WILDWOOD, Nueva Jersey —Un accidente de tráfico casi mortal dejó al actor Edward X. Young con lesiones incapacitantes, dolores persistentes y el sueño de toda una vida truncado.
Pero las secuelas de aquel accidente de 2015 también transformaron al Sr. Young en uno de los más fervientes partidarios de Donald Trump, quien se convirtió en el 45º presidente de Estados Unidos. El ex presidente republicano ahora aspira a desbancar al presidente demócrata Joe Biden y convertirse en el 47º presidente de la nación.
Los multitudinarios mitines han sido un distintivo de la campaña de Trump desde sus inicios. Aunque algunas personas afirman haber asistido a más de 100 de estos actos, el viaje del Sr. Young a 77 mítines de Trump —y contando— se destaca por la forma en que comenzó.
La frecuencia, el tamaño y el entusiasmo de la multitud de asistentes a los mitines del ex presidente reflejan «el fenómeno Trump», como lo llama el profesor de historia política Jeff Bloodworth.
«Él es el sol político en torno al cual gira toda la política estadounidense, para bien o para mal», dijo a The Epoch Times el Sr. Bloodworth, profesor de la Universidad Gannon de Pensilvania. «Él tiene una gran cantidad de seguidores que no solo votan por él. Van y acuden a estos eventos».
El único otro político comparable en los últimos años fue el candidato presidencial demócrata Barack Obama. Durante su exitosa campaña presidencial de 2008, atrajo a «enormes multitudes», señaló Bloodworth.
El ex presidente Trump actúa como «el tejido conectivo» que une a sus partidarios, aseguró el Sr. Bloodworth, haciendo de cada mitin «algo más que un evento político».
El Sr. Young coincidió.
Un encuentro con la muerte en una noche de niebla
Los acontecimientos que condujeron a su activismo político comenzaron justo antes de la medianoche del 31 de mayo de 2015, dijo el Sr. Young a The Epoch Times.
Él conducía por el puente Pulaski Skyway de Nueva Jersey, envuelto en niebla. De repente, vio un vehículo detenido delante de él. Pisó el pedal del freno.
Pero el Mercury Milan negro del Sr. Young chocó contra el vehículo inmóvil.
El impacto le rompió el brazo, la pierna y tres costillas. También le dañó ocho discos de la columna vertebral, dijo.
El Sr. Young, que había interpretado papeles en películas independientes, dice en aquel momento ya había conseguido el trabajo de sus sueños como actor de Hollywood.
«Tenía la vida resuelta», dijo el Sr. Young.
El accidente llevó al Sr. Young a su punto más bajo. Cuatro años antes, su esposa había muerto de cáncer, dejándole viudo y sin hijos.
Ahora, debido al accidente, el Sr. Young estaba «atrapado en Jersey». Cuando empezó dos años de fisioterapia, no tenía ni idea de qué tipo de trabajo podría hacer; se sentía sin rumbo.
Dice que recuerda haber pensado: «Dios debe odiarme» y «no tengo ningún propósito en la vida».
Eso cambió dos semanas después.
Momento de inspiración
Mientras se recuperaba en el Hospital Universitario de Newark (Nueva Jersey), Young vio algo en la televisión que lo llenó de esperanza.
Vio al magnate inmobiliario Donald Trump bajando por una escalera mecánica dorada de la Torre Trump, su sede empresarial en Nueva York, y anunció que quería ser presidente.
Esas declaraciones del 16 de junio de 2015, ahora famosas, resonaron en la mente de Young.
Además de sentirse deprimido por sus propias dificultades, el Sr. Young dijo que estaba angustiado por la dirección que estaba tomando Estados Unidos. Se sintió particularmente preocupado por la inmigración ilegal, uno de los principales temas que abordó Trump cuando fue presidente.
«El discurso de Trump me hizo creer que era posible que Estados Unidos prosperara», dijo Young.
Él recuerda haberle dicho a un amigo: «Cuando salga de este hospital, no quiero que me lleves a casa de inmediato. … Llévame a Nueva York, a la Torre Trump, porque quiero entrar allí y conseguir una de esas gorras, una de esas gorras de Trump».
Desde entonces, las gorras de béisbol rojas con «Make America Great Again» (Hacer a Estados Unidos grande otra vez) en letras blancas se conocen como «gorras MAGA».
Aún con muletas, el Sr. Young se subió cojeando a un tren, atravesó Nueva York y llegó a la Torre Trump.
Dentro, mientras compraba una gorra MAGA —la primera de las casi 30 que tiene ahora—, una empleada observó el gran esfuerzo que había hecho el hombre herido para llegar hasta allí.
El Sr. Young respondió: «Ojalá pudiera trabajar para la campaña». Al ver que su intención era seria, la mujer accedió a hacer algunas averiguaciones por él.
