Durante una mesa redonda sobre la amenaza que supone la China comunista para las tierras de cultivo estadounidenses, el expresidente Donald Trump dijo que proteger la tierra era sencillo.
“Vamos a protegerlo diciendo: ‘No pueden venir. No pueden hacerlo. No queremos que compren nuestras tierras. No queremos que se queden con la tierra y la saquen básicamente del mercado”, dijo Trump cuando se le preguntó cómo protegería las infraestructuras críticas de Estados Unidos y Pensilvania de la influencia del Partido Comunista Chino (PCCh).
Las empresas con inversores principales en China poseían 349,442 acres de tierras agrícolas estadounidenses hasta el último día de 2022, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. La mayor parte de estas tierras se concentra en cinco estados, siendo Texas, Carolina del Norte y Misuri los que tienen las mayores participaciones.
“La superficie asociada a China (o a cualquier otro país analizado en este informe) debe interpretarse como un mínimo”, afirma el informe, señalando que no incluyó empresas vinculadas a China en las que el predominio de la influencia del PCCh no estaba claro.
A Trump y a muchos funcionarios del gobierno les preocupa que el PCCh pueda aprovecharse de las participaciones estadounidenses de empresas con sede en China.
A pesar de que las empresas con sede en China poseen poco menos del 1 por ciento de todas las tierras agrícolas en manos extranjeras en Estados Unidos, con las empresas canadienses poseyendo la mayor parte en alrededor de un tercio, el PCCh considera a Estados Unidos un enemigo jurado debido a sus valores de libertad, libertad de expresión y gobierno multipartidista que son antitéticos a la dominación comunista del partido.
Las preocupaciones por la seguridad nacional echaron por tierra los planes de vender terrenos cerca de la Base de la Fuerza Aérea de Grand Forks al Grupo Fufeng, una empresa con sede en China.
En una carta de enero de 2023, el senador John Hoeven (R-N.D.) expresó su profunda preocupación a la Fuerza Aérea de EE.UU. por la propuesta, que habría establecido un molino de maíz propiedad de China a menos de 24 kilómetros de una instalación de la Fuerza Aérea que alberga el Ala de Reconocimiento 319.
Es una de las dos unidades de las Fuerzas Aéreas que operan el RQ-4 Global Hawk, un avión no tripulado que proporciona servicios de inteligencia, vigilancia y reconocimiento a escala mundial.
“La opinión del departamento es inequívoca: el proyecto propuesto presenta una amenaza significativa para la seguridad nacional con riesgos tanto a corto como a largo plazo de impactos significativos para nuestras operaciones en el área”, dice la carta.
Trump le dijo a NTD que impedir que entidades con sede en China adquieran tierras agrícolas estadounidenses podría hacerse “muy fácilmente”. NTD, o New Tang Dynasty, es una empresa asociada a The Epoch Times.
El candidato presidencial republicano estuvo flanqueado por el exdirector interino de Inteligencia Nacional, Richard Grenell, y el excongresista republicano Lee Zeldin.
Dirigen la Iniciativa para la Protección de Estados Unidos, la organización que recibió a Trump. Según el sitio web de la organización, su “misión es detener la amenaza de la China comunista a nivel estatal”.
Tanto Grenell como Zeldin podrían tener papeles en una futura administración Trump.
“Es una gran parte de nuestra campaña, y quiero llevarlo a Washington con nosotros”, dijo el expresidente sobre Zeldin durante un mitin en septiembre en Uniondale, Nueva York.
Los medios de comunicación han hablado de Grenell como posible Secretario de Estado.
“Si quieres evitar la guerra, más te vale tener a un hijo de puta como secretario de Estado”, dijo Grenell durante una aparición a principios de este año en el podcast Self Centered.
La visita de Trump a la zona rural de Pensilvania para hablar sobre China y las tierras de cultivo estadounidenses se produjo antes de un mitin de campaña el mismo día en la cercana Indiana, Pensilvania.
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