El presidente Donald Trump planea firmar el 11 de diciembre una orden ejecutiva que obligaría a recortar o retener ayuda federal a las instituciones educativas que no combaten el antisemitismo, según un alto funcionario de la administración.
Bajo la Ley de Derechos Civiles de 1964, la orden ejecutiva extendería la protección a las personas que enfrentan el antisemitismo en los campus universitarios, dijo el martes el alto funcionario.
Esto permitiría designar al judaísmo no solo como una religión, sino como una raza o una nacionalidad; en un intento de impulsar una ley federal que penalice a las instituciones educativas que no actúen contra la discriminación en el campus, reportó The New York Times.
La orden «solo explica que si se presenta un incidente antisemita, podría caer en una violación del Título 6», dijo un funcionario a Reuters, refiriéndose al Título 6 de la ley, que prohíbe la discriminación por motivos de raza, color y origen nacional en programas y actividades que reciben asistencia financiera federal.
«Solo porque alguien sea judío no significa que deba ser castigado y no recibir las mismas protecciones ante la discriminación bajo el Título 6», dijo el funcionario.
La medida viene como apoyo al movimiento pro-palestino de «boicot, desinversión y sanciones» (BDS) sobre las políticas de Israel hacia los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza entre los estudiantes universitarios que ha aumentado en los últimos años, creando una atmósfera incómoda para algunos estudiantes judíos.
Sin embargo, el BDS recibió un rechazo bipartidista en el Congreso de los Estados Unidos, lo que hizo que muchos estados aprobaran medidas en contra del grupo.
El año pasado la Liga contra la Difamación, que hace un seguimiento de los actos de racismo, registró 201 incidentes antisemitas en colegios y universidades. Esta cifra fue inferior a los 204 incidentes registrados en 2017.
Según un alto funcionario, la orden ejecutiva dejaría en claro que el Título 6 cumplirá con la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, que dice que puede incluir «apuntar contra el Estado de Israel».
Algunos críticos argumentaron que caracterizar al judaísmo como una raza o nación es antisemita en sí mismo. Otros afirmaron que la participación en boicots está protegida por el derecho constitucional de los estadounidenses a la libertad de expresión y que las críticas legítimas de las políticas israelíes se podrían ser rechazar en nombre de la lucha contra el antisemitismo.
La medida también ha suscitado preocupaciones por parte de los defensores de la libertad de expresión que afirman que dar al antisemitismo una definición más amplia se podría utilizar para limitar las críticas a las acciones del gobierno israelí, reportó The Guardian.
Jonathan Greenblatt, director ejecutivo de la Liga contra la Difamación, dijo al The New York Times que le da la bienvenida a la firma de la orden ejecutiva.
«Por supuesto, esperamos que se haga cumplir de manera justa», dijo a la agencia de noticias. «Pero el hecho es que vemos a los estudiantes judíos en los campus universitarios y a personas judías en todas partes siendo marginados. El aumento de incidentes antisemitas no es teórico; es empírico».
Entre los que se espera que se unan a Trump en la firma de la orden se encuentran los prominentes legisladores republicanos, el senador Tim Scott (R-S.C.), el senador James Lankford (R-Okla.) y el representante Doug Collins (R-Ga.).
Reuters contribuyó con este informe.
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