El conmovedor testimonio ofrecido durante una audiencia celebrada el 28 de febrero en el Congreso sobre la crisis fronteriza de Estados Unidos hizo que los legisladores llegaran a una conclusión firme: las políticas de inmigración fallidas o ineficaces están fomentando directamente la crisis de las drogas en Estados Unidos.
«Nuestro país se enfrenta a un récord de muertes por sobredosis de drogas, superando las 100,000 muertes, 71,000 solamente por opioides sintéticos», dijo el representante Mark Green (R-Tenn.) durante la audiencia.
Al frente de esta crisis está el fentanilo, un opioide sintético hasta 100 veces más potente que la morfina. La mayor parte de la sustancia llega a Estados Unidos procedente México, gran parte de la cual es introducida de contrabando por los cárteles de drogas.
Aunque las incautaciones de fentanilo en los puertos de entrada oficiales en la frontera de EE. UU. van en aumento, el sheriff Mark Lamb del condado de Pinal, Arizona, le dijo al comité que las incautaciones de fentanilo en la frontera representan solo la mitad de lo que ingresa a Estados Unidos.
“Escuché que el 90 por ciento entra a través de los puertos. Esas cifras no son las que estamos viendo. Es 50-50″, dijo Lamb.
Señaló que, a pesar de que Pinal no es un condado fronterizo, la cantidad de fentanilo que sus oficiales han incautado se disparó desde 2019. Parte de eso se debe a la proximidad a la Interestatal 10, una arteria principal para el tráfico de drogas y personas que se dirigen al norte procedente de México.
Lamb dijo que su jurisdicción había visto un “aumento del 600 por ciento” en el tráfico de fentanilo por su condado en los últimos cuatro años. En 2019, los oficiales de Lamb incautaron alrededor de 700 pastillas. Esa cifra se disparó a más de 200,000 en 2020.
En 2021, el grupo de trabajo de Lamb interceptó más de 1.2 millones de pastillas. Ese número volvió a aumentar en 2022, con un total de más de 1.4 millones de incautaciones de píldoras de fentanilo.
Señaló además que encontrar equipo de camuflaje, mochilas y «zapatos de alfombra» abandonados en el desierto de su condado es algo cotidiano. Esto sugiere que un número significativo de narcotraficantes están logrando eludir la seguridad fronteriza sin ser detectados.
“Esto es con lo que nos enfrentamos a diario”, dijo Lamb.
Green afirmó que los carteles mexicanos son muy calculadores a la hora de introducir drogas como el fentanilo en Estados Unidos. Dijo que los traficantes también obligan a los inmigrantes ilegales que deben dinero a los cárteles por el transporte a someterse a servidumbre como traficantes de drogas.
Green agregó que, a pesar del aumento del fentanilo incautado en los puertos de entrada oficiales, la droga sigue entrando en Estados Unidos. El legislador mostró una foto en la que se veían 232 libras de fentanilo incautadas en el interior del país, que eludían la seguridad de los puertos de entrada.
En un emotivo testimonio, Rebecca Kiessling, residente de Michigan, compartió la historia de cómo el fentanilo mexicano mató a sus dos hijos en julio de 2020.
Antes del horrible incidente, dijo: “No sabía qué era el fentanilo… No sabía que mis hijos estaban tomando algo que pudiera matarlos. Ellos tampoco lo pensaron”.
Kiessling dijo que sus dos hijos, de 20 y 18 años, estaban con una joven de 17 años y un traficante de drogas que les suministró fentanilo a los tres el 29 de julio. Los tres jóvenes murieron poco después de consumir la droga.
“La policía me dejó claro que este fentanilo venía de México. Vino de nuestra frontera sur”, dijo.
Kiessling continuó describiendo lo que le dijo el marido de su excompañera, un sheriff local. «Tiene una pila, todos los días, hay una pila de muertos [por sobredosis de drogas], y no hay pistas».
Sin embargo, el caso de Kiessling era único. El traficante que suministró a sus hijos la dosis letal de fentanilo fue detenido. A pesar de ello, solo recibió una condena máxima de 15 años por su implicación en la muerte de tres jóvenes.
«Me enteré por la funeraria de que tienen toneladas de estos casos con regularidad», dijo, y luego agregó para dar una mayor perspectiva: «Soy de Rochester Hills, Michigan. Hace unos años, la revista Money nos incluyó entre las 10 mejores ciudades para vivir en Estados Unidos».
El año en que nació el hijo de Kiessling, Caleb—una de las víctimas de la sobredosis—en 2000, la cantidad de muertes por sobredosis de drogas en EE. UU. era de aproximadamente 20,000. Pero el año en que murió el joven, en 2020, ese número se disparó a más de 100,000.
«Se habla de niños que son arrebatados a sus padres. A mí me quitaron a mis hijos… Esto es una guerra. Actúen como tal. Hagan algo», dijo.
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