El presidente Donald Trump rechazó y criticó los intentos del exsecretario de Estado John Kerry en apuntalar el acuerdo con Irán mediante incesantes contactos silenciosos con dignatarios extranjeros, incluso con iraníes, como revela un informe del Boston Globe, del viernes 4 de mayo.
Kerry se reunió dos veces en los últimos dos meses con el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif. También se ha reunido con el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier; la máxima funcionaria de la Unión Europea Federica Mogherini; y el presidente francés Emmanuel Macron. Su objetivo ha sido «tratar de ejercer presión sobre la administración Trump desde el exterior», afirma el reporte citando una fuente anónima.
Sirviendo bajo el entonces presidente Barack Obama, Kerry dirigió las negociaciones del acuerdo en 2015, que consagra a Irán el cese de muchas sanciones a cambio de posponer su programa nuclear por 10 a 15 años y renunciar a la mayor parte de su uranio enriquecido.
Irán ha insistido en que su programa nuclear no era armamentista, pero el 30 de abril, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, presentó lo que dijo eran documentos iraníes obtenidos en una osada operación de inteligencia israelí. Los documentos demuestran que Irán había estado desarrollando armas nucleares antes del acuerdo de 2015, el que fue firmado por Estados Unidos, China, Francia, Rusia, Reino Unido, Alemania y la Unión Europea.
«Los documentos obtenidos por Israel desde dentro de Irán muestran sin lugar a dudas que el régimen iraní no decía la verdad», dijo el secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo. «Los documentos muestran que Irán ha tenido durante años un programa secreto de armas nucleares».
Trump ha criticado severamente el trato, desde mucho antes de su campaña presidencial, pero hasta ahora lo ha respetado. Esta semana, se enfrenta a un plazo para decidir si durante los próximos tres meses, Estados Unidos continuará respetándolo y renunciando a sanciones clave contra Irán.
«A medida que se acerque la fecha límite (del 12 de mayo) para que el Presidente reordene el acuerdo con Irán, consultaré con nuestros aliados europeos y otras naciones sobre el mejor camino a seguir a la luz de lo que sabemos sobre el pasado de Irán en el desarrollo de armas nucleares y su engaño sistemático al mundo», dijo Pompeo.
Mientras que Pompeo estuvo asesorando como secretario de estado oficial de Estados Unidos, Kerry ha estado haciendo su propia consultoría, para disgusto de Trump.
«Estados Unidos no necesita la ilegal diplomacia a oscuras de John Kerry en el muy negociado trato con Irán. ¡Él fue quien creó este caos en primer lugar!”, escribió Trump en Twitter el lunes 7 de mayo por la mañana.
The United States does not need John Kerry’s possibly illegal Shadow Diplomacy on the very badly negotiated Iran Deal. He was the one that created this MESS in the first place!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 7, 2018
En otro tweet ese día, Trump dijo que anunciará su decisión sobre el acuerdo el martes a las 2 p.m.
I will be announcing my decision on the Iran Deal tomorrow from the White House at 2:00pm.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 maggio 2018
El acuerdo con Irán fue promovido por Obama como «la mejor opción». La única manera, aunque temporalmente, para evitar que Irán posea armas nucleares. Más allá de eso, Obama configuró la imagen de Irán diciendo: que al recibir disminución en las sanciones, dicho país «se reincorpora a la comunidad de naciones».
Sin embargo, la información indica que Irán ha ido en la dirección opuesta. El año pasado, el régimen islámico de Irán anunció un aumento del 150 por ciento en su presupuesto militar -desarrollando misiles de largo alcance, drones armados y capacidades de guerra cibernética- mientras utilizaba parte de los hasta USD 150 mil millones en activos en el exterior que previamente habían sido congelados debido a las sanciones.
El actual gobierno de Estados Unidos ha definido a Irán como un estado patrocinador del terrorismo y lo ha criticado durante mucho tiempo por financiar grupos terroristas como Hamas, Hezbollah y los Houthis, «cuyos cánticos de ‘muerte a Israel’ ahora también están acompañados de voces de ‘muerte a Estados Unidos’”, escribió el analista de conflicto árabe-israelí Alan Dershowitz, en un artículo de opinión de octubre.
La administración Trump declaró previamente que no quiere forzar necesariamente el acuerdo con Irán, pero sí quiere endurecerlo para incluir, entre otras cosas, el cese del programa de misiles balísticos de Irán.
La crítica bipartidista dice que el acuerdo de la era Obama requirió muy poco de Irán a cambio de demasiado de la comunidad internacional.
«Incluso para aquellos que apoyan el [acuerdo de Irán] en principio requirió del expresidente Obama y el secretario de Estado John Kerry … concesiones en serie y excusas por el bien de ‘preservar’ el acuerdo, que han sido preocupantes», escribió la periodista del Washington Post Jennifer Rubin, en un artículo de opinión de enero de 2017, poco antes que Trump asumiera la presidencia.
Mientras el acuerdo todavía se estaba negociando, el gobierno de Obama desarmó una campaña de ley contra la operación masiva internacional de tráfico de drogas de Hezbollah, «incluso cuando estaba canalizando cocaína hacia Estados Unidos», según un extenso informe de investigación de Político.
Cuando Irán siguió con una serie de pruebas con misiles, el gobierno de Obama dijo que ello no violaba el acuerdo del 2015. En cambio, impuso sanciones a 11 individuos y entidades conectadas al programa de misiles.
Irán aún administra una planta que produce agua pesada, un componente crítico en la producción de plutonio para armas nucleares. Si bien el acuerdo solo permite a Irán conservar un pequeño lote de uranio enriquecido, sí permite que el país almacene 130 toneladas de agua pesada, cantidad suficiente para hacer un reactor de agua pesada para convertir el uranio natural no enriquecido en plutonio.
De hecho, como parte del acuerdo, Irán intercambió con Rusia unas 9 toneladas de su uranio enriquecido por 154 toneladas de uranio no enriquecido.
Justo antes de que Obama dejara su cargo, Irán iba a recibir otras 130 toneladas de uranio no enriquecido de Rusia a cambio de 44 toneladas de agua pesada que, de mantenerse, habría hecho que Irán incumpliera el trato.
La medida fue «aprobada por la administración estadounidense saliente y otros gobiernos que buscaban mantener a Teherán comprometido con [el acuerdo nuclear]», dijo The Associated Press, refiriéndose a dos diplomáticos que solicitaron el anonimato.
El secretario de prensa de la administración Obama en ese momento, Josh Earnest, dijo que tales arreglos estaban «sujetos a cuidadosas supervisiones e inspecciones que se incluyen en el acuerdo».
Ahora los documentos revelados por Netanyahu dan munición a los críticos del acuerdo, quienes argumentan: dado que Irán mintió para encubrir su programa nuclear (que existía mucho antes del acuerdo), puede encontrar formas de mentir al respecto ahora también.
Reuters contribuyó a este informe.
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