médicos, militares, policías y agencias de la ONU para evaluar los daños y ayudar a los heridos.
Los organismos de ayuda, entre ellos la Cruz Roja de Papúa Nueva Guinea y CARE, dijeron que estaban en estado de alerta y trabajando para reunir más información.
Las imágenes del lugar de los hechos mostraban un enorme pedazo de roca y tierra arrancado de la ladera del monte Mungalo, de densa vegetación.
El desprendimiento dejó un amplio rastro de escombros hasta el fondo del valle, formado por rocas del tamaño de coches, árboles derribados y tierra. Al pie de los escombros se veían restos de refugios de chapa corrugada.
Los observadores informaron que docenas de hombres y mujeres de la zona se reunían sobre los montones de roca y tierra, cavando, gritando, escuchando si había supervivientes o escudriñando la escena con incredulidad. Muchos se pusieron botas y linternas frontales y tomaron machetes y hachas de mango largo para ayudar a retirar los escombros.
«El corrimiento de tierras se produjo alrededor de las tres de anoche, y parece que más de 100 casas quedaron sepultadas», dijo a la AFP el presidente de la Asociación de Desarrollo Comunitario local, Vincent Pyati.
«Todavía no se sabe cuántas personas había en esas casas. Se desconoce el número de víctimas».
La Oficina Nacional de Gestión de Desastres de Papúa Nueva Guinea confirmó que por el momento no podía facilitar un número exacto de víctimas mortales.
Nickson Pakea, presidente de la cercana Cámara de Comercio e Industria de Porgera, dijo que se teme que hasta 300 personas pudieran haber estado en el pueblo en ese momento. La Cruz Roja calcula que el número de heridos o muertos podría oscilar entre 100 y 500.
La secretaria general interina de la Cruz Roja de Papúa Nueva Guinea, Janet Philemon, dijo que la ubicación del corrimiento de tierras era remota y que los servicios de emergencia o la ayuda podrían tardar hasta dos días en llegar a la zona.
La agencia estaba preparada para ofrecer primeros auxilios, mantas y artículos no alimentarios a los afectados.
«No hay indicios de terremoto ni de nada que haya podido desencadenar [este suceso]. Es una zona de minas de oro y es posible que la gente haya estado extrayendo oro en esa montaña», dijo.
De no ser así, el desprendimiento pudo deberse a las fuertes lluvias. Situada justo al sur del ecuador, la zona sufre lluvias torrenciales con frecuencia, y este año ha sido testigo de intensas precipitaciones e inundaciones.
En marzo, un corrimiento de tierras en una provincia cercana cobró la vida de al menos 23 personas.
El 23 de mayo a las 7 de la mañana, un día antes del corrimiento de tierras, se produjo un fuerte sismo de magnitud 4.7 en el Océano Pacífico Sur, a 98 km de Papúa Nueva Guinea.
El gobierno australiano declaró que estaba «haciendo averiguaciones con las autoridades locales para determinar si algún australiano se ha visto afectado».
Un portavoz añadió: «El gobierno australiano ofrece sus condolencias a los afectados por los corrimientos de tierra en Papúa Nueva Guinea».
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.