El 6 de abril, un hombre vestido con un traje blanco de riesgo biológico mató a un corgi en Shanghái, minutos después de que sus dueños fueran enviados a un centro de cuarentena en virtud de la política de cero-COVID del régimen.
El asesinato de la mascota fue filmado con el celular de una residente que vive cerca, mientras otros residentes tomaban fotos desde sus balcones. En el vídeo y las fotos compartidas en las redes sociales, se ve al hombre persiguiendo al perro y luego golpeándolo hasta la muerte con una pala.
El perro, que aullaba, corrió por el costado de la ruta tras el primer golpe. El hombre lo atrapó rápidamente y lo golpeó con una pala dos veces más, matándolo. Poco después, el hombre volvió con una bolsa de plástico y recogió el cuerpo del corgi.
Una hora más tarde, una mujer dijo que ella y su marido eran los propietarios del corgi, y posteó su historia en las redes sociales.
Según la mujer, la pareja y su perro viven en Caoluzhen, en el distrito de Pudong de Shanghai. En la tarde del 6 de abril, se pidió a la pareja que se trasladara a un centro de cuarentena porque ambos habían dado positivo en la prueba de COVID-19.
«No tenemos comida para el perro en casa [debido al cierre que ha durado mucho tiempo]. Llevamos [al perro] al comité comunitario [y pedimos al personal de allí] que se ocupara de él [mientras estamos en cuarentena]. El comité rechazó [nuestra petición]», posteó la dueña.
Después de que el comité rechazara su petición, el marido quiso enviar al corgi de vuelta a casa, donde podrían dejarle agua y comida para humanos. Sin embargo, el personal no permitió que nadie entrara en el edificio en el que viven.
«Entonces pensamos que estaría bien [que el corgi] fuera un perro callejero, porque [podría encontrar algo de comida y agua en la calle] y no se moriría de hambre», añadió el propietario. «No esperábamos que lo mataran justo después de que nos fuéramos».
La revista estatal china China Newsweek reportó del incidente el 7 de abril y citó a un miembro del personal del comité comunitario: «La familia tiene miembros que han sido infectados [con el COVID-19]. Nos preocupaba que el perro pudiera transmitir [el virus]. Nuestro miembro del personal no lo pensó en ese momento, y nos comunicaremos con los dueños del perro y les pagaremos una indemnización».
El régimen chino tiene una política de tolerancia cero frente al COVID-19, en la que el régimen pone en cuarentena a todas las personas infectadas y a sus contactos cercanos, y cierra los barrios en los que el régimen identifica nuevas infecciones. En virtud de esta política de cierre, los residentes tienen dificultades para comprar alimentos para sí mismos, por no hablar de sus mascotas.
El comité comunitario es la agencia gubernamental de más bajo nivel en el régimen chino, y es la agencia que coordina las cuarentenas y los cierres con el régimen de la ciudad, la comisión de salud, el centro de control y prevención de enfermedades y la policía. El régimen afirma que ayuda a los residentes cuando lo necesitan.
Este no es el primer perro asesinado bajo la política de tolerancia cero de COVID-19. Desde principios de 2020, cuando el régimen anunció por primera vez los brotes de COVID-19 en diferentes ciudades, los perros y gatos de compañía han sido asesinados uno tras otro cuando sus dueños fueron enviados a cuarentena.
El 12 de noviembre de 2021, una pareja que vivía en el complejo residencial Jinfeng Huayuan en el distrito de Xinyi de la ciudad de Shangrao, provincia de Jiangxi, fue obligada a trasladarse a un hotel de cuarentena a primera hora de la mañana, y los funcionarios locales prometieron que su perro corgi de cinco años estaría a salvo si se quedaba en casa. Por la tarde, el propietario vio que la cámara de vigilancia de su sala mostraba a dos hombres vestidos con trajes blancos de riesgo biológico entrando en su casa y matando al perro.
El 2 de marzo de 2021, dos hombres con trajes de riesgo entraron en una casa particular de la ciudad de Huizhou, en la provincia de Guangdong, después de que los propietarios fueran trasladados a un centro de cuarentena. La cámara de vigilancia de la casa grabó a los hombres matando a un perro samoyedo de tres años dentro de la casa.
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