Aranceles de China
Durante la campaña presidencial, el presidente Donald Trump prometió reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, que alcanzó un estimado de USD 375 mil millones el año pasado.
El costo anual del robo de Propiedad Intelectual (PI) en la economía de EE. UU. podría ascender a $ 600 mil millones, según la Comisión de Propiedad Intelectual. China es el principal infractor de la PI en el mundo; responsable de entre el 50 y el 80 por ciento de todos los costos de robo de PI.
A fines de marzo, se dieron a conocer los resultados de una investigación de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos sobre el robo de Propiedad Intelectual de China, ordenada por Trump en agosto del año pasado.
El documento dice que siguiendo el plan «Made in China 2025», para conseguir el propósito de dominar la tecnología a nivel global, el régimen ha estado adquiriendo innovaciones tecnológicas estadounidenses a través de dos estrategias principales: otorgar apoyo financiero a firmas tecnológicas estadounidenses y forzar a las empresas tecnológicas conjuntas tipo joint ventures en China para transferir sus conocimientos tecnológicos a sus contrapartes, a cambio de acceso al mercado en el país asiático.
Trump impuso aranceles de 50 mil millones de dólares en productos chinos de alta tecnología como medida punitiva contra China, aunque su Administración se aseguró de excluir algunos de los bienes de consumo más populares producidos en China que disfrutan los estadounidenses, como los iPhones y las computadoras Dell.
China tomó represalias con aranceles sobre soja, aviones, automóviles y otras importaciones importantes de Estados Unidos. Unos días antes, el régimen chino había anunciado aranceles sobre la carne de cerdo, el vino y otros productos agrícolas de EE. UU. en respuesta a los aranceles que Trump aplicó sobre el aluminio y el acero importados. La lucha del comercio ojo por ojo parecía estar a punto de intensificarse.
El 10 de abril, la presión de EE. UU. por una relación comercial más justa pareció tener efecto. En un discurso en el foro económico de Bo’ao, el líder chino Xi Jinping prometió recortar los aranceles del país, aumentar sus importaciones, abrir sus mercados y hacer más para hacer cumplir las leyes de propiedad intelectual, todas ellas acciones que Trump había propuesto en el pasado.
Aunque la mayoría de los medios y los círculos empresariales de EE. UU. estaban preocupados de que los nevos aranceles comerciales provoquen represalias chinas y tengan un impacto desastroso en sus negocios, parece que las tácticas de Trump en realidad están empujando a China a jugar de forma más justa.
Irán
En enero de este año, Trump extendió por última vez una exención que certifica el cumplimiento de Irán con el acuerdo nuclear de 2015, oficialmente conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto.
La extensión de tres meses expira el 12 de mayo.
Trump exigió a su vez a Irán que acepte cambios claves en el documento, que abordarían las debilidades en el acuerdo existente; en caso contrario, Estados Unidos se retirará por completo del acuerdo y buscará renegociar uno nuevo.
En el núcleo de los cambios solicitados por la administración Trump se encuentra el fin de las llamadas cláusulas de extinción, que le permitirían a Irán desarrollar un arma nuclear para el año 2026, a medida que finalicen las disposiciones claves del acuerdo. En ese momento, se le permitiría instalar miles de centrifugadoras de uranio avanzadas, que según los expertos permitirían al régimen islámico en Teherán desarrollar un arma nuclear dentro de seis meses.
La administración Trump también exigió que el programa de misiles balísticos de Irán se incluya en el acuerdo nuclear. Según el trato negociado por el entonces presidente Barack Obama en 2015, el programa de misiles de Irán está cubierto por una resolución separada de la ONU, no por el acuerdo mismo. Esto significa que los movimientos de Irán para desarrollar misiles balísticos avanzados capaces de lanzar una ojiva a, por ejemplo, Israel, no tienen ningún efecto sobre Irán, si su país está cumpliendo con los términos del acuerdo nuclear.
Incluir el programa de misiles balísticos en el acuerdo nuclear garantizaría que Irán no pueda desarrollar misiles avanzados sin repercusiones.
Según el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, Irán ha utilizado el dinero liberado mediante el levantamiento de las sanciones en virtud del acuerdo nuclear de 2015 para avanzar significativamente en su programa de misiles.
A principios de este mes, Trump reemplazó al consejero de seguridad nacional, H.R. McMaster, con el anterior embajador de EE. UU. en la ONU, John Bolton.
Bolton ha criticado desde hace mucho tiempo el acuerdo nuclear de Irán y ha hablado durante mucho tiempo a favor de tomar una postura más fuerte contra el régimen islámico.
