El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó al secretario de Energía, Rick Perry, que adopte medidas de emergencia para mantener en funcionamiento plantas nucleares y a carbón en riesgo, dijo el viernes la Casa Blanca, en lo que sería una intervención sin precedentes en el mercado energético.
De acuerdo al plan, el Departamento de Energía podría ejercer su autoridad de emergencia bajo las leyes de seguridad nacional y hacer que los operadores compren electricidad de instalaciones de carbón y nucleares, al tiempo que podría crear una «Reserva Estratégica de Generación Eléctrica».
«Desafortunadamente, el inminente cierre de instalaciones de energía almacenadoras de combustible está provocando una rápida degradación de una parte crítica de la mezcla energética de nuestra nación, e impactando en la resiliencia de nuestra matriz energética», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, en un comunicado.
La decisión podría ayudar al objetivo gubernamental de impulsar a las atribuladas industrias del carbón y la energía nuclear de Estados Unidos, que llevan reduciéndose desde hace años por la competencia de la energía generada por gas natural, solar y eólica.
El gobierno mostró su preocupación por la posibilidad de que el cierre de viejas plantas nucleares y de carbón ponga en riesgo el suministro energético en Estados Unidos, ya que, a diferencia de las instalaciones solares, eólicas y de gas natural, los generadores a carbón y nucleares pueden almacenar combustible en el mismo lugar.
Bloomberg News fue la primera en informar en la noche del jueves que el gobierno está evaluando esta iniciativa.
La Ley de Defensa de la Producción, adoptada al inicio de la Guerra de Corea, permite al gobierno federal intervenir en empresas para promover la seguridad nacional.
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