Un testigo del asesinato del presidente John F. Kennedy habló por primera vez en 60 años y rechazó una afirmación clave sobre el incidente de 1963 y sobre la «bala mágica».
Paul Landis, un exagente del Servicio Secreto, de 88 años, estaba a solo unos metros de distancia cuando el presidente Kennedy fue asesinado a tiros en Dallas, Texas. En ese momento, le asignaron la tarea de proteger a Jackie Kennedy, la exprimera dama.
En una entrevista reciente con el New York Times, el Sr. Landis arrojó dudas sobre la conclusión de la Comisión Warren, respaldada por el gobierno, de que una «bala mágica» golpeó y salió del expresidente antes de que golpeara al entonces gobernador de Texas, John Connally Jr., una teoría que ha sido objeto de críticas durante décadas y ha ayudado a alimentar una variedad de teorías alternativas sobre el asesinato del expresidente. Oficialmente, el gobierno de Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) sostienen que un pistolero solitario, Lee Harvey Oswald, fue el único perpetrador.
Sobre la base de discrepancias entre lo que presenció durante el magnicidio y el informe de la Comisión Warren que investigó la muerte del presidente, dijo que «estoy empezando a dudar de mí mismo» y «ahora yo empiezo a hacerme preguntas».
Durante la entrevista, publicada el 9 de septiembre, Landis recordó haber escuchado múltiples disparos en Dealy Plaza en Dallas mientras iba detrás de la limusina del presidente Kennedy, y vio al presidente moverse hacia adelante después de recibir un disparo en la cabeza. Después del asesinato, Landis recordó haber recogido lo que llamó una bala en condiciones casi perfectas del asiento trasero de la limusina del presidente Kennedy, cerca de donde había estado sentado el presidente.
Luego, el exagente transportó la bala al hospital donde habían llevado al presidente Kennedy, al que pusieron en una camilla para ser examinado. La razón por la que él la tomó es porque creía que alguien podría guardarse la bala, lo cual él no describió en detalle, como un recuerdo familiar.
El Sr. Landis sugirió en la entrevista que la razón por la que los investigadores creyeron que la «bala mágica» alcanzó tanto al expresidente como al gobernador de Texas, Connally, es porque la bala que el Sr. Landis descubrió fue encontrada más tarde en la camilla. No fue hasta la entrevista del New York Times de esta semana que el Sr. Landis confirmó que fue él quien encontró la bala y la colocó allí.
Él añadió que no creía que la bala hubiera penetrado demasiado profundamente en la parte posterior del presidente Kennedy antes de que, según él, «volviera a salir», momentos previos a que lo sacaran de la limusina.
«Esta era una prueba de la que me di cuenta de inmediato que era muy importante», dijo el Sr. Landis al medio de prensa. “Yo no quería que desapareciera o se perdiera. Entonces fue: “Paul, tienes que tomar una decisión”, y la tomé”.
Sobre lo que sucedió después del incidente, él recordó que “no había nadie allí para asegurar la escena, y eso fue una gran molestia para mí”, indicando que “todos los agentes que estaban allí estaban enfocados en el presidente”.
El periódico lo citó a él diciendo que no fue hasta 2014 que se dio cuenta de que el lugar de recuperación de la bala que afirmaba él era diferente al citado en la Comisión Warren. Luego consultó con varios funcionarios, pero recibió escepticismo, y los funcionarios dijeron que él mismo presentó varios informes escritos ante la Comisión hace décadas.
Según el periódico, el Sr. Landis dijo que presentó dos informes separados ante la Comisión Warren y ninguna de las declaraciones hizo referencia a encontrar la bala casi perfecta o colocarla en una camilla. En cambio, informó que solo escuchó disparos. El Sr. Landis dijo que estaba en estado de shock y que no había dormido mucho cuando presentó las declaraciones.
La Comisión Warren ha rechazado durante mucho tiempo las afirmaciones de que la bala provino de la camilla del presidente Kennedy.
«Yo no quería hablar de eso», dijo el exagente al explicar por qué no ha hablado durante 60 años. Él dejó el Servicio Secreto meses después del asesinato. «Yo tenía miedo. Empecé a pensar, ¿Hice algo mal? Había miedo de que pudiera haber hecho algo mal y no debería hablar de ello».
El historiador James Robenalt, que ayudó a trabajar en las próximas memorias del Sr. Landis, dijo que el relato de su testigo planteó la posibilidad de que hubiera más de un pistolero.
“Si la bala que conocemos como bala mágica o prístina se detuvo en la parte posterior del presidente Kennedy, significa que la tesis central del Informe Warren, la teoría de la bala única, está equivocada”, dijo el historiador al New York Times.
En un artículo para Vanity Fair, Robenbalt postuló que si la «bala mágica» no alcanzó tanto al presidente Kennedy como al señor Connally, es posible que hubiera habido un disparo separado.
«La recreación del FBI sugiere que Oswald no habría tenido tiempo suficiente para disparar dos tiros separados con tanta rapidez como para alcanzar a Connally después de herir al presidente en la parte posterior», escribió el Sr. Robenbalt. El Sr. Oswald, según los funcionarios, había usado una Carabina de cerrojo Carcano de la infantería, Modelo 38.
Refiriéndose a sus memorias, el Sr. Landis dijo que «no tiene ningún objetivo en este momento. Simplemente, creo que ha pasado suficiente tiempo como para que necesite contar mi historia».
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