Un obstáculo para contrarrestar a Irán es la presencia de terroristas de Hezbolá con respaldo iraní en América Latina. Se sabe que el grupo terrorista Hezbollah tiene una presencia significativa en América Latina, especialmente en Perú, así como rutas de tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Estas mismas rutas podrían usarse para enviar terroristas a Estados Unidos en caso de tensiones crecientes.
Antes de la fecha límite de mayo, Irán ha tomado una postura cada vez más dura. Según los informes, Ali Akbar Salehi, líder de la Organización de Energía Atómica de Irán, amenazó en los medios iraníes (a principios de este mes) que Irán podría reanudar su programa de enriquecimiento nuclear en cuestión de días.
Después de casi un año de presión diplomática, combinado con una amenaza creíble de acción militar sobre Estados Unidos, el líder del régimen norcoreano Kim Jong -Un anunció en marzo que está dispuesto a reunirse con Trump y abandonar su programa de armas nucleares.
Se está programando una reunión entre Trump y Kim en algún momento de mayo o principios de junio.
Mike Pompeo, director de la Agencia Central de Inteligencia CIA, ya se reunió con Kim.
Durante la audiencia de Pompeo en el Senado para convertirse en secretario de Estado, dijo que en las negociaciones anteriores, Estados Unidos y otros países habían relajado las sanciones demasiado rápido.
«Es la intención del presidente y la administración no hacer eso esta vez para asegurarnos que (…) antes de brindar recompensas, obtengamos el resultado de manera permanente e irreversible, que es lo que esperamos lograr», dijo Pompeo.
«Es una tarea difícil, pero tengo la esperanza de que el presidente Trump pueda lograr eso a través de una diplomacia sólida».
Trump convirtió a Corea del Norte en un foco clave durante su primer año en el cargo, presionando al principal socio comercial y político de Corea del Norte, China, para que imponga estrictas sanciones al Norte.
Estados Unidos también aumentó su presencia militar en la región y proporcionó a los aliados clave, Corea del Sur y Japón, armas avanzadas de defensa antimisiles THAAD. Estados Unidos también desplegó sus aviones de combate F-35 en Japón.
Durante una visita a Corea del Sur en noviembre del año pasado, Trump advirtió al régimen de Kim: «No nos subestime y no nos juzgue. Defenderemos nuestra seguridad común, nuestra prosperidad compartida y nuestra sagrada libertad «.
«Corea del Norte no es el paraíso que su abuelo imaginó», dijo Trump. «Es un infierno que ninguna persona merece. Aún así, a pesar de cada crimen que haya cometido contra Dios y el hombre, le ofreceremos un camino hacia un futuro mucho mejor».
Tráfico sexual
La lucha contra el tráfico sexual generalizado es otro foco clave de la administración de Trump.
Se estima que 4,8 millones de personas en todo el mundo están actualmente forzadas a la explotación sexual. Más de un millón de ellos son niños, según la Organización Internacional del Trabajo.
Estados Unidos es un país de origen, tránsito y destino de hombres, mujeres y niños, tanto estadounidenses como extranjeros, que son víctimas del trático sexual.
El Departamento de Seguridad Nacional abrió más de 800 casos de trata de personas solo en 2017. Más de 1.600 personas han sido arrestadas y casi 600 condenadas en relación con los casos.
La línea directa de Tráfico Humano Nacional ha recibido 22.191 denuncias de casos de tráfico sexual en Estados Unidos desde 2007.
Según el Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados, uno de cada siete niños fugados es probable que sea víctima de tráfico sexual.
El 11 de abril, Trump firmó la Ley de Permiso a Estados y Víctimas para Luchar contra el Tráfico Sexual en Línea (Internet), propuesta en 2017, la que brinda a los afectados y a las fuerzas del orden público nuevas herramientas para luchar contra el tráfico sexual.
«La trata de personas es una forma moderna del tipo de explotación más antigua y más bárbaro. No tiene lugar en nuestro mundo», dijo Trump.
La ley también tipifica como delito federal operar un sitio web con la intención de promover o facilitar la prostitución.
El líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy de California, escribió en un comunicado: «Hoy, el presidente Trump firmó la ley más importante contra el tráfico de personas en años. Esta nueva ley proporcionará a las familias y las fuerzas del orden las herramientas que necesitan para cerrar los mercados en línea de tráfico y responsabilizar a sus habilitadores».
El 6 de abril, las autoridades confiscaron el sitio web Backpage.com, un enorme mercado publicitario que se usa principalmente para vender sexo.
