El expresidente Donald Trump dio un giro a su estrategia de campaña mientras está siendo juzgado en Nueva York, visitando circunscripciones clave de la ciudad, recibiendo a dignatarios extranjeros en la Torre Trump y lanzando ataques diarios contra su oponente en una campaña de guerrilla por la propia ciudad.
«Estamos haciendo una gran jugada por Nueva York», dijo el presidente Trump a los periodistas el 16 de abril, un día después del inicio de su juicio por cargos relacionados con la presunta falsificación de registros comerciales.
Las declaraciones se produjeron durante una visita a una bodega de Harlem donde un hombre había sido apuñalado hasta la muerte. «Me encanta esta ciudad», dijo el presidente Trump. «Y ha empeorado tanto en los últimos tres años (…) y vamos a enderezar Nueva York».
La parada parecía calculada para atraer a los votantes de las minorías, que en los últimos ocho años han dejado de asociarse con el Partido Demócrata.
En un vídeo se ve a una gran multitud reunida en torno a la bodega y coreando «cuatro años más» a la llegada del presidente Trump.
Una encuesta de abril de The Wall Street Journal muestra que el 30% de los hombres negros de los estados disputados tienen intención de votar al expresidente Donald Trump. Los votantes hispanos que se inclinan por los republicanos se acercan a la paridad con los que se inclinan por los demócratas.
El 26 de abril, el presidente Trump visitó unas obras antes de presentarse en la corte. Allí estrechó la mano de los trabajadores que están construyendo lo que se convertirá en la sede de 70 pisos de una de las mayores empresas bancarias del país.
El movimiento parecía calculado para reforzar el apoyo entre lo que el presidente Biden ha considerado uno de sus principales electores, los trabajadores sindicalizados.
Flanqueado por unas 100 personas que coreaban «queremos a Trump», el expresidente aprovechó la ocasión para criticar las políticas económicas de su oponente. «Tengo mucho apoyo ahí», bromeó el presidente Trump.
Cuando puede salir de Nueva York, el presidente Trump visita estados cruciales para su estrategia de reelección. Un mitin el fin de semana en Wilmington, Carolina del Norte, un estado que el expresidente ganó por un estrecho margen en 2020, fue cancelado debido a las inminentes tormentas eléctricas. Los mítines de Trump están programados para el 1 de mayo en Wisconsin y Michigan, estados disputados cruciales.
Mientras tanto, el presidente Biden estuvo haciendo campaña activamente. Justo antes de que empiece el juicio, la campaña de Biden publicó un vídeo en las redes sociales en el que aparecía posando para fotos con sus partidarios junto a imágenes del presidente Trump celebrando un torneo de golf en su campo de West Palm Beach, Florida.
«Les diré una cosa: Hay una diferencia entre los dos candidatos en esta elección», escribió el presidente Biden.
A lo largo de las dos primeras semanas del juicio, el presidente Trump ha insistido en su afirmación de que las acusaciones carecen de fundamento y tienen motivaciones políticas.
«El presidente Trump se muestra desafiante ante esta guerra política sin precedentes emprendida por el corrupto Joe Biden y los demócratas», dijo Karoline Leavitt, secretaria nacional de prensa de la campaña de Trump, a The Epoch Times.
Fuera de la sala del tribunal, el presidente Trump ha celebrado conferencias de prensa diarias, utilizando el micrófono para declarar su inocencia, menospreciar los cargos en su contra y criticar al presidente Biden.
«Me persiguen por no haber hecho nada malo», dijo el presidente Trump el 15 de abril, calificando el juicio de «caza de brujas».
«El mundo entero está viendo este engaño», dijo el 18 de abril. «El corrupto Joe Biden es el que debería estar siendo juzgado».
Por las tardes y los fines de semana, el presidente Trump se dedica a agasajar a dignatarios extranjeros, destacando su influencia en la escena internacional.
Eso incluye una visita del ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron; al club Mar-a-Lago, justo antes del comienzo del juicio; una cena con el presidente polaco, Andrzej Duda, en Nueva York durante la primera semana del juicio, y una llamada telefónica con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman.
El 23 de abril, el presidente Trump cenó con el exprimer ministro japonés Taro Aso, que es vicepresidente del Partido Liberal Democrático de Japón. Su conversación incluyó la importancia de las relaciones entre Estados Unidos y Japón y las amenazas que plantean China y Corea del Norte, según la campaña de Trump.
Jugada por Nueva York
El éxito de esta «jugada por Nueva York» es incierto, según el encuestador Rich Baris.
«Tendría que haber un cambio significativo e histórico que aleje a los demócratas, y todas las estrellas tendrían que alinearse para que el presidente Trump gane Nueva York», dijo Baris a The Epoch Times.
«Dicho esto, estoy de acuerdo con la estrategia de visitar zonas urbanas específicas en estados como Nueva York aunque solo sea por plantar las semillas de un cambio electoral a largo plazo».
Jason Meister, miembro del consejo asesor de Trump en Nueva York, dice que el presidente Trump es conocido por transformar las desventajas en ventajas. Y que la estrategia detrás de ir a los barrios de Nueva York cuando no está «siendo retenido como rehén político» en el juicio.
A pesar de estar atada a la sala de la corte, la campaña de Trump todavía puede ser eficaz en la recaudación de fondos, según Gerard Filliti, asesor principal de The Lawfare Project.
«La recaudación de fondos eficaz para un expresidente con un reconocimiento y un apoyo significativos no requiere tantos eventos como para un candidato menos conocido», dijo el Sr. Filitti a The Epoch Times.
Esto se debe a que gran parte de la financiación procede de grandes donantes y se canaliza a través de comités de acción política, y el presidente Trump puede seguir reuniéndose con esos donantes mientras está en Nueva York.
Y la desventaja de viajar va en ambos sentidos, dijo el Sr. Filitti. «Irónicamente, tal vez, Biden no está en mejor posición para hacer campaña en persona, pero esto es en gran parte un reflejo de sus circunstancias —y más aún de su edad— más que de su elección».
Se espera que este juicio dure entre seis y ocho semanas, según un comunicado de prensa del Sistema Judicial Unificado del Estado de Nueva York.
Janice Hisle, Aldgra Fredly y Associated Press contribuyeron a este reportaje.
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