El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó las primarias republicanas abiertas de New Hampshire durante un discurso de campaña en el estado, el 17 de enero.
Después de que Trump obtuvo una victoria récord por un margen de casi 30 puntos en el Caucus de Iowa, los candidatos están centrando su atención en la próxima contienda, en New Hampshire.
Las encuestas recientes en el estado han sido inconsistentes: algunas encuestas muestran una ventaja significativa para el expresidente Trump, mientras que otras lo muestran codo con codo con la exembajadora de la ONU, Nikki Haley.
Haley terminó tercera en Iowa, pero en New Hampshire se encuentra en un territorio mucho más amigable, donde los votantes son generalmente menos conservadores y menos religiosos que en Iowa.
Las primarias republicanas del estado también están abiertas a votantes que no tienen afiliación partidista, un hecho que podría beneficiar a Haley, ya que los demócratas y los independientes reforzaron el desempeño de Haley en Iowa.
Hablando en Portsmouth, New Hampshire —su segunda parada de campaña en el estado, desde Iowa— el expresidente Trump condenó el sistema de primarias abiertas del estado y acusó a Haley de intentar ganar cortejando a los no republicanos.
“Nikki Haley cuenta con demócratas y liberales para infiltrarse en sus primarias republicanas”, dijo el expresidente Trump, y la multitud respondió con un coro de abucheos.
El expresidente Trump continuó con su postura ofensiva contra la Sra. Haley, de la que recibe las mayores críticas y que sigue aún en la contienda.
Él acusó a los partidarios de la Sra. Haley de estar “a favor de la amnistía, a favor de China, a favor de las fronteras abiertas y a favor de la guerra”.
El expresidente Trump vinculó su ataque a la Sra. Haley con el sistema primario abierto del estado y dijo que los demócratas “quieren competir contra ella”.
“Los demócratas de la izquierda radical apoyan a Nikki Haley porque saben que es mucho más fácil de vencer que Trump”, dijo más tarde. “Si ella gana, gana Biden”.
“La gente de Biden está llegando, ellos tienen cosas de Biden y vienen para registrarse y votar en sus primarias”, dijo el expresidente Trump. “Esto es una locura. Ustedes tienen que cambiar eso”.
“¿Cómo se gana cuando básicamente a todo el mundo se le permite venir a votar?”, añadió.
El expresidente Trump pidió al gobernador de New Hampshire, Chris Sununu, un republicano que respalda a la Sra. Haley, que cambie el sistema de las primarias.
«No queremos que los demócratas voten en las primarias republicanas, Sununu», dijo el expresidente.
El expresidente Trump guardó silencio sobre su otro principal rival, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, durante la campaña electoral en New Hampshire.
DeSantis terminó segundo en Iowa con aproximadamente el 21% de los votos. Pero en New Hampshire, por el contrario, DeSantis está obteniendo un 5.8% en las encuestas, según los promedios de RealClearPolitics.
Los mismos promedios de encuestas sitúan al presidente Trump como favorito, con un 46.3% de apoyo. Haley, por el contrario, tiene un apoyo del 33%.
Las encuestas más recientes en el estado han sido inconsistentes.
Una encuesta del 17 de enero realizada por St. Anselm College encontró que el expresidente Trump lleva una ventaja del 14% en New Hampshire.
Pero otra encuesta reciente realizada por American Research Group Inc. encontró que el presidente Trump y la señora Haley están empatados con un 40% cada uno.
Las primeras primarias del país, en New Hampshire, se llevarán a cabo el 23 de enero y representan una prueba importante para la Sra. Haley.
El terreno político en el estado que forma parte de Nueva Inglaterra es más centrista y menos conservador que en otras partes de Estados Unidos —un hecho que el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, utilizó en su fallido intento por llegar a la Casa Blanca.
Ahora, según los informes de prensa, el equipo de Haley busca capturar a los partidarios de Christie, lo que la sitúa en el estado a poca distancia de la ventaja de 14 puntos del expresidente Trump.
Una victoria en New Hampshire podría mantenerla en la carrera, dándole potencialmente el impulso para convertirse en la principal rival del expresidente Trump.
No lograr ganar en el estado, donde los sentimientos anti-Trump son más pronunciados que en otros lugares, podrían indicar problemas para la Sra. Haley.
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