WARREN, Michigan— El expresidente Donald Trump prometió durante los eventos de Michigan, un estado clave, «recuperar el poder manufacturero de Estados Unidos».
El 27 de septiembre, el candidato presidencial republicano se dirigió a miles de trabajadores del sector automotor en dos mítines de campaña distintos. Un mitin, en Walker, Michigan, cerca de Grand Rapids, fue seguido por un foro ciudadano al otro lado del estado en Warren, un suburbio de Detroit. En ambos actos, Trump repitió promesas anteriores de aplicar políticas que impulsen la manufactura y aseguren el empleo en Estados Unidos si gana la reelección el 5 de noviembre.
«Quiero que las empresas automotrices alemanas sean empresas automotrices estadounidenses. Quiero que construyan sus coches en este país, no en Alemania», dijo Trump en el mitin de Walker. «Quiero que las empresas asiáticas de electrónica se conviertan en empresas de electrónica de Michigan».
«Quiero que cada fabricante que nos ha dejado se llene de arrepentimiento».
Para lograrlo, Trump explicó que impondría aranceles a las importaciones extranjeras y proporcionaría a las empresas que producen en Estados Unidos los costos energéticos, los impuestos y las cargas regulatorias más bajos.
Antes de la visita de Trump, la vicepresidenta Kamala Harris criticó el acuerdo comercial de 2020 de Trump con México y Canadá, diciendo que facilitó la transferencia de empleos automotrices estadounidenses a México.
«Los trabajadores estadounidenses merecen un líder que cumpla sus promesas y esté con los trabajadores cuando importa, y como presidente, traeré de vuelta los empleos de los trabajadores automotrices a este país y crearé una economía de oportunidades que fortalezca la fabricación, los sindicatos y construya prosperidad y seguridad para el futuro de Estados Unidos», dijo Harris en un comunicado el jueves. «Siempre estaré junto a la UAW».
A fines de julio, el presidente de la UAW, Shawn Fain, anunció que el influyente sindicato, que cuenta con 370,000 afiliados, respalda a Harris. Poco después, la UAW acusó a Trump y a su aliado, el consejero delegado de X, Elon Musk, de una práctica laboral injusta. La acusación siguió a una conversación pública entre Musk y Trump en «Spaces», en la que se exploraron muchos temas, incluido el despido por parte de Musk de parte de su personal en X. La Junta Nacional de Relaciones Laborales está investigando esa acción de Musk.
Durante el debate presidencial, Harris destacó los coches fabricados en Estados Unidos como uno de los pilares para construir una «economía de energía verde.» El gobierno de Biden impuso estrictas normas de emisiones de automóviles para acelerar la transición de la industria automovilística a los vehículos eléctricos.
Ni Trump ni Harris obtuvieron el respaldo de otro gran sindicato, la Hermandad Internacional de Camioneros. El sindicato publicó una encuesta interna el 23 de septiembre, que mostraba que el 58% de sus miembros apoyaban a Trump para presidente.
El 27 de septiembre, Harris tenía en el estado de Michigan una ventaja de 1.8 puntos porcentuales sobre Trump, según el promedio de encuestas de RealClearPolitics. Esa ventaja está dentro del margen de error de la mayoría de los sondeos, por lo que la carrera se considera un empate estadístico.
El viernes, más de 5000 personas llenaron el Macomb Community College en Warren, para asistir al encuentro con el expresidente.
Alrededor de un tercio de los asistentes al acto de campaña de Trump eran trabajadores del sector automotriz, según una votación a mano alzada a petición de la moderadora del foro ciudadano, la senadora Marsha Blackburn (R-Tenn.).
En el condado de Macomb, donde viven unas 886,000 personas, Ford y General Motors son las principales empresas. Alrededor de 65,000 trabajadores están empleados en puestos de trabajo de manufactura, dice un sitio web del condado.
Cinco personas del público formularon sendas preguntas a Trump.
Un joven llamado Nico, de Plymouth, Michigan, dijo que acababa de ser despedido de Detroit Diesel, donde trabajaba como montador. Quería saber cómo detendría Trump la afluencia de inmigrantes ilegales que están «perjudicando a los trabajadores estadounidenses».
Trump le dijo al joven que, si recuperaba la Casa Blanca, reanudaría su proyecto de construcción del muro.
Durante su mandato presidencial, Trump construyó al menos 450 millas de vallas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. El presidente Joe Biden detuvo la construcción del muro fronterizo al asumir el cargo en enero de 2021.
Frenar la ola de inmigración ilegal ayudará a evitar que compitan por los puestos de trabajo de los estadounidenses, dijo Trump.
El viernes, durante una visita a la frontera en Arizona, Harris prometió políticas fronterizas más estrictas, incluyendo cargos penales más graves para las personas que crucen repetidamente la frontera de forma ilegal y exigiendo que las solicitudes de asilo se hagan solo en los puertos de entrada.
Otra de las asistentes al mitin de Trump, Misti Robinette, de 50 años, dijo que es madre soltera de cinco hijos y que lleva 25 años montando Ford Broncos y Rangers.
«Si voy a ser sincera con usted, al principio no estaba ‘a su favor’. Pero mi hijo me dijo que yo parecía ignorante y que necesitaba informarme sobre usted», le dijo al expresidente en un cara a cara de pie en el escenario.
Después de investigar sobre Trump, Robinette dijo que se convirtió en una de sus votantes.
Más tarde, Robinette declaró a The Epoch Times que le habían dicho una y otra vez que, por ser trabajadora sindical, ella tenía que ser demócrata. Ella dijo que ahora estaba decidiendo por sí misma quién le parecía mejor para dirigir su país.
Trump también se refirió a la normativa sobre las emisiones de los automóviles de la administración Biden, afirmando que perjudica a la industria automovilística estadounidense y afecta a las opciones de los consumidores. Él reiteró su promesa pasada de eliminar la norma si es reelegido.
«No todo el mundo debería tener un coche eléctrico», dijo Trump. «Uno tiene que tener alternativas y opciones. De eso se trata el país».
Un trabajador del sector automovilístico llamado Todd, de Shelby, Michigan, lamentó que 2000 personas vayan a ser despedidas de su planta de fabricación en las próximas semanas. Él culpó a las políticas de la actual administración.
En un tono más ligero, pidió a Trump que nombrara sus vehículos estadounidenses favoritos, lo que llevó al expresidente a recordar a su padre Fred.
«Mi padre era un gran tipo, aprendí mucho de él, y le encantaba Cadillac. Su mayor lujo en la vida era estrenar un Cadillac azul oscuro cada dos años», dijo Trump. «A mi padre le gustaban los Cadillac, así que eso es suficiente para mí».
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