WASHINGTON–El presidente Donald Trump dijo que la guerra comercial con China no perjudicaría a los consumidores estadounidenses, luego de que la última ronda de aranceles a las importaciones chinas, que principalmente afectan a los bienes de consumo, entró en vigencia el 1 de septiembre.
Trump justificó los aumentos de tarifas al decir que los productores chinos, no los consumidores estadounidenses, asumían el costo de las tarifas.
«Hoy, varios grandes economistas destacaron que debido a que China ha devaluado tanto su moneda, de hecho, ellos están pagando todos los aranceles», dijo Trump a los periodistas el 1 de septiembre.
Trump dijo que la devaluación la moneda china compensa los aumentos de precios en los Estados Unidos, lo que termina ayudando a los consumidores estadounidenses.
En la última escalada de la guerra comercial con China, Washington comenzó a imponer aranceles del 15 por ciento a productos chinos por un valor de USD 112 mil millones. Los nuevos aranceles apuntan a una amplia gama de productos importados desde China, incluyendo ropa, botas, zapatos, relojes, muebles, pañales, leche y chocolate.
Los nuevos aranceles afectan al 87 por ciento de todas las importaciones de ropa y textiles para el hogar y al 52 por ciento de todas las importaciones de calzado desde China.
En rondas anteriores, Washington impuso aranceles del 25 por ciento en productos chinos por un valor de USD 250 mil millones, que se centraron principalmente en equipos y maquinaria industrial. Esta vez, sin embargo, la lista incluye principalmente productos de consumo.
Los estadounidenses pueden comenzar a sentir el pellizco, según algunos estudios. J.P.Morgan sugiere que las tarifas costarán al típico hogar estadounidense USD$ 1000 al año. El Banco de la Reserva Federal de Nueva York estimó en mayo que los hogares estadounidenses enfrentarían un costo adicional de USD 831 al año, debido a los precios más altos y la menor eficiencia económica causada por los aumentos de tarifas.
Sin embargo, otros economistas creen que el impacto general de los aranceles sobre la inflación se mantendría relativamente moderado. Según un artículo del Wall Street Journal, estos economistas afirman que el aumento de los aranceles sobre los productos chinos equivale a una caída en el cubo de la economía nacional de USD 21 billones.
Muchos estadounidenses gastan más en servicios, como vivienda, educación y atención médica, que en bienes, por lo tanto, es poco probable que los aranceles sobre los productos chinos impulsen significativamente la inflación anual.
En represalia, China comenzó a imponer aranceles adicionales del 5 por ciento y el 10 por ciento a una variedad de productos estadounidenses, incluidos la soja y el petróleo crudo. Estos aranceles adicionales se aplicaron a 1717 artículos de un total de 5078 productos estadounidenses. Se espera que Beijing imponga aranceles adicionales a los artículos restantes en diciembre.
A pesar de los aumentos de tarifas, Trump sigue siendo optimista sobre las conversaciones comerciales en curso con Beijing.
“La reunión continúa, como ya saben, en septiembre. Eso no ha cambiado. No han cambiado y nosotros tampoco. Ya veremos qué sucede», dijo.
«Pero no podemos permitir que China nos estafe más como país».
Cadenas de suministro cambiantes
Los nuevos aranceles estadounidenses a las importaciones chinas podrían obligar a algunas empresas a encontrar nuevos proveedores. Los estudios muestran que las compañías estadounidenses ya han comenzado a cambiar sus cadenas de suministro de China a otros países como Vietnam y Taiwán.
Según una encuesta publicada el mes pasado por el Consejo Comercial de Estados Unidos y China, el 17 por ciento de las compañías estadounidenses que operan en China dijeron que redujeron o dejaron de invertir en el país el año pasado. Y el 13 por ciento de los encuestados dijeron que se mudaron o planearon mudar sus operaciones fuera de China en 2019.
Trump dijo que no le sorprendió ver a las compañías salir de China, ya que no pueden competir con los aranceles.
“Muchas compañías se han ido de China, y muchas más se están yendo. Y no les está yendo bien. Es el peor año que han tenido, entiendo, en 61 años», dijo a los periodistas el 30 de agosto.
La economía de China ha empeorado bajo el peso de la guerra comercial y el creciente problema de la deuda del país. El crecimiento económico en el segundo trimestre cayó a su nivel más bajo en casi tres décadas. Y la tasa de desempleo en julio alcanzó un récord.
La guerra comercial entre Estados Unidos y China también está afectando al sector manufacturero chino. Durante el fin de semana, el Índice Oficial de Gerentes de Compras de Manufactura de China, un indicador de la actividad de manufactura, disminuyó a 49.5 en agosto, contrayéndose por cuarto mes consecutivo.
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