El presidente Donald Trump sugirió el 7 de septiembre que los líderes del Departamento de Defensa no le tienen cariño porque están alineados con los intereses de las grandes empresas de armas y equipos militares.
«No digo que los militares estén enamorados de mí; los soldados lo están», dijo el presidente durante su discurso con motivo del Día del Trabajo en la Casa Blanca. «Los altos mandos del Pentágono probablemente no lo están porque no quieren hacer nada más que luchar en guerras para que todas esas maravillosas empresas que hacen las bombas y hacen los aviones, y que hacen todo lo demás, sigan felices».
«Pero estamos saliendo de las guerras interminables», añadió el presidente.
El presidente hizo los comentarios mientras la Casa Blanca sigue lidiando con un espectáculo mediático tras la publicación de un artículo con fuentes anónimas de The Atlantic en el que se afirmaba que Trump menospreció a los militares durante un viaje a Francia. Más de una docena de funcionarios jubilados y en activo que estaban en el viaje han negado desde entonces tales afirmaciones.
Más tarde, ese mismo día, Trump compartió una serie de posteos con el discurso final del presidente Dwight Eisenhower, cuando advirtió a la nación sobre el crecimiento descontrolado de la industria armamentística de los Estados Unidos.
«Nos hemos visto obligados a crear una industria de armamento permanente de vastas proporciones. Además, tres millones y medio de hombres y mujeres están directamente vinculados al establishment de la defensa. Anualmente gastamos en seguridad militar más que los ingresos netos de todas las empresas de los Estados Unidos», dijo Eisenhower por aquel entonces.
«Esta conjunción de un inmenso establishment militar y una gran industria de armas es nueva en la experiencia estadounidense. La influencia total —económica, política, incluso espiritual— se siente en cada ciudad, cada casa estatal, cada oficina del gobierno federal. Reconocemos la necesidad imperiosa de este desarrollo. Sin embargo, no debemos dejar de comprender sus graves implicaciones. Nuestro trabajo, recursos y sustento están todos involucrados; así como la estructura misma de nuestra sociedad».
El Pentágono no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Trump ha enfatizado repetidamente que ha aumentado el presupuesto militar y reconstruido las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Este año, el Departamento de Defensa está financiado con 721,500 millones de dólares de los contribuyentes, frente a los 686,100 millones del año fiscal anterior.
Durante el discurso del Día del Trabajo, Trump celebró la derrota del califato terrorista de ISIS durante su mandato.
«Y dije, ‘Eso es bueno. Traigamos a nuestros soldados de vuelta a casa’. A algunas personas no les gusta volver a casa. A otros les gusta seguir gastando dinero», dijo el presidente. «Una fría traición globalista tras otra, y eso es lo que fue».