Los agentes federales y la Guardia Nacional están en camino a Kenosha, Wisconsin, desde el miércoles para ayudar a sofocar los disturbios ocurridos en la ciudad, dijo el presidente Donald Trump.
Trump dijo en una declaración que su equipo llegó a un acuerdo con el gobernador Tony Evers, un demócrata.
«NO toleraremos los saqueos, los incendios, la violencia y la anarquía en las calles de Estados Unidos», dijo Trump, añadiendo que la ayuda federal estaba destinada a restaurar la ley y el orden.
El aparente giro en la situación se produjo después de que el jefe de personal de la Casa Blanca, Mark Meadows, acusó a Evers de rechazar una oferta de ayuda federal el martes.
«Tenemos a la Guardia Nacional a la espera, y si el general de la Guardia Nacional necesita ayuda adicional, estamos ahí para ello», dijo Meadows en el programa «Tucker Carlson Tonight» de Fox News. «Pero hoy, esa petición fue negada por el gobernador».
Meadows dijo que la situación en Kenosha, donde los disturbios estallaron el domingo por la noche cuando la policía disparó a un hombre perseguido por agresión sexual, «está fuera de control y no se puede permitir que continúe».
Trump y Evers hablaron por teléfono, dijo Meadows, después de que el representante Bryan Steil y el senador Ron Johnson pidieran ayuda.
Continuó acusando a los gobernadores demócratas de varias ciudades de ignorar los disturbios de los últimos meses.
«No tienen ningún derecho a saquear y amotinarse según la Primera Enmienda», dijo.
La oficina de Evers no respondió a una solicitud de comentarios.
Una portavoz dijo al Milwaukee Journal-Sentinel que la administración Trump estaba ofreciendo ayuda del Departamento de Seguridad Nacional.
El gobernador rechazó la oferta porque envió 125 miembros más de la Guardia Nacional a Kenosha después de que el despliegue inicial de 125 no logró mantener la paz el martes.
«El gobernador les informó que aumentaríamos el apoyo de la Guardia Nacional de Wisconsin en Kenosha y por lo tanto no necesitaríamos ayuda federal en respuesta a las protestas, pero agradeceríamos apoyo federal adicional y recursos para la respuesta de nuestro estado ante COVID-19», dijo la portavoz de Evers, Britt Cudaback.
En una declaración del martes, Evers pidió a la gente que protestara «pacíficamente y de forma segura».
«Toda persona debe poder ejercer su derecho fundamental —ya sea un manifestante o un miembro de la prensa— de manera pacífica y segura. No podemos permitir que continúe el ciclo de racismo e injusticia sistémica. Tampoco podemos seguir por este camino de daño y destrucción», dijo.
Más tarde ese mismo día, el gobernador firmó una orden ejecutiva declarando estado de emergencia por los disturbios en Kenosha y otras ciudades. La orden establece que «lamentablemente, algunas personas se han desviado de las protestas pacíficas y han participado en actividades ilícitas, perjudiciales y peligrosas, incluido incendios provocados, que han puesto en peligro la vida de otros manifestantes y transeúntes, lo cual no puede tolerarse».
La orden permite al general adjunto solicitar a los guardias nacionales adicionales en servicio activo, si lo considera necesario para ayudar a la policía local y proteger los edificios y otras infraestructuras.
No parece que ningún edificio haya sido incendiado durante la noche del martes, pero dos personas fueron asesinadas durante otra noche de disturbios.
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