El presidente Donald Trump le quitó la autorización de seguridad al exdirector de la CIA John Brennan por mentir, aprovecharse de su autorización y por su “conducta errática”.
Exdirectores de agencias de inteligencia y del orden público generalmente mantienen su acceso a información clasificada después de dejar su cargo “a fin de que puedan consultar con sus sucesores respecto a asuntos en los que puedan tener una comprensión especial y como cortesía profesional”. Trump dijo en una declaración el 15 de agosto: “Ninguna de estas justificaciones sostiene el acceso continuo del Sr. Brennan a información clasificada”.
Trump además señaló que la “conducta y comportamiento erráticos” de Brennan han “puesto a prueba y excedido por mucho los límites de toda cortesía profesional que podría haber tenido”.
El Presidente cuestionó la credibilidad de Brennan, citando un incidente de 2014 en el que el entonces director de la CIA negó ante el Congreso que los oficiales de la CIA bajo su supervisión hubieran accedido de manera inapropiada a los archivos de computadora de empleados del Congreso. El inspector general de la CIA descubrió lo contrario, lo que forzó a Brennan a pedir disculpas.
Además citó el testimonio de Brennan ante el Congreso en 2017 sobre el expediente Steele, una recopilación de investigación opositora no verificada financiada por la campaña de Clinton. Brennan dijo que el expediente no había sido utilizado para formar la Evaluación de la Comunidad de Inteligencia (ECI) sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
La declaración de Brennan fue “contradicha al menos por dos funcionarios de alto rango de la comunidad de inteligencia y por todos los hechos”, dijo Trump.
El almirante Mike Rogers, director de la NSA al momento en que la ECI fue redactada, escribió al representante Devin Nunes (republicano por California) que el expediente fue utilizado para informar a la evaluación, de acuerdo con Real Clear Investigations.
El exdirector de inteligencia nacional James Clapper, quien encabezó la creación de la ECI, admitió a la CNN en 2017, que “parte del sustancial contenido del expediente” fue incluido en la evaluación.
Brennan difundió los contenidos del expediente a la Banda de los Ocho, los miembros del Congreso en conocimiento de información clasificada. Uno de ellos, el senador Harry Reid (demócrata por Nevada), utilizó los dichos en la carta para impulsar al entonces director del FBI, James Comey, a investigar la campaña de Trump por presunta conspiración con la interferencia rusa.
La carta fue luego utilizada por el FBI para apoyar su orden judicial FISA (Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera) para espiar a Carter Page, por entonces voluntario de la campaña Trump. Core dice que la orden estuvo basada en el expediente –un hecho que el FBI no reveló a la corte FISA que aprobó la orden judicial. El Congreso sigue investigando el caso.
Page nunca fue acusado de ningún crimen, pero dijo que su carrera y su vida personal quedaron arruinadas porque ciertos medios de comunicación difundieron la información no fundamentada del expediente, de que él se habría reunido con dos prominentes rusos en un viaje a Moscú.
‘Estallidos salvajes’
Trump dijo: “Recientemente Brennan se ha aprovechado de su estatus como exoficial de alto rango con acceso a información altamente sensible para realizar una serie de alegatos infundados e indignantes –estallidos salvajes en Internet y en la televisión– sobre esta Administración”.
Al asumir Trump su cargo como presidente, Brennan dejó la CIA y se convirtió en un analista de seguridad nacional e inteligencia para NBC News y MSNBC.
Los comentarios de Brennan consisten en gran parte en ataques a Trump y a su administración. Incluyen una serie de acusaciones, desde “discurso de odio” y “violaciones de derechos humanos” a “altos crímenes” y traición.
“Las mentiras y la reciente conducta de Brennan, caracterizada por sus comentarios cada vez más enajenados, es completamente inconsistente con el acceso a los secretos mejor guardados de la Nación y facilita el objetivo de nuestros adversarios, que es sembrar la división y el caos”, dijo Trump.
Revisión de la política de autorización
Trump dijo que el caso de Brennan lo impulsó a comenzar a “revisar la cuestión más general del acceso a información clasificada que tienen exfuncionarios del Gobierno”.
“Tal acceso es particularmente inapropiado cuando los exfuncionarios han hecho una transición hacia posturas altamente partidistas y buscan utilizar el acceso real o percibido, a información sensible para validar sus ataques políticos”, dijo. “Todo acceso concedido a los secretos de nuestra Nación debería ser en pos de los intereses nacionales, no personales”.
Clapper, además de Michael Hayden el director de la CIA durante la presidencia de George W. Bush, aceptaron puestos de analistas en CNN y suelen utilizar el tiempo en el aire para criticar a Trump.
Como parte de su revisión, Trump dijo que está “evaluando tomar acción” respecto a Clapper, Hayden, Comey, la subprocuradora general Sally Yates, la exconsejera de seguridad nacional Susan Rice, el exsubdirector del FBI Andrew McCabe, el exsubdirector asistente del FBI Peter Strzok, la exabogada especial para la subdirección del FBI Lisa Page, y el ex sub procurador general asociado Bruce Ohr.
Con excepción de Hayden y Rice, todos los otros exfuncionarios estuvieron involucrados en la investigación sobre Rusia o se sabe que han tenido contacto con el expediente.
“Las autorizaciones de seguridad de quienes aún las tienen podrían ser revocadas, y quienes ya han perdido su autorización de seguridad podrían no recuperarla”, dijo Trump.
Brennan respondió en Twitter diciendo que la remoción de su autorización “es parte de un esfuerzo mayor de Trump para suprimir la libertad de expresión y castigar a los críticos”.
Marc Ruskin, exagente del FBI que escribe para La Gran Época, discrepó con el argumento de la libertad de expresión.
“No tienen la Primera Enmienda ni ninguna otra autoridad constitucional o legal que les garantice acceso a información clasificada –en particular, información clasificada a la que ya no tienen ninguna necesidad profesional de acceder”, dijo Ruskin en un artículo de opinión del 6 de agosto.
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