El presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos abandonará el acuerdo nuclear con Irán y firmó una orden ejecutiva para restablecer sanciones estrictas a Irán, previamente levantadas como parte del acuerdo.
“Vamos a establecer el nivel más alto de sanción económica”, declaró Trump durante el anuncio en la Casa Blanca el martes 8 de mayo. “Estados Unidos no será rehén de una extorsión nuclear”.
El acuerdo fue negociado por la administración Obama y consagró la suspensión de muchas sanciones contra Irán a cambio de que pospusiera su programa nuclear durante 10-15 años y renunciara a la mayor parte de su uranio enriquecido.
Irán insistió en que su programa nuclear no era para armas, pero el 30 de abril el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu presentó lo que demostró que eran documentos iraníes, obtenidos en una audaz operación de inteligencia israelí, que prueban que Irán había estado desarrollando armas nucleares antes del acuerdo de 2015 que firmó con Estados Unidos, China, Francia, Rusia, Reino Unido, Alemania y la Unión Europea.
“Los documentos obtenidos por Israel desde el interior de Irán muestran más allá de toda duda que el régimen iraní no estaba diciendo la verdad”, enfatizó el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo. “Los documentos muestran que Irán tuvo un programa secreto de armas nucleares durante años”.
Trump criticó severamente el acuerdo, desde mucho antes de su campaña presidencial.
El martes lo nombró “un acuerdo horrible y unilateral que nunca debería haberse hecho”.
“No trajo la calma, no trajo la paz, y nunca la traerá”, alegó.
El acuerdo con Irán fue impulsado por el entonces presidente Barack Obama como “la mejor opción”, la única manera, aunque sea temporal, de evitar que Irán utilice armas nucleares. Más allá de eso, Obama describió una situación de un Irán “regresando a la comunidad de naciones” al concederle la suspensión de las sanciones.
Sin embargo, se informó de que Irán fue en la dirección opuesta. El año pasado, el régimen islámico de Irán anunció un aumento del 150 por ciento en su presupuesto militar – desarrollando misiles de largo alcance, drones armados y capacidades de guerra cibernética- mientras utilizaba parte de los 150.000 millones de dólares en activos en el extranjero que previamente habían sido congelados debido a las sanciones.
Estados Unidos incluye a Irán en la lista de estados patrocinadores del terrorismo y lo criticó durante mucho tiempo por financiar grupos terroristas como Hamás, Hezbolá y los Houthis, “cuyos cantos de ‘muerte a Israel’ ahora también están acompañados de votos de ‘muerte a Estados Unidos’”, escribió el analista de conflictos árabe-israelí Alan Dershowitz en un artículo de opinión publicado en octubre.
El acuerdo con Irán se puso en marcha sin la aprobación del Congreso y los legisladores aprobaron una ley que obligaba al Presidente a evaluar su necesidad y renovarlo cada tres meses.
Trump advirtió que eliminaría el acuerdo si no se podía renegociar para incluir el cese del programa de misiles balísticos de Irán y otras demandas.
El martes, hizo exactamente eso.
“Estados Unidos ya no hace amenazas vacías”, afirmó.
Irán advirtió que podría empezar rápidamente a enriquecer uranio de nuevo si el acuerdo finalizaba, pero Trump prometió impedir que Irán consiga un arma nuclear. Lograr tal arma “sólo pondría en peligro la supervivencia del propio régimen iraní”, señaló Trump.
Predijo que Irán responderá al abandono del acuerdo con una fuerte negativa a negociar uno nuevo, pero también argumentó que el régimen querrá llegar a un acuerdo en algún momento.
“Cuando lo hagan, estoy listo, dispuesto y capaz”, sentenció.
La administración Trump declaró el martes en un comunicado que las sanciones reimpuestas se dirigirán a sectores críticos de la economía iraní, como los sectores energético, petroquímico y financiero.
“A los que realizan negocios en Irán se les dará un período de tiempo para que puedan terminar sus operaciones o negocios en Irán”, detalla el comunicado. “Aquellos que no finalicen con tales actividades con Irán al final del período se arriesgarán a graves consecuencias”.
Desde sus etapas de planificación, el acuerdo con Irán se enfrentó a la crítica bipartidista de que requiere muy poco de Irán a cambio de demasiado de la comunidad internacional.
“Incluso para aquellos que apoyan el [acuerdo con Irán]. en principio las concesiones y excusas del presidente Obama y del secretario de Estado John Kerry con tal de ‘preservar’ el acuerdo, fueron preocupantes”, escribió la periodista del Washington Post Jennifer Rubin en un artículo de opinión publicado en enero de 2017, poco antes que Trump asumiera la presidencia.
Mientras se negociaba el acuerdo, la administración Obama entorpeció una campaña para la aplicación de la ley contra una operación masiva de narcotráfico internacional de Hezbolá, “incluso mientras desviaban cocaína hacia Estados Unidos”, según un largo informe de investigación de Político.
Cuando Irán, durante el acuerdo siguió con una serie de pruebas de misiles, la administración Obama declaró que las pruebas no violaban el acuerdo. En cambio, impuso sanciones a 11 personas y entidades relacionadas con el programa de misiles.
Irán todavía tiene una planta que produce agua pesada, un componente crítico en la producción de plutonio para armas nucleares. Si bien el acuerdo solo permitía a Irán conservar un pequeño lote de uranio enriquecido, sí permitía a Irán conservar 130 toneladas de agua pesada, suficiente para hacer un reactor de agua pesada para convertir uranio natural no enriquecido en plutonio.
Como parte del acuerdo, Irán intercambió con Rusia unas 9 toneladas de uranio enriquecido por 154 toneladas de uranio no enriquecido.
Justo antes de que Obama dejara el cargo, Irán iba a recibir otras 130 toneladas de uranio no enriquecido de Rusia a cambio de 44 toneladas de agua pesada que, de haber prosperado, habría hecho que Irán incumpliera el acuerdo. La medida fue “aprobada por la administración saliente de Estados Unidos y otros gobiernos que buscaban mantener a Teherán comprometido con [el acuerdo nuclear]”, descubrió The Associated Press, refiriéndose a dos diplomáticos que solicitaron el anonimato.
El entonces secretario de prensa de la administración Obama, Josh Earnest, comentó que tales arreglos estaban “sujetos al cuidadoso monitoreo e inspecciones que se incluían en el acuerdo”.
Pero los documentos revelados por Netanyahu otorgan argumentos a los críticos del acuerdo, quienes señalan que debido a que Irán mintió para encubrir su programa nuclear que existía mucho antes del acuerdo, todavía puede encontrar formas de mentir sobre el asunto ahora.
Ivan Pentchoukov y Reuters contribuyeron con este informe.
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