Stefan, el hijo de cinco años del serbio Novak Djokovic, campeón de Wimbledon este año al derrotar en la final al surafricano Kevin Anderson, se colgó del cuello de su padre y no se apartó de él tras encontrarse ambos en los pasillos de la casa club de Wimbledon.
Tímido en la mirada, el rubio y pequeño vástago de Djokovic ya había protagonizado la estampa más pintoresca del palco en la central, cuando aplaudía a su padre mientras era entrevistado en pista por la exjugadora Sue Baker tras la victoria ante Anderson.
Luego, su madre Jelena Ristic se lo entregó a Novak y ya no se separaron hasta que el jugador de Belgrado tomó de nueva la copa de campeón para exhibirla, como manda la tradición, en la terraza de la casa club, y que el público situado abajo le aclamara.
Antes, Djokovic había departido con el australiano Rod Laver, la estadounidense de origen checo Martina Navratilova, y la también estadounidense Chris Evert, que felicitaron al ganador.
Con la copa en sus brazos, Djokovic recorrió los pasillos de la impresionante casa club de Wimbledon, donde los socios hicieron pasillo para aplaudir al ganador e inmortalizar con fotos y vídeos su recorrido.
Luego, Djokovic se reencontró con su mujer, con su agente, el italiano Edoardo Artaldi y su esposa, y tomó al pequeño Stefan en brazos para besarlo.
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