La secretaria de Prensa de la Casa Blanca Stephanie Grisham dijo que el presidente Donald Trump no fue examinado por COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
«El presidente no se ha hecho la prueba de COVID-19 porque no ha tenido un contacto cercano prolongado con ningún paciente confirmado con COVID-19 ni tiene ningún síntoma. El presidente Trump se mantiene en excelente estado de salud, y su médico continuará monitoreándolo de cerca», señaló en un comunicado difundido a fines del lunes.
«Según las pautas actuales de los CDC, los profesionales médicos deben basar las decisiones de realización de pruebas en los síntomas del paciente y en el historial de exposición», añadió Grisham.
Algunos legisladores anunciaron esta semana que se están sometiendo a autocuarentena después de haber estado en contacto con una persona que más tarde dio positivo para el virus. El senador Ted Cruz (R-Texas) y los representantes. Doug Collins (R-Ga.), Matt Gaetz (R-Fla.), Paul Gosar (R-Ariz.) han dicho que están sometidos a autocuarentena después de haber asistido a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Maryland en febrero, donde interactuaron con una persona en el evento que más tarde dio positivo para el coronavirus. Las autocuarentenas terminarán cuando hayan pasado 14 días desde el encuentro con el asistente.
El representante Mark Meadows (R-N.C.), a quien Trump nombró el viernes como su nuevo jefe de personal para reemplazar a Mick Mulvaney, también anunció que se está sometiendo a autocuarentena por la misma razón.
Trump y el vicepresidente Mike Pence estuvieron entre los que asistieron a la CPAC. Los organizadores del CPAC afirmaron que un asistente dio positivo para el virus en un hospital de Nueva Jersey, y fue puesto en autocuarentena. Los organizadores indicaron que «el asistente no tuvo ninguna interacción con el presidente o con el vicepresidente y nunca asistió a los eventos en el salón principal».
Otro miembro del Congreso, la diputada Julia Brownley (D-Calif.), mencionó el lunes que ella y su personal trabajarían a distancia después de que se enterara de que había interactuado con una persona en Washington, D.C. que dio positivo en el test del virus.
El nuevo virus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad COVID-19 surgió a principios de diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, una ciudad de unos 11 millones de habitantes. El virus pertenece a la misma familia de patógenos que causan la gripe y el SARS (síndrome respiratorio agudo severo).
Los síntomas más comunes del COVID-19 son fiebre, tos y dificultad para respirar, aunque los investigadores chinos han observado otros síntomas, como fatiga, diarrea, dolores de pecho y dolores de cabeza.
Trump anunció la creación de la Fuerza de Tareas del Coronavirus el 29 de enero para monitorear y combatir el virus. El grupo de trabajo se ha reunido diariamente. Posteriormente, el 31 de enero, Trump declaró una emergencia de salud pública en Estados Unidos justo un día después de que la Organización Mundial de la Salud decidiera declarar el brote de COVID-19 como una emergencia de salud pública de interés internacional. La administración Trump también suspendió los viajes de China a Estados Unidos.
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