El presidente Donald Trump canceló un viaje programado a Perú y Colombia para coordinar la respuesta al presunto ataque químico en Siria, anunció la Casa Blanca el martes 10 de abril.
«El presidente Trump no asistirá a la Octava Cumbre de las Américas en Lima, Perú, ni viajará a Bogotá, Colombia, como estaba programado originalmente», dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en una declaración. «El presidente permanecerá en los Estados Unidos para supervisar la respuesta de EE.UU. a Siria y para monitorear los acontecimientos alrededor del mundo.»
Trump tenía previsto partir hacia Sudamérica el viernes, pero el lunes se reunió con los comandantes militares de Estados Unidos y les dijo a los periodistas que la respuesta se decidiría el miércoles.
El gobierno del presidente Bashar al-Assad ha invitado a inspectores internacionales a enviar un equipo a Siria para investigar un presunto ataque químico en la ciudad de Douma, en un movimiento aparentemente dirigido a evitar una posible acción militar occidental sobre el incidente.
Al menos 60 personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas en el presunto ataque del sábado contra Douma, todavía ocupada por las fuerzas rebeldes, según un grupo de socorro sirio.
«Las imágenes, especialmente de los niños sufriendo han conmocionado la conciencia de todo el mundo civilizado», dijo Sanders el lunes. «Lamentablemente estas acciones se corresponden con el patrón establecido de Assad de uso de armas químicas».
La Casa Blanca culpa al régimen sirio por el ataque. El régimen sirio y Rusia dijeron que no había pruebas de que se hubiera producido un ataque con gas y que la afirmación era falsa.
A la volátil situación creada se suma que Irán, principal aliado de Assad junto con Rusia, amenazó con responder a un ataque aéreo contra una base militar siria el lunes, y del cual Teherán, Damasco y Moscú han culpado a Israel.
Mientras tanto, sobre el terreno, miles de militantes y sus familias llegaron a la región noroccidental de Siria, controlada por los rebeldes, después de entregar Douma a las fuerzas gubernamentales. El acuerdo de evacuación restaura el control de Assad sobre todo el Ghouta oriental, que antes era el mayor bastión rebelde cerca de Damasco.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, ya está trabajando para precisar qué ocurrió exactamente en Douma.
No está claro si un equipo de OPAQ intentaría llegar allí. Los inspectores de la organización han sido atacados en dos misiones realizadas anteriormente a los lugares de ataques con armas químicas en Siria.
«Siria está dispuesta a cooperar con la organización OPAQ, para descubrir la verdad detrás de las acusaciones que Occidente estuvo haciendo para justificar sus agresivas intenciones», dijo la agencia estatal de noticias SANA, citando a una fuente oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores.
En Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que el Kremlin presentaría una resolución al Consejo de Seguridad de la ONU en la que proponía que la OPAQ investigara el presunto ataque.
Opciones militares
El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Mikhail Bogdanov, dijo que no había ninguna amenaza de que la situación en Siria fuera a desembocar en un enfrentamiento militar entre Rusia y Estados Unidos.
La agencia de noticias TASS citó a Bogdanov diciendo que Rusia y los funcionarios de EE.UU. mantenían «contactos de trabajo» con relación a Siria y que él consideraba que el sentido común prevalecería.
El lunes, Trump dijo en una reunión con jefes militares y asesores de seguridad nacional en Washington, que tomaría una decisión esa noche o un poco después, acerca de una respuesta, y que Estados Unidos tenía «muchas opciones militares» con relación a Siria.
«Pero no podemos permitir que ocurran atrocidades como las que todos presenciamos…, no podemos permitir que eso suceda en nuestro mundo…, especialmente cuando somos capaces de hacerlo debido al poder de Estados Unidos, el poder de nuestro país, (nosotros) somos capaces de detenerlo», dijo Trump.
Estados Unidos ha solicitado del Consejo de Seguridad de la ONU la votación de una propuesta para una nueva investigación sobre el uso de armas químicas en Siria, la que se realizaría el martes a las 3 p.m., dijeron los diplomáticos.
En una reunión celebrada el lunes, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, dijo que Washington respondería al presunto ataque independientemente de que el Consejo de Seguridad actuara o no.
Francia dijo que respondería si se demostraba que las fuerzas de Assad llevaron a cabo el ataque. Cualquier respuesta sería, muy probablemente en coordinación con Estados Unidos, dijeron los ayudantes del gobierno.
El gobierno británico también está discutiendo la intervención militar con sus aliados en Siria, como respuesta al supuesto ataque. La primera ministra Theresa May hablará con Trump el martes.
«Ese tipo de atrocidad no es aceptable», dijo la secretaria de Desarrollo Internacional, Penny Mordaunt. «Mi principal preocupación es que no se repitan esas atrocidades abominables y que hagamos todo lo posible para proteger a los hombres, mujeres y niños que son blanco
del ataque».
Funcionarios estadounidenses dijeron a Reuters que Washington estaba sopesando una respuesta militar multinacional. Washington bombardeó una base aérea del gobierno sirio el año pasado debido a un ataque de gas tóxico.
El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, acusó a Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña de avivar las tensiones internacionales mediante una «política de confrontación contra Rusia y Siria».
«Rusia está siendo amenazada inadmisiblemente. El tono con el que se está haciendo esto ha ido más allá del umbral de lo aceptable, incluso durante la Guerra Fría».
Más claridad
Las evaluaciones iniciales de Estados Unidos no han podido determinar de manera concluyente qué materiales se utilizaron en el ataque y no pudieron decir con certeza que las fuerzas de Assad estaban detrás de él.
Sin embargo, Trump dijo que Washington estaba «cada vez más cerca de esclarecer» quién es el responsable.
Una investigación previa de Naciones Unidas junto con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), reveló que el gobierno sirio utilizó el agente neurotóxico sarín en un ataque en abril de 2017 y que también había utilizado varias veces el cloro como arma. Damasco culpó a los militantes de ISIS por el uso del gas mostaza.
El presunto ataque químico se produjo al final de una de las ofensivas más mortíferas de la guerra del gobierno sirio, con un estimado de 1.700 civiles muertos en el este de Ghouta como resultado de los bombardeos aéreos y de la artillería.
A pesar de la repulsa internacional por los ataques con armas químicas, el número de muertos por estos incidentes es en docenas, solo una fracción de los cientos de miles de combatientes y civiles muertos desde que estalló un levantamiento contra el gobierno de Assad en marzo de 2011.
El acuerdo sobre la evacuación de Douma por parte de los rebeldes entró en vigor el domingo, horas después que los grupos de ayuda médica denunciaran el presunto ataque químico.
La agencia de noticias RIA citó al Ministerio de Defensa de Rusia diciendo que 3.600 militantes y sus familias habian abandonado Douma en las últimas 24 horas. Se espera que unos 40.000 militantes y sus familias se marchen, dijo el periódico progubernamental Watan.
Sesenta y siete autobuses que transportaban a cientos de combatientes, junto con familiares y civiles que no querían volver bajo el gobierno de Assad, llegaron el martes a las zonas de oposición cerca de Alepo, dijo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Como parte del acuerdo de rendición, el grupo Jaish al-Islam que controlaba la ciudad, liberó a decenas de personas que habían retenido.
La salida de Jaish al-Islam pondrá fin a la presencia de la oposición en el este de Gouta, dando a Assad’ su mayor victoria en el campo de batalla desde finales de 2016, cuando recuperó Alepo.
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