El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, dice que finalmente ve surgir algo de verdad sobre “las noticias falsas”.
Más de seis años después de que los medios comenzaran a cubrir la supuesta colusión del expresidente con Rusia, que Trump llama el “engaño de Rusia, Rusia, Rusia», ha sido diseccionado desde dentro del periodismo.
La Columbia Journalism Review (CJR), que se autodenomina “la voz más respetada en la crítica de la prensa”, publicó recientemente los resultados de una investigación de 18 meses: Una exposición de 24,000 palabras titulada “La prensa contra el presidente”.
Días después, Trump reaccionó con justa indignación a las tácticas de la prensa, según revela el artículo de CJR.
“Es un relato ASOMBROSO y detallado de las mentiras, la desinformación y la falta total de integridad periodística”, escribió Trump el 2 de febrero en Truth Social, señalando a, según él: “Los proveedores de noticias falsas del Washington Compost (a veces conocido como el Washington Post), el fracasado New York Times y muchos otros”.
Trump también denunció el daño incalculable que la cobertura deshonesta causó a su candidatura a la reelección de 2020.
«Estas Noticias Falsas, con toda su desinformación, tuvieron un gran impacto en la Elección Presidencial de 2020, solo una de las muchas formas en que la Elección fue Amañada y Robada», escribió en otro mensaje de Truth Social. «Esto demuestra, una vez más, que los Corruptos, Woke y Radicales Demócratas robaron las Elecciones de 2020, haciendo imposible que ese hecho sea llamado «la Gran Mentira», como los marxistas y comunistas de nuestro País intentan retratarlo”.
Mientras tanto, los aliados de Trump clamaron a los medios de comunicación que corrigieran el registro a medida que su campaña para recuperar la Casa Blanca gana impulso. Los detractores, sin embargo, culpan a la CJR por no poner al propio Trump lo suficientemente bajo el microscopio.
Importante pero demasiado largo
La CJR, en una introducción a su artículo, escribió que los hallazgos de la investigación “no siempre son halagadores, ni para la prensa ni para Trump y su equipo”. CJR predijo que las revelaciones del artículo serían «debatidas y tal vez incluso utilizadas como munición en la guerra mediática en curso que se libra en el país».
El analista informático estadounidense convertido en ciudadano ruso, Edward Snowden, mejor conocido por filtrar información sobre el espionaje de la Administración de Seguridad Nacional a los estadounidenses, intervino con un breve análisis en Twitter para las personas que pueden pensar que el artículo era «TL/DR», una abreviatura de «demasiado largo, no lo leí”.
