El expresidente Donald Trump dijo que «no tendría que» usar la fuerza militar contra un bloqueo de China a Taiwán porque el líder comunista chino Xi Jinping lo respeta y «sabe que estoy [improperio] loco».
Trump dijo a Wall Street Journal el 17 de octubre que elevaría los aranceles sobre los productos fabricados en China a 150-200 para disuadir a Xi de asediar Taiwán.
Un bloqueo para cortar las rutas comerciales de la isla autogobernada, provocar el agotamiento de los recursos naturales y el pánico entre los taiwaneses, es una táctica que el Partido Comunista Chino (PCCh) podría desplegar en un intento de forzar a Taiwán a rendirse a su gobierno.
El comentario del expresidente sobre el no uso de la fuerza militar coincide con la mayoría de los estadounidenses.
Las encuestas anuales del Chicago Council on Global Affairs muestran un descenso interanual en el apoyo de la opinión pública estadounidense al uso de la Armada estadounidense para contrarrestar un bloqueo del PCCh a Taiwán. En 2022, más del 60% de los estadounidenses apoyaban ese planteamiento. La proporción de apoyo disminuyó a la mitad el año pasado y al 37 por ciento este año.
El think tank también informó que los estadounidenses prefieren que Taiwán mantenga su statu quo antes que buscar la independencia o la unificación con el continente. Los estadounidenses apoyan la inclusión de Taiwán en organizaciones internacionales, el armamento y la provisión de otros suministros a Taiwán, pero no el envío de tropas estadounidenses a la isla.
El presidente Joe Biden ha dicho en varias ocasiones que Estados Unidos defendería a Taiwán si Beijing intentara anexionarse la isla por la fuerza. Sin embargo, sus funcionarios se retractaron de esas declaraciones cada vez, diciendo que la política de EE. UU. es deliberadamente vaga sobre lo que haría.
La vicepresidenta Kamala Harris dijo en septiembre de 2022 que Estados Unidos «seguiría oponiéndose a cualquier cambio unilateral del statu quo» y «seguiría apoyando la autodefensa de Taiwán, en consonancia con nuestra política de larga data».
Trump comentó la cuestión en medio del aumento de las tensiones a ambos lados del estrecho.
La República Popular China (RPC) y la República de China (ROC) de Taiwán celebraron sus respectivas fiestas nacionales el 1 y el 10 de octubre. El 5 de octubre, días antes del Día Nacional de Taiwán, el presidente taiwanés Lai Ching-te declaró que la RPC acababa de celebrar su 75 cumpleaños, mientras que la ROC se acercaba a los 113 años.
«En términos de edad, es absolutamente imposible que la RPC sea la ‘madre patria’ del pueblo de la ROC», añadió Lai . «Por el contrario, la ROC podría ser la ‘madre patria’ de aquellos chinos continentales que tienen más de 75 años».
Después de que Lai reafirmara de nuevo la soberanía de Taiwán el 10 de octubre, Beijing respondió con un simulacro a gran escala de «espada conjunta 2024-B» cuatro días después. En comparación con el simulacro «joint-sword 2024-A» del 23 de mayo, que se llevó a cabo en respuesta a la toma de posesión de Lai, los ejercicios del 14 de octubre mencionaron por primera vez el «bloqueo de puertos y zonas clave».
Beijing describió el simulacro «2024-B» como un «castigo decidido» a las «falacias independentistas de Taiwán» de Lai. Durante el último ejercicio militar, el PCCh desplegó cuatro flotas de guardacostas para rodear Taiwán y se acercó más a la isla que en sus simulacros de mayo y agosto de 2022, que fueron en respuesta a la visita a Taiwán de la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi.
Yao Cheng, un ex teniente coronel de la Marina china en Estados Unidos, dijo que el PCCh ha estado trabajando en su plan de contingencia de bloqueo de Taiwán desde finales de la década de 1980.
Yao dijo a NTD Television, medio asociado de The Epoch Times, el 16 de octubre que Beijing había aparcado temporalmente la opción de desembarcar por la fuerza en Taiwán por cuestiones de costes. Bloquear Taiwán pasó a considerarse la opción más factible, afirmó.
En un informe de agosto, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un think tank con sede en Washington, esbozó varios escenarios de bloqueo que implicaban diversas combinaciones de medidas de bloqueo económico, ciberataques y bombardeos militares.
El ejercicio «espada conjunta 2024-B» duró 13 horas y no implicó el disparo de ninguna munición. Según Yao, el simulacro era un ensayo para desplazar rápidamente el ejército, la armada, la fuerza aérea y la fuerza de cohetes del Ejército Popular de Liberación (EPL) a los lugares previstos para bloquear Taiwán.
El Pentágono dijo que el simulacro del 14 de octubre fue «irresponsable, desproporcionado y desestabilizador». El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió al PCCh que no utilizara el discurso de Lai como «pretexto para acciones provocadoras» hacia Taiwán.
Esta respuesta de Estados Unidos no fue suficiente, según Craig Singleton, investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias, una institución de investigación con sede en Washington.
Singleton instó al Pentágono a devolver un grupo de ataque de portaaviones al Pacífico Occidental —actualmente sin ninguno— y a considerar nuevas sanciones a las entidades chinas que militarizan la Guardia Costera china.
Los días 15 y 16 de octubre, Xi visitó la provincia de Fujian, la zona costera del continente frente a Taiwán. No se informó públicamente de su visita a la armada del Mando del Teatro Oriental estacionado allí.
El 17 de octubre, visitó una brigada de misiles de la fuerza de cohetes en la provincia de Anhui y les pidió que reforzaran la «disuasión estratégica y la capacidad de combate» de China.
El mes pasado, el régimen chino realizó una prueba de lanzamiento de un misil balístico intercontinental (ICBM) en el Pacífico Sur por primera vez en 44 años.
Con colaboración de Lily Zhou
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
