La Fiscalía federal presentó este miércoles la primera grabación como evidencia en el juicio en Nueva York contra el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, que consistió en una conversación entre dos narcos, en la que sale a relucir una presunta pista ilegal de aterrizaje que JOH utilizaba para recibir cargamentos de drogas.
La grabación fue hecha por el exnarcotraficante Devis Leonel Rivera Madariaga, exlíder del cartel hondureño de Los Cachiros y exinformante de la DEA (agencia antidrogas de EE.UU.).
Rivera Madariaga dijo que había enviado un mensaje a Hernández para saber si seguiría protegiendo el tráfico de drogas.
Según su testimonio, el narco Arnalo Urbina fue el encargado de llevar el mensaje a Hernández y luego habló con Rivera Madariaga, conversación que fue presentada hoy en el juicio por narcotráfico que desde el pasado 22 de enero se realiza en Nueva York contra Hernández, dos veces presidente (2014-2022).
«Mientras los hombres se mantengan discretos, no va a haber problema», señaló Urbina a Rivera citando supuestamente a Hernández, de acuerdo con la transcripción.
La Fiscalía preguntó entonces a qué se refería con «problema», a lo que el exnarco, que cumple cadena perpetua en EE.UU. tras haberse entregado a las autoridades de este país en enero de 2015, explicó que Hernández se refería al margen de maniobra de Los Cachiros: «Si seguíamos trabajando con discreción cuando llegaba la droga, él nos iba a seguir protegiendo».
En otra parte de la conversación, Urbina y Rivera Madariaga hablan sobre intentar conseguir usar una pista ilegal que Hernández y su hermano menor Tony -que cumple cadena perpetua en EE.UU.- presuntamente tenían en Lempira.
Cuando se hizo esta grabación en 2014 Rivera Madariaga ya era cooperante de la DEA, lo que comenzó a hacer en 2013, luego de que el Gobierno de EE.UU. le pusiera en la lista de la oficina para el control de activos en el extranjero y el Gobierno de Honduras hiciera lo mismo, según dijo el martes cuando comenzó a testificar.
El exnarco dijo que Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo y que también está preso en este país, le ayudó en ese entonces a evitar esas incautaciones del Gobierno hondureño dándole información sobre lo que se iba a incautar, mientras que el diputado Oscar Nájera, quien presuntamente ha sido sobornado por los narcos, le otorgó título sobre esos activos.
Tras eso, recordó, comenzó a esconder droga, armas y dinero que tenían allí.
De acuerdo con el testigo, otro narco identificado como Juan Gómez le informó sobre la citada pista de aterrizaje -lo que también salió a relucir en el juicio de Tony Hernández en Nueva York- pero admitió que nunca la vio.
Rivera Madariaga, que se entregó a las autoridades de Estados Unidos en 2015, continuó detallando cómo operaba el tráfico de drogas, de sobornos, asesinatos y reuniones, entre ellas con Fernando Urbina, hermano de Arnaldo.
En dicha reunión Fernando le indicó que su hermano estaba «preocupado y molesto» porque JOH le había pedido que no se postulara nuevamente para la alcaldía porque estaba «quemado», que todo el mundo sabía que era narcotraficante y que eso no le convenía para su campaña a la presidencia en 2013.
Hernández había pedido lo mismo al entonces alcalde de Copán y narcotraficante Alexander Ardón, que también se sentó en la silla de los testigos y recordó esa petición.
Urbina siguió en la política y, tras las elecciones, que ganó Hernández, fue arrestado y vio confiscadas sus propiedades.
Rivera Madariaga, que ha admitido haber asesinado a 78 personas y también haber torturado a sus víctimas, habló de su relación con el narco hondureño Geovanny Fuentes Ramírez -también en prisión en EE.UU.- a quien conoció entre 2009 y 2010 y con quien traficó cocaína.
Recordó que en marzo de 2020 hizo un trato con el narco y le pidió que para ello viajara a Haití, en realidad para tenderle una trampa, pues informó del viaje a la DEA y pocos días después el hombre fue arrestado.
Para su sorpresa, recordó, ese año se encontró con el narco en la cárcel federal en Manhattan porque estaban en la misma unidad, y aseguró que Fuentes se le acercó y le dijo que previo a su arresto se había reunido en dos ocasiones con Hernández y que en la primera ocasión le había sobornado con 450,000 lempiras (moneda oficial de Honduras).
La segunda reunión fue en la capital y, según le indicó Fuentes, «volvió a sobornar a JOH (Juan Orlando Hernández)» a cambio de no ser arrestados y extraditados a EE.UU. y de protección para continuar el tráfico de cocaína.
Estas reuniones entre Fuentes y Hernández habían sido detalladas por el testigo ya declarante José Sánchez, contador de Graneros Nacional, donde se blanqueaba dinero de los narcos.
Con estos interrogatorios a los narcos cooperantes, la Fiscalía trata de establecer la consistencia de los hechos.
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