«Me entrevistaron e investigaron y, unas seis semanas después, me dijeron: ‘Tus antecedentes son correctos; puedes hacer parte de la campaña'», recordó el Sr. Young.
Así comenzaron varios meses de conversaciones con personas de todo el país a través de bancos telefónicos que se instalaron en el interior de la Torre Trump, dijo, estimando que se encontraba entre unos 100 voluntarios.
«Trabajar para Trump me dio una nueva razón para vivir», dijo Young. «Nunca llegué a Hollywood, pero encontré sentido en mi vida trabajando para Trump».
El Sr. Young dijo que cree que hizo alrededor de 50,000 llamadas telefónicas para la campaña de Trump. Un portavoz de Trump no respondió al intento de The Epoch Times de verificar la previa participación del Sr. Young en la campaña.
La participación política continúa
Después de que la campaña terminara y el presidente Trump estuviera en funciones en la Casa Blanca, el Sr. Young buscó un cargo electo en el condado de Ocean, Nueva Jersey, donde vive.
Sin embargo, perdió una carrera en la junta escolar de 2018 en medio de la controversia sobre sus papeles en películas de terror de bajo presupuesto. El Sr. Young dice que no estuvo involucrado en las escenas que algunas personas consideraron ofensivas y que se agregaron más tarde.
Desde entonces, el Sr. Young dijo que sigue involucrado políticamente porque está convencido de que una persona puede hacer la diferencia. Él siempre ha creído en la importancia de votar; ahora, a sus 64 años, solo ha faltado a una cita con las urnas en una ocasión en la que tuvo problemas para acudir. Antes no se consideraba afín a ningún partido concreto, pero ahora considera que sus valores son firmemente republicanos.
El Sr. Young, que trabaja para un servicio de alivio de deudas, continúa sufriendo dolores por el accidente; camina con dificultad pero dice que es «demasiado orgulloso» para depender de un bastón.
A menudo concede entrevistas a los medios de comunicación en los mítines de Trump a los que asiste, la mayoría en el este de Estados Unidos, más cerca de su casa de Nueva Jersey.
The Epoch Times se encontró por primera vez con el Sr. Young el 10 de mayo, en Wildwood, Nueva Jersey, la víspera del 76º mitin de Trump.
Ese día, el Sr. Young llevaba sus dos marcas registradas: una chaqueta vaquera azul cubierta de botones que recuerdan sus mítines de Trump y una gorra MAGA verde que lleva principalmente porque destaca en un mar de gorras rojas.
Amigos de lugares tan lejanos como Alemania se han fijado en esa gorra en las imágenes de televisión de los mítines de Trump; algunos se refieren al Sr. Young como «el tipo de la gorra MAGA verde» en las redes sociales. Dice que eso le divierte.
El Sr. Young participó en su 77º mitin el 23 de mayo en el Bronx, según muestran las fotos en las redes sociales.
El Sr. Young admitió que tiene un don para lo dramático debido a sus antecedentes como actor, y llamó al ex presidente «el mayor hombre del espectáculo del mundo», y dijo que el entretenimiento es uno de los factores que le inspiran a asistir a tantos mítines.
Pero también cree que estos eventos son importantes. Cree que ayudan a corregir percepciones erróneas sobre el ex presidente.
Muchos medios de comunicación parecen manipular o sesgar la cobertura para dar una mala imagen del ex presidente Trump, dijo el Sr. Young; las reuniones de campaña en persona son «la única manera de que el presidente Trump transmita su mensaje» directamente a la gente.
Y, dijo, la asistencia a los mitines ayuda a «demostrar que el pueblo estadounidense lo apoya».
La campaña del ex presidente ha promocionado a menudo el tamaño de las multitudes de sus mítines como prueba de su atractivo. Algunos detractores alegan que a veces se han exagerado las cifras de asistencia. Otros consideran que la afluencia y el fervor son indicadores de una «mentalidad de culto» entre los seguidores del ex presidente.
Bloodworth, profesor de Pensilvania, dijo que aunque algunos de los devotos más acérrimos del ex presidente «pueden ser un poco alocados», probablemente no sea la norma.
El uso de términos como «de culto» surge del «esnobismo de rango», dijo Bloodworth. «Es una forma total de descartar sin más a Donald Trump y a sus seguidores y de no intentar comprender la motivación que hay detrás».
Es importante reconocer, dijo, que «hay algo en el pro-Trump más allá de las payasadas y el tamaño de las multitudes y las declaraciones escandalosas. Hay algo más que eso».
El Sr. Young resumió su participación como un mega-MAGA fan: Aunque los mítines de Trump son muy divertidos, llenos de compañerismo, cree que «nuestro país se está muriendo».
«Vengo a estos mítines», dijo, «porque salgo con suficiente optimismo para llevarme al siguiente».
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