La senadora Heidi Heitkamp (demócrata por Dakota del Norte) elogió la medida en un tweet: «Es un gran paso. Ahora, ningún niño será vendido por sexo a través de este sitio web».
Tensiones en Siria
En respuesta a un presunto ataque químico por parte de las fuerzas sirias que causó al menos una docena de muertes y cientos de heridos, Estados Unidos lanzó un ataque con misiles contra la infraestructura siria de armas químicas, la noche del 13 de abril.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que el ataque «envió un fuerte mensaje a Siria, Rusia, e Irán».
Los incidentes se producen después de un empeoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, un aliado clave del presidente sirio Bashar al-Assad.
«Nuestra relación con Rusia es ahora peor que nunca, y eso incluye la Guerra Fría. No hay ninguna razón para esto», escribió Trump en su Twitter del 11 de abril. «Rusia nos necesita para ayudar con su economía, algo que sería muy fácil de hacer, y necesitamos que todas las naciones trabajen juntas».
El mes pasado, Estados Unidos expulsó a docenas de oficiales de inteligencia rusos, en una respuesta coordinada con aliados europeos al envenenamiento de un exespía ruso en el Reino Unido. Además el 6 de abril, el Departamento del Tesoro de EE. UU. sancionó a varios de los principales multimillonarios y funcionarios del gobierno de Rusia. El mercado de valores ruso se desplomó como resultado.
Trump dijo que gran parte del empeoramiento de las relaciones con Rusia se puede atribuir a la narrativa de colusión de Rusia.
La narración de que Trump coludió con Rusia para ganar las elecciones presidenciales de 2016 se convirtió en la principal línea de ataque contra Trump tras su elección, a pesar de que una investigación del director de Inteligencia Nacional James Clapper, ordenada por el entonces presidente Barack Obama, no encontró evidencia de colusión .
Del mismo modo, una investigación de un año de duración del comité de inteligencia de la Cámara, concluida el mes pasado, no encontró evidencia de colusión.
Según el Media Research Center, las investigaciones sobre la colusión rusa fueron el tema más cubierto de Trump en las noticias de la noche en las principales redes en 2017.
El empeoramiento de las relaciones con Rusia ha hecho que sea más difícil para Estados Unidos utilizar una variedad de opciones diplomáticas para hacer frente a la situación en Siria.
Seguridad de frontera
Los problemas de seguridad fronteriza estadouidense se han estado desarrollando durante años, y las administraciones anteriores adoptaron posturas relajadas en la aplicación de las leyes contra la inmigración ilegal. Trump construyó su campaña electoral con un fuerte control fronterizo y ha intentado cumplir sus promesas. La más importante es construir un muro a lo largo de la frontera sur de 2.000 millas con México.
El Muro se inició en febrero. Se levantará una nueva pared estilo bolardo -tipo de postes decorativos- de 30 pies (9 metros) de altura en Calexico-California. La nueva pared reemplazará las 2,25 millas (3,6 km) de estructura construida en la década de 1990 con restos de metal reciclado y una alfombra de aterrizaje vieja.
En abril, también comenzó la construcción de un proyecto de 20 millas (32 km) en Santa Teresa-Nuevo México, donde una barrera de tres pies (9 metros) para vehículos y una valla de malla más alta están siendo reemplazadas por muros de 18 a 30 pies (5 a 9 metros) .
En los cinco primeros meses desde que Trump asumió el cargo, hubo un gran declive de número de cruces ilegales, sin embargo estos luego aumentaron de nuevo, alcanzando niveles más altos que hace tres años.
El Congreso no ha aprobado ninguna reforma sustancial de inmigración hasta el momento, lo que provocó que Trump recurriera a los militares para reforzar la seguridad fronteriza. Las tropas de la Guardia Nacional comenzaron a desplegarse en la frontera suroeste a principios de abril. El Departamento de Defensa está aportando 4.000 uniformados para ayudar a la Patrulla Fronteriza.
Trump también ha tomado medidas enérgicas contra las bandas transnacionales violentas, especialmente la MS-13, que utiliza el asilo y el programa de menores no acompañados para reclutarse desde América Central.
Las lagunas en el sistema de asilo y la práctica de «Capturar y Liberar» se están enfocando como prioridades para dar soluciones.
El sistema de tribunales de inmigración está quejándose de tener más de 640.000 casos. El fiscal general ha enviado más jueces a la frontera para agilizar los procesos y ha pedido a todos los jueces de inmigración que tomen decisiones sin demasiadas demoras.
Trump también considera que la seguridad fronteriza sólida es fundamental para frenar la crisis de opiáceos.
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