CIUDAD DE NUEVA YORK – El expresidente Donald Trump subió al escenario del mundialmente famoso Madison Square Garden de Nueva York el 27 de octubre, llenando el recinto de 20,000 asientos para un mitin de seis horas repleto de estrellas, potencialmente crucial en estas elecciones, y que culminó con su discurso.
Una multitud siguió el discurso de Trump en pantallas gigantes instaladas en el estadio.
Trump alcanzó la fama y la fortuna en Nueva York, pero se convirtió en objeto de controversia tras presentarse en la ciudad como candidato republicano, que apoya predominantemente a los demócratas.
En el mitin, Trump y otros oradores dijeron que el tamaño y la energía de la multitud, junto con las recientes tendencias de las encuestas, significaban un cambio de impulso hacia él a medida que se acercan las elecciones del 5 de noviembre.
«Aquí está pasando algo que es realmente bueno, pero concluyámoslo», dijo Trump, refiriéndose a su contienda contra la candidata presidencial del Partido Demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.
Los dos candidatos están empatados estadísticamente en la intención de voto a nivel nacional, según la media de sondeos de opinión de RealClearPolitics. Trump logró recientemente una ventaja por sobre Harris en siete estados indecisos.
Al celebrar el mitin en el Madison Square Garden, que así se llama a menudo, el expresidente también hizo realidad un sueño personal. Por primera vez en su vida, el nativo de Nueva York encabezó su propio evento en «The Garden».
El compañero de fórmula de Trump, el senador JD Vance (R-Ohio), señaló que el lugar ha acogido a «los héroes y leyendas más célebres de Estados Unidos», desde el cantante Elvis Presley hasta Hulk Hogan, el luchador profesional que más tarde irrumpió en el escenario, ondeando una bandera estadounidense y arrastrando una boa de plumas rojas y amarillas.
Después de abrirse la camiseta para mostrar una de Trump-Vance, Hogan dijo que en el Madison Square Garden había visto en repetidas ocasiones llenos totales, pero que «la energía que hay aquí es algo que nunca había sentido. Hoy, ¡esta es la casa de Donald Trump, hermano!».
La marea podría estar cambiando
Trump podría haber sido incapaz de atraer a una multitud tan grande al Madison Square Garden durante sus dos carreras presidenciales anteriores, 2016 y 2020, declaró su hijo Donald Trump Jr. al público que llenaba la arena.
«¿Creen que esto podría haber ocurrido hace cuatro u ocho años, en el corazón de la ciudad de Nueva York?», dijo el Trump más joven, elevando la voz a medida que los vítores del público se hacían más fuertes.
«Mi padre cambió el horizonte de esta ciudad. Arregló las cosas que los burócratas incompetentes no podían manejar (…)También lo hizo por nuestro país, y ahora todo el mundo lo reconoce».
Su hijo declaró que el tamaño de la multitud en Nueva York parece ser un indicador de cuáles políticas prefiere la gente entre los candidatos, ya que sugiere un giro hacia Trump, incluso en la «azul» Nueva York.
«El hecho de que pudiera conducir hasta aquí con mi padre durante 25 manzanas y ver las calles de Nueva York llenas de gorras rojas de la campaña MAGA nos dice todo lo que necesitamos saber», dijo Donald Trump Jr. en referencia a las gorras con el lema de la campaña de Trump «Make America Great Again» (Hagamos a América grande de nuevo).
Volver a soñar a lo grande
En un nuevo giro del eslogan de Trump Make America Great Again (Hagamos a América grande de nuevo), en los carteles luminosos se leía «Dream Big Again» (Vuelvan a soñar a lo grande).
«Esta es la ciudad donde nací y crecí, y esta es la ciudad que me enseñó que los estadounidenses pueden hacer cualquier cosa», dijo Trump. «No importan nuestras diferencias, cuando trabajamos juntos, no hay nada que no podamos lograr».
Él enmarcó las elecciones como una elección entre dos trayectorias y visiones drásticamente diferentes.
Después de que el presidente Joe Biden fuera declarado ganador de las disputadas elecciones de 2020, Biden y Harris revirtieron muchas de las políticas que Trump promulgó como 45º presidente.
Si Trump gana la reelección como 47º presidente, él prometió volver a sus políticas anteriores, con algunos añadidos, como medidas de reducción de impuestos.
«Nosotros tendremos la economía más fuerte, las fronteras más seguras, las ciudades más seguras, el ejército más poderoso, los mejores acuerdos comerciales y dominaremos las fronteras de la ciencia, la medicina, los negocios, la tecnología y el espacio», dijo Trump a la multitud.
Para muchos votantes, la inmigración y la economía son cuestiones clave en estas elecciones, que Trump y Harris han enfocado de forma diferente.
Mientras Trump aboga por un control más estricto de la inmigración, Biden y Harris han declarado que buscan un enfoque más «humano» de la inmigración.
En cuanto a la economía, Biden y Harris aplicaron la «Bidenomics», que incluía medidas destinadas a mejorar la igualdad y crear más empleo.
Trump argumentó que esas políticas no están funcionando y que las regulaciones medioambientales de Biden-Harris están ahogando la creación de empresas al tiempo que hacen subir los precios de la energía y, por tanto, el costo de los bienes de consumo.
El expresidente prometió mejorar la vida de los estadounidenses en todos los frentes.
«Les pido que vuelvan a ilusionarse con el futuro de nuestro país», dijo Trump a la audiencia. «Les pido que vuelvan a soñar a lo grande (…) Esta será la nueva edad de oro de Estados Unidos».
Los aliados se alinean
Si Trump gana la reelección, declaró que crearía un Departamento de Eficiencia Gubernamental, encabezado por el innovador Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo.
Musk, que recientemente empezó a hacer campaña en favor de Trump, dijo a la audiencia: «Vuestro dinero se está malgastando, y el Departamento de Eficiencia Gubernamental va a arreglarlo. Vamos a sacar al gobierno de vuestras espaldas y de vuestros bolsillos».
Personas que conocen personalmente a Trump, entre ellas varios neoyorquinos de toda la vida, subieron al escenario para ofrecer datos poco conocidos sobre él. Dieron fe de su carácter, por el que a menudo ha sido difamado.
El comentarista conservador Tucker Carlson se maravilló de poder dirigirse al lugar donde hace años asistió a un concierto de Grateful Dead. Su discurso se produjo poco después de las declaraciones de Robert F. Kennedy Jr., un demócrata que abandonó el barco y aceptó ayudar a Trump con la iniciativa «Make America Healthy Again».
Trump está reuniendo una coalición diversa de partidarios, dijo Carlson, prueba de que se está produciendo un «realineamiento» político.
Carlson indicó que no podía imaginar lo que era para Trump el trabajar tan duro para mejorar Nueva York, para que «de pronto los líderes de la ciudad de Nueva York decidieran que van a destruirlo porque no les gusta su política».
Carlson dijo que esto dice mucho de Trump, el que esté «de vuelta en la ciudad que se lo hizo, sin ninguna vergüenza, con una habitación llena de sus amigos».
Neoyorquino de corazón
A lo largo de los años, Trump expresó en repetidas ocasiones su aspiración a ocupar el centro del escenario del Madison Square Garden. Ya ha aparecido allí al menos en dos ocasiones.
En 2013, Trump participó en un evento benéfico «Celebrity Fight Night» en el lugar, recibiendo una recepción mixta. En relación a eso, escribió en Twitter, ahora bajo la propiedad de Musk y renombrado como X: «Me ENCANTÓ la gran energía en el Madison Square Garden durante mi discurso».
Luego, en 2019, mientras ejercía como 45º presidente y buscaba la reelección, Trump se paseó por el estadio con el CEO del Ultimate Fighting Championship, Dana White.
Esa experiencia se sintió «un poco como entrar en un mitin de Trump», escribió Trump en un posteo en las redes sociales.
White fue uno de los oradores invitados de Trump el domingo.
«Nunca ha habido tanto en juego y nunca ha estado tan clara la elección (…) es el ser humano más resistente y trabajador que he conocido en mi vida», dijo White como testimonio para Trump.
El exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, declaró que se enfada cuando se «demoniza» a Trump porque había visto a Trump ofrecerse repetidamente a prestar ayuda a los neoyorquinos, en particular a policías y bomberos, en tiempos de crisis. Cuando Giuliani quiso hacer públicos esos actos de bondad, Trump declinó, diciendo que Dios le daba crédito por sus buenas acciones.
«Se trata de un hombre muy caritativo y muy bueno», dijo Guiliani.
Sobrevivir a un tiroteo
«He estado con este hombre durante 30 años», declaró Dan Scavino, un empleado de la campaña de Trump, añadiendo que ha sido testigo en repetidas ocasiones de su determinación para lograr lo que parece imposible.
«Nadie decía que tuviéramos posibilidades (…) teníamos un 1% en las encuestas. Luego ganó la presidencia», dijo Scavino.
Él vio a Trump en los buenos y en los malos momentos, incluido un intento fallido de asesinato el 13 de julio en Butler, Pensilvania.
Scavino compartió un vistazo entre bastidores de las secuelas.
Mientras Trump estaba en una habitación de hospital recibiendo tratamiento por una herida de bala que le rozó la oreja y que por poco no impactó directamente en su cabeza, Scavino le mostró a Trump una foto que había tomado el fotógrafo del New York Times (Doug Mills).
Scavino dijo que la imagen era tan impresionante que pensó que sería la más icónica jamás captada en la historia política estadounidense. La foto muestra a Trump rodeado de agentes del Servicio Secreto, con sangre corriéndole por la cara y el puño en alto. Él acababa de gritar: «¡Lucha, lucha, lucha!».
Cuando Scavino le enseñó la foto a Trump, se quedó mirándola un momento.
«La reacción del presidente fue: ‘¿Cómo está Doug? ¿Está bien Doug?’», relató Scavino, que parecía quedarse atragantado mientras contaba la historia.
Después de que le «dispararan en la maldita cabeza», su primer instinto fue preguntar por otras personas, indicó Scavino.
Ese momento, declaró Scavino, le dijo algo sobre Trump. «Él es un luchador, entre bastidores y en público».
Más tarde, en una aparición no anunciada previamente en el mitin, la exprimera dama Melania Trump comentó que estaba orgullosa de que Nueva York «haya producido los líderes más intrépidos de Estados Unidos».
Luego añadió que, sin embargo, la ciudad y la nación «necesitan recuperar su magia».
Para terminar la noche, el cantante Christopher Macchio interpretó el himno consagrado de Frank Sinatra, «New York, New York», mientras los asistentes se balanceaban en sus asientos.
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