Para tratar los enfermos en peligro de vida con altos niveles de grasa en la sangre los médicos suelen filtrarla, sin embargo unos académicos presentaron un caso excepcional ocurrido en Alemania, en que esto no pudo hacerse.
El paciente tenía tan altos niveles de grasa que la máquina de plasmaféresis, usada para filtrar, se atascó por los grumos en los dos intentos que hicieron.
Ante la emergencia, al paciente le practicaron el método de sangría, es decir le quitaron la sangre manualmente y la reemplazaron con la de un donante.
La sorpresa fue que la sangre que salió era de color blanco lechoso en vez de roja.
El caso fue publicado en la revista Annals de Medicina Interna.
Los médicos examinaron los niveles de grasas triglicéridos y estos ascendían a 18.000 mg/dL siendo que el nivel recomendado se considera por debajo de 150 mg/dL según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) en Estados Unidos. Los niveles más altos oscilan normalmente entre 200 y 499 mg/dL
El paciente tenía 36 veces niveles más altos que el considerado muy elevado y perjudicial para la salud.
El enfermo, un hombre de 39 años, «acudió al servicio de urgencias con náuseas, vómitos, malestar general, dolor de cabeza y un estado de alerta que se deterioró lentamente”, y quedó inconsciente.
Para complicar su estado, padecía diabetes mellitus de tipo desconocido y antecedentes de colelitiasis y colecistitis. Le habían prescrito dosis diarias de medicamentos pero no era muy regular en tomarlos.
Dos días antes de llegar al hospital vio a un médico ambulatorio también “por náuseas, vómitos” y además la “ pérdida de peso no deseada y dolores de cabeza que habían estado aumentando durante varios meses”.
En el hospital, el hombre necesitó que le insertaran un tubo de respiración mecánica.
Los autores del informe, el Dr. Philipp Koehler y el Dr. Matthias Kochanek, del Hospital Universitario de Colonia en Alemania que trataron al paciente, dijeron que quedaron sorprendidos porque la sangre del hombre adquirió un color lechoso.
Además de los extraordinarios niveles de grasas triglicéridos, tenía altos registros de colesterol y hemoglobina A1c(13.9%).
Los altos niveles de grasas pueden causar inflamación del páncreas o pancreatitis, una condición potencialmente grave. De hecho, las pruebas mostraron que el hombre tenía signos de esta condición.
El paciente padecía de una cetoacidosis diabética, “una complicación potencialmente mortal de la diabetes que se produce cuando el cuerpo descompone la grasa a una velocidad rápida», según los NIH.
El cuerpo del paciente no estaba produciendo insulina, una hormona que ayuda al azúcar o la glucosa a ingresar a las células. Sin glucosa, el cuerpo convertía el azúcar en grasa como combustible.
Manualmente los médicos le extrajeron al paciente: primero un litro de sangre y la reemplazaron por la de un donante. Los niveles de grasas del hombre bajaron y los médicos retiraron otro litro. Luego pudieron usar la máquina de plasmaféresis sin obstrucciones.
Cinco días más adelante le extrajeron el tubo de respiración.
Los autores celebraron el éxito de «la sangría convencional con reemplazo de sangre».
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