El Presidente Donald Trump anunció el 25 de febrero que arribó a un acuerdo con el Congreso para abrir el gobierno por 21 días, dando a los legisladores una oportunidad para negociar una ley bipartidaria que financie el muro en la frontera sur. Trump afirma que, si no se aprueba una medida para el 15 de febrero, hará uso del poder ejecutivo que le otorga la Constitución para asegurar el financiamiento del muro fronterizo.
El anuncio se hizo 36 días después del cierre parcial de gobierno que comenzó el año pasado como resultado del punto muerto al que llegaron el presidente y los líderes demócratas al tratar el financiamiento de un muro fronterizo. La reapertura del gobierno, una vez aprobada por el Congreso, implicaría que 800.000 trabajadores federales recibirían su paga, la cual no pudieron cobrar debido al cierre de gobierno más largo de la historia de EE. UU.
«Me aseguraré de que todos los empleados reciban su paga retroactiva muy rápido, tan pronto como sea posible», dijo Trump, elogiando a aquellos que estuvieron sin percibir sus haberes.
«Estoy tan orgulloso de que ustedes sean ciudadanos de nuestro país, cuando hablo de hacer que Estados Unidos sea grande otra vez, [pienso que] no podría lograrse sin ustedes».
Los líderes demócratas del Congreso se rehusaron a negociar un financiamiento para un muro fronterizo mientras el gobierno estuvo cerrado. La jugada de Trump es una concesión temporal que coloca nuevamente el foco de atención en la Presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la Minoría del Senado, Chuck Schumer.
«Los demócratas han estado diciendo por semanas que negociarán el financiamiento del muro cuando el gobierno esté abierto, el Presidente de los EE. UU. les está dando OTRA oportunidad de acercarse a la mesa [de negociaciones]»., escribió el Representante Mark Meadows (Carolina del Norte) en Twitter.
«Los estadounidenses serán capaces de juzgar por sí mismos si los demócratas realmente toman con seriedad asegurar nuestra frontera».
Pelosi no publicó una declaración inmediata en respuesta a Trump. Schumer felicitó al presidente por reabrir el gobierno, señalando que el debate sobre financiamiento del muro se reanudará.
«El cierre de gobierno más largo de la historia de EE. UU. al fin terminará. El presidente aceptó nuestra petición de abrir el gobierno y luego debatir la seguridad fronteriza», escribió Schumer en Twitter. «Esta es una gran noticia para 800.000 trabajadores federales y millones de estadounidenses que dependen de los servicios de gobierno».
Trump está exigiendo U$S 5,7 mil millones en fondos para financiar un muro fronterizo, su distintiva promesa de campaña. Aquellos fondos son parte de un extenso paquete de seguridad fronteriza solicitado por expertos del Departamento de Seguridad Nacional. El paquete incluye la financiación de más agentes de patrulla fronteriza, jueces de inmigración y escaneo de equipamiento en puertos y entradas.
Trump pidió al líder de la Mayoría del Senado, Mitch McConnell, discutir en el Senado la concesión temporaria tan pronto como sea posible. Una vez que el gobierno sea reabierto, un comité bipartidario de legisladores de la Cámara y del Senado trabajarán juntos para esbozar un proyecto de ley que sirva tanto al presidente como a los líderes demócratas, dijo Trump.
«Ésta es una oportunidad para que todos los partidos trabajen juntos en beneficio de toda nuestra hermosa nación», dijo Trump.
El 24 de enero, el Senado no aprobó proyectos de ley contrapuestos, presentados por legisladores republicanos y demócratas. Seis senadores republicanos votaron en contra del proyecto del Partido Republicano, que financiaría el muro fronterizo. Al proyecto demócrata, que reabriría el gobierno sin financiamiento del muro, le faltaron ocho votos de los 60 necesarios para aprobar una medida de gasto.
Los republicanos tienen una mayoría en el Senado de 53 a 47 y necesitan al menos siete demócratas para aprobar un proyecto de gasto. Al menos 7 senadores demócratas expresaron su apoyo al muro fronterizo, según un conteo efectuado por el Senador Republicano Bill Cassidy (Luisiana).
«Al fin reconocieron completamente que tener barreras, cercas … sería una parte importante de la solución», dijo Trump.
Trump enfatizó que la situación en la frontera sureña es una seria amenaza para la seguridad nacional, señalando el masivo flujo de tráfico de drogas ilícitas y pandillas, así como la trata de personas.
«Las peticiones que formulamos al Congreso son vitales para finalizar la crisis humanitaria en la frontera sur», dijo Trump. «La crisis amenaza la seguridad de nuestro país».
El presidente dijo que el financiamiento de un muro fronterizo tendría un buen impacto en la economía y reduciría el crimen.
«Creo que la tasa de criminalidad de este país puede bajar mucho si tenemos muy buena seguridad en nuestra frontera sur», dijo Trump.
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