Descargas eléctricas, asfixias con bolsas plásticas, colgamientos con las manos hacia atrás, golpes contundentes en áreas vitales e inyecciones de sustancias desconocidas son parte de la tortura a políticos y funcionarios disidentes al alineamiento comunista del régimen de Nicolás Maduro, en centros presuntamente dirigidos por milicias cubanas, según la descripción presentada a continuación.
Es el testimonio del teniente venezolano Ronald Alirio Dugarte Suárez, exoficial de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), el 20 de marzo ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y su secretario General, Luis Almagro, como parte de los testimonios que presentó la defensora de los derechos humanos, Tamara Suju.
El teniente contó su experiencia de los meses que le tocó trabajar en Caracas, en el área conocida como Los Calabozos, donde dijo se encuentran los prisioneros políticos de Maduro, y presentó evidencia en video que grabó de manera encubierta.
“Una vez en el lugar no me imaginé ver tantas atrocidades humanas, prisioneros durmiendo en el piso, prisioneros haciendo sus necesidades urinarias y fisiológicas en… y la lastimosa y la más importante, la de prisioneros siendo torturados”, dijo ante la OEA.
“Durante los seis meses de terror que viví en esa área de investigación no pude ingresar en el área donde torturaban a los prisioneros, ya que solo era un área restringida en la cual solo ingresaba personal autorizado».
“Pude escuchar sus gritos y lamentos de tanto dolor que los opresores le causaban”.
“Yo personalmente hablé con un prisionero torturado”, añadió. Pese a que no sabía dónde fue torturado, el teniente mencionó que «lo que sí sabía era que en ese lugar posiblemente se encontraban presentes individuos con acento extranjero, de origen cubano».
Ese prisionero le contó que los métodos de tortura a los que fue sometido incluyen “descargas eléctricas en diferentes partes del cuerpo, asfixias con bolsas plásticas, doblamiento con las manos hacia atrás, golpes contundentes en las partes más vitales del cuerpo, y de igual forma, en una de las ocasiones que fue torturado me contó que fue inyectado con una sustancia desconocida, la cual lo dejó aturdido por varios minutos mientras lo torturaban”.
«Todos estos métodos son los mismos que utilizan los torturadores en el área de investigaciones de la DGCIM», añadió.
“Ayudé con lo que pude y lo que tenía a mi alcance sin que algún funcionario me descubriera colocando en riesgo mi libertad y mi vida”.
El teniente presentó un vídeo que fue filmado «clandestinamente en horas de la madrugada» con un celular que escondió en su camiseta, para mostrar la situación del coronel Mejías.
“El coronel Mejías Laya fue torturado brutalmente en la dirección de investigaciones, de sede Boleíta Norte. Duró de esa forma durante 30 días, con la manos atadas y vendado totalmente (…) Me dieron la orden de preguntarle a los torturados cómo se sentían”, advirtió.
Además mostró la situación que estaba viviendo el Capitán Caguaripano, quien no quería comer. El hombre mostró que estaba orinando sangre y necesitaba atención médica.
«Seguidamente [los prisioneros] eran apresados con las manos hacia atrás y con una carpeta o capucha, la cual eran apretadas con cinta adhesiva alrededor de su cabeza, quedan como un mes en un cuarto oscuro sin derecho a nada», dijo en su relato.
Paramilitares y colectivos
Durante su presentación a la OEA, el teniente Dugarte Suárez mencionó que los centros de tortura son dirigidos por cubanos y cuentan con la participación de paramilitares que Nicolás Maduro menciona como colectivos.
«Tengo conocimiento de diferentes centros de tortura dentro de unidades militares ubicadas en el fuente Tiuna y lugares clandestinos, los cuales solo tienen conocimiento de su ubicación el personal de la milicia cubana y los colectivos».
«Son más paramilitares que colectivos, ya que son adiestrados, entrenados equipados y armados militarmente. Además de eso portan credenciales de la DGCIM, lo que les da aún más poder en hacer y deshacer lo que les da en ganas».
“Ellos extorsionan, secuestran, torturan y asesinan”, añadió y en ello denunció que están involucrados tanto personal de DGCIM, SEBIN y las Fuerzas Especiales.
«Podría decir que el gobierno ha adiestrado a los paramilitares con el nombre de colectivos», concluyó.
Mi tío JUNIOR ROJAS y mi primo MELVIN FARIAS, encarcelados INJUSTAMENTE desde hace 11 meses en el #DGCIM Denunciamos VIOLACÍON al debido proceso y tutela juridica efectiva consagrada en el art. 46 de la Constitución #LiberenARojas #LiberenAFarias #JusticiaParaRojasyFarias #DGCIM pic.twitter.com/KqoLGdgEJE
— Kimberly Bandez (@KimberlyBandez) March 21, 2019
Entrenamiento cubano
Cuando relató su trayectoria en las Fuerzas Armadas, dijo que en 2015 fue adiestrado por venezolanos pero “principalmente por la Milicia de Inteligencia Cubana, para realizar labores de contrainteligencia” que impidan las actividades de espionajes enemigas y garanticen la protección del comandante en jefe.
Como Oficial de Contrainteligencia Militar, explicó que fue entrenado para “captar y reclutar a militares y civiles (…) para así aprehender a un traidor que no apoye los alineamientos políticos de la dictadura comunista. Ejemplo: algún militar que murmure, se ubique, opine o discuta en contra del gobierno es preso por no seguir ese alineamiento dictador”.
También dijo que en agosto 2018 observó con sus propios ojos cómo la milicia de inteligencia cubana realizaba misiones mixtas entre militares venezolanos y cubanos para así poder ir a cada DGCIN.
“Al momento que la milicia de inteligencia cubana ingresaba a cada una (…) ellos daban a los generales órdenes (…) sembrando odio a cualquier persona que esté en contra del comunismo”.
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