El presidente electo Donald Trump dijo que recuperará el control del Canal de Panamá del gobierno de la nación centroamericana si no se protegen los intereses de EE. UU., de acuerdo con el Tratado Carter-Torrijos de 1977, el cual fue firmado bajo la presidencia de Jimmy Carter.
El Canal de Panamá, una de las rutas marítimas más transitadas y significativas del mundo, reduce en semanas el tiempo de tránsito del comercio y los viajes, la mayoría de los cuales buscan acceder y salir de los puertos estadounidenses.
«Considerado una de las Maravillas del Mundo Moderno, el Canal de Panamá abrió sus puertas hace 110 años y se construyó con un enorme coste para Estados Unidos en vidas y dinero», dijo Trump en un comunicado publicado en Truth Social el 21 de diciembre.
Alrededor de 5600 trabajadores murieron en los esfuerzos para construir el canal, además de los 6000 que murieron haciendo el Ferrocarril de Panamá original, según estimaciones oficiales.
El canal, de 51 millas de largo, atraviesa la parte más estrecha de América Central para conectar los océanos Pacífico y Atlántico, que de otro modo estarían separados, transformando un viaje de varias semanas y miles de millas alrededor del Cabo de Hornos en un tránsito de 8 a 10 horas. Actualmente es la mayor fuente de ingresos de Panamá, y generó casi 5000 millones de dólares en ingresos para el país en 2024, a pesar de los retos planteados por una sequía regional.
En virtud del tratado de 1977, Estados Unidos devolvió la soberanía del canal a Panamá durante 20 años, hasta 1999, aunque conservó el derecho a emprender acciones militares para proteger el canal de agresiones extranjeras o si se utilizaba para interferir con los intereses estadounidenses.
Trump dijo que Panamá ha estado cobrandole a Estados Unidos, a su Armada y a las corporaciones que hacen negocios en Estados Unidos «precios y tarifas de paso exorbitantes».
«Esta completa ‘estafa’ a nuestro país se detendrá inmediatamente», dijo Trump, instando a los funcionarios locales a reformar la actual estructura de tarifas que ha sido “muy injusta e injuriosa” para el comercio estadounidense.
«Especialmente conociendo la extraordinaria generosidad que le ha otorgado Estados Unidos a Panamá», dijo Trump.
«Teddy Roosevelt era presidente de Estados Unidos en el momento de su construcción, y entendió la fuerza del poder naval y el comercio», dijo Trump, refiriéndose al pago de 10 millones de dólares de Estados Unidos a Panamá en 1904 y 33 pagos posteriores de 250,000 dólares por la construcción y control de la “Zona del Canal” bajo el Tratado Hay-Bunau-Varilla.
Apenas un año antes, el respaldo estadounidense había logrado que Panamá declarara su independencia de Colombia.
La Embajada de Panamá en Washington no respondió de inmediato a una solicitud de The Epoch Times en busca comentarios.
Activo nacional vital
Trump calificó al canal como un «activo nacional vital para Estados Unidos, debido a su papel crítico para la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos».
Más del 70 por ciento del comercio que transita por el canal tiene como destino o origen Estados Unidos. China ocupa el segundo lugar en volumen de comercio a través del canal, y casi el 60 por ciento de los portacontenedores procedentes de Asia con destino a la costa este de Estados Unidos pasan por el Canal de Panamá.
El Partido Comunista Chino (PCCh) se ha esforzado en las últimas décadas por aumentar su influencia en la región, ampliando su poder blando en Panamá a través de diversos programas, como inversiones en derechos mineros e infraestructuras panameñas y el desarrollo de medios de comunicación en lengua española controlados por el PCCh.
Desde finales de la década de 1990, Hutchison Whampoa, con sede en Hong Kong, se hizo con el control de dos de los cinco puertos que rodean el canal: Balboa, en el Pacífico, y Cristóbal, en el Caribe.
Aunque Estados Unidos siguió siendo la principal fuente de inversión extranjera directa en Panamá, a la primera administración Trump le preocupaba cada vez más que el gobierno panameño ya hubiera hecho amplias concesiones a los intereses chinos a lo largo de la zona del canal, cuando se calcula que el 43 por ciento de las actividades de la zona quedaron bajo control chino.
En 2017, Panamá también cambió sus relaciones diplomáticas de Taiwán al régimen comunista de Beijing, tomando a Washington por sorpresa.
Un año después, también se convirtió en el primer país latinoamericano en unirse a la controvertida Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, aunque muchos proyectos han sido suspendidos desde entonces tras la reacción pública sobre los términos del acuerdo.
«No me equivoco al decir que desde que Panamá rompió relaciones con Taiwán para establecerlas con China, la independencia del país se ha visto sumamente comprometida», declaró en marzo Euclides Tapia, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, a la revista de seguridad Diálogo, del Comando Sur de Estados Unidos.
El puesto de embajador de Estados Unidos en Panamá estuvo vacío durante toda la administración Trump debido a objeciones partidistas que bloquearon a los nominados del presidente, lo que dejó una apertura para que Beijing avanzara en sus intereses en la importante nación de 4.3 millones de habitantes.
En 2018, un consorcio vinculado a China formado por empresas estatales ganó una licitación para construir un cuarto puente sobre el canal. En ese momento, exdiplomáticos estadounidenses dijeron que a menudo se enfrentaban al desafío de que sus inversores independientes del sector privado compitieran con inversores chinos con el respaldo de Beijing.
Los líderes militares estadounidenses planteaban preocupaciones de seguridad sobre los proyectos vinculados a China a lo largo del canal, ya que ni siquiera las empresas privadas chinas están libres del control del PCCh. Advirtieron que las empresas vinculadas a China podrían convertirse en entidades de doble uso en momentos críticos, reportando directamente desde el canal al PCCh.
Durante la administración Biden, no se confirmó un embajador hasta finales de septiembre de 2022: la exembajadora de Estados Unidos en El Salvador Mari Carmen Aponte.
«Estados Unidos tiene un interés personal en la operación segura, eficiente y confiable del Canal de Panamá, y eso siempre se entendió», dijo Trump en su publicación del sábado. «¡Nunca dejaríamos ni dejaremos que caiga en las manos equivocadas!».
«Cuando el presidente Jimmy Carter tontamente lo regaló, por un dólar, durante su mandato, fue exclusivamente para que Panamá lo administrara, no China, ni nadie más», dijo.
«No se dio en beneficio de otros, sino simplemente como muestra de cooperación con nosotros y Panamá. Si no se siguen los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de donación, entonces exigiremos que se nos devuelva el Canal de Panamá, en su totalidad, y sin cuestionarlo. A los funcionarios de Panamá, que se guíen en consecuencia», dijo el presidente electo.
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