Un exagente especial del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) está advirtiendo sobre cómo la inmigración ilegal está favoreciendo la infiltración de terroristas en Estados Unidos. Afirma que algunos de sus miembros llevan mucho tiempo en México esperando para entrar al país sin ser detectados.
Víctor Ávila, exmiembro del ICE que trabajó como diplomático para la Embajada de Estados Unidos en México, España y Portugal, habló con NTD en Español, medio asociado de The Epoch Times, sobre la existencia de inmigrantes ilegales presuntamente ligados a organizaciones terroristas que se han mantenido al otro lado de la frontera sur durante largo tiempo para lograr infiltrarse a Estados Unidos.
Ávila ha estado visitando la frontera los últimos tres años y afirma que existen células terroristas en Estados Unidos que han ingresado de esa forma. En el año fiscal 2023, el servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) detuvo a más de 700 terroristas, de los cuales más de 180 intentaron entrar por la frontera Suroeste.
Sin embargo, el Centro de Estudios de Inmigración (CIS), publicó un informe en octubre que afirma que miles de Extranjeros con Intereses Especiales (SIA) han ingresado a Estados Unidos usando la plataforma CBP One del gobierno federal. Más de 7,000 de ellos han sido liberados al interior del país bajo el sistema de parole. Son extranjeros de entre 24 a 40 años, de países como Irán, Líbano, Siria, Irak y Afganistán, pero la mayoría procede de exrepúblicas soviéticas de mayoría musulmana.
Si bien estos SIA no son considerados terroristas de por sí, se trata de personas de las que no se tiene mucha información y llegan desde países donde hay grupos terroristas, por lo que son sometidos a una mayor revisión de seguridad.
“Estos inmigrantes representan un mayor riesgo para la seguridad nacional que otros inmigrantes ilegales”, según el CIS.
También se ha reportado un aumento de inmigrantes ilegales procedentes de la China comunista, lo cual ha encendido las alarmas sobre la seguridad en la frontera.
Mientras trabajaba en México, Ávila tuvo la oportunidad de investigar y entrevistar a muchos de los llamados SIA. Explicó que “ese interés especial es que posiblemente están ligados al terrorismo”.
En ese entonces, se encontró con personas procedentes de Bangladesh, Somalia, Irán o Yemen, entre otros, que estaban viviendo en México.
“Estos terroristas han tenido mucha paciencia. Han entrado a México, hablan el idioma, tienen áreas en México donde viven. Saben que estar en México es casi estar en Estados Unidos”.
A pesar de las tradiciones islámicas limitan a los hombres el cortarse la barba, Ávila dice que a dichos terroristas les dan permiso de rasurarse para poder infiltrarse en las caravanas que se dirigen a los Estados Unidos.
“Se infiltran y entran bajo otra identidad a Estados Unidos. Ellos lo saben y para ellos es muy fácil infiltrarse”, dijo. “Las personas que yo investigué en México, tenían a veces hasta tres identidades: una en el sur de México, cuando entraban, otra en la ciudad de México y otra en la frontera con EE.UU.” agregó.
Explica que los miembros de las agencias encargadas de proteger la frontera no tienen el tiempo suficiente para verificar los antecedentes de cada persona que intenta ingresar al territorio. Incluso aunque tuvieran la oportunidad de hacerlo, no necesariamente encontrarían información de antecedentes criminales.
A veces, los agentes logran tomar fotografías y huellas dactilares a los detenidos, pero la verificación arroja resultados negativos, ya que los terroristas pueden venir de países que no llevan o no comparten los registros con el gobierno estadounidense.
«Que no quede duda, estas personas están infiltradas, están en EE. UU. y lo que sí ha pasado es que las actividades en Israel les han dado el valor a estas personas, de posiblemente organizarse y hacer algo contra Estados Unidos, y lo último que quiero ver es otro ataque en nuestro país», dijo Ávila.
En ciertos sectores, como en Eagle Pass, incluso hay ONG que están ayudando a movilizar a estas personas dentro de Estados Unidos, usando financiamiento del gobierno federal, explicó Ávila.
Esto ocurre luego que en 2023, la CBP registró el arresto de mas de 35,000 criminales no ciudadanos estadounidenses y casi mil criminales con órdenes de captura u órdenes judiciales pendientes que intentaron ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Ante este aumento de criminales en la frontera, el exagente señala que la cooperación con México es fundamental, pero “se ha perdido mucho en los últimos años”, especialmente bajo el actual gobierno mexicano.
“Sabemos que muchas veces los cárteles están ligados con el terrorismo», dijo. «Porque los terroristas saben que los cárteles ganan mucho dinero y las organizaciones del terrorismo necesitan ese dinero para financiar sus actividades ilícitas”.
Se han detectado casos de cárteles relacionados con Hizbulá en México, según Ávila. Su manera de operar puede incluir acciones más sutiles, no necesariamente usan violencia armada.
«Pasa lo mismo en EE. UU. Muchos de ellos, de los terroristas, lo usan para promover una campaña de propaganda también, no necesariamente un ataque. Sino que usan las redes sociales y cualquier forma para empezar a cambiar la mentalidad de las personas de EE. UU., y lo hemos visto estos últimos días con la gente que anda protestando y se ha visto que incluso han matado judíos aquí en EE. UU.», dijo.
Un desafío para las autoridades fronterizas
Los alarmantes récords de cruces ilegales representan un reto para las agencias encargadas de gestionar la crisis migratoria. Actualmente, la falta de recursos ha dado lugar a irregularidades en el procesamiento de los inmigrantes que pueden poner en riesgo la seguridad de los Estados Unidos, afirma Ávila.
En el último año fiscal, se registraron más de 3 millones de detenciones de inmigrantes que intentaron cruzar ilegalmente la frontera. Eso es casi 5 veces más que los que intentaron cruzar en 2020, cuando la cifra ascendía a unos 646,000 inmigrantes ilegales, de acuerdo con datos del CBP.
Sin embargo, el exagente afirma que podría haber alrededor de 1.7 millones de personas que no han sido detectadas por las autoridades fronterizas.
“Se las llaman ‘non gotaways’, que son gente que la patrulla fronteriza los pudo observar en una cámara, un sensor o de otro modo, pero no pudieron ir por ellos a detenerlos porque están ocupados procesando los otros ilegales. No sabemos quiénes son estas personas”.
El exagente atribuyó esta situación a las políticas del presidente Biden y dice que la gente debería estar enterada de lo que está ocurriendo en la frontera. Ahora está tratando de incidir desde el ámbito político, postulándose como candidato republicano al Congreso Federal por el Distrito 23 de Texas.
Con información de Mayra Jaime.
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