El presidente Donald Trump pidió a la Corte Suprema que revocara la conclusión de una corte que su bloqueo a los usuarios que lo critican en la popular red social de Twitter viola la Primera Enmienda.
El muro de la cuenta @RealDonaldTrump, el cual tiene 85.4 millones de seguidores, está constantemente lleno de respuestas de usuarios que se burlan e insultan al presidente, a menudo usando improperios por lo que Trump se ha enfrentado a la gestión de Twitter muchas veces.
Trump ha criticado a Twitter por censurar sus tuits, así como por adjuntar descargos de responsabilidad y verificación de hechos de sus tuits, y ha afirmado que las redes sociales, incluyendo a Twitter, deberían ser más responsables ante el público.
La petición de certiorari en el caso citado como Trump contra Knight First Amendment Institute de la Universidad de Columbia se presentó el 20 de agosto. La otra parte debe presentar una respuesta antes del 21 de septiembre.
Según su sitio web, el demandado Knight First Amendment Institute, que presentó la demanda en nombre de siete usuarios de Twitter, se estableció en 2016 por la Universidad de Columbia y la Fundación John S. y James L. Knight «para salvaguardar la libre expresión en el cambiante paisaje de la era digital».
Un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el 2º Circuito dictaminó unánimemente el año pasado que el uso de una cuenta de Twitter por parte de Trump creó «un canal de comunicación oficial». Debido a que el presidente estableció una especie de foro público, no se le permite restringir el acceso a él basado en las opiniones políticas de un usuario, razonó el panel.
El fiscal general en funciones, Jeffrey Wall, dijo en la petición de la Corte Suprema que la corte de apelaciones se equivocó al no hacer una distinción entre las comunicaciones oficiales del presidente en Twitter y la naturaleza personal de su decisión de impedir que ciertos usuarios interactuaran con él.
«La capacidad del presidente Trump de utilizar las características de su cuenta personal de Twitter (…) son independientes de su cargo presidencial», escribió Wall. «El bloqueo de cuentas de terceros (…) es una acción puramente personal que no implica ningún ‘derecho o privilegio creado por el Estado'», en referencia a precedentes anteriores.
“El bloqueo por parte del presidente de las cuentas de los demandados de su cuenta personal de Twitter no puede equivaler a una acción del Estado» que implicaría la Primera Enmienda, escribió Wall.
Aunque «el presidente Trump es actualmente un funcionario público, la cuenta @realDonaldTrump le pertenece a título personal, no a título oficial. Él creó y comenzó a usar frecuentemente esa cuenta en 2009, mucho antes de asumir el cargo público. A diferencia de las cuentas @WhiteHouse y @POTUS, sobre las que puede ejercer el control solo en virtud de su cargo, seguirá teniendo el control de la cuenta @realDonaldTrump luego que termine su mandato».
La cuenta de @WhiteHouse tiene 24.4 millones de seguidores; @POTUS, un nombre de usuario que contiene un acrónimo de «presidente de Estados Unidos» (en inglés), tiene 31.1 millones de seguidores.
El bloqueo de los usuarios por parte de Trump no infringe sus derechos de libre expresión porque pueden seguir accediendo a sus tuits cuando no están conectados a Twitter, y publicar capturas de pantalla de los mensajes, argumentó Wall.
Jameel Jaffer, director ejecutivo del Knight Institute, instó a la corte a dejar intacto el fallo de la corte de apelaciones, diciendo en un comunicado que «los funcionarios del gobierno no pueden excluir a las personas de los foros públicos simplemente porque no estén de acuerdo con sus opiniones políticas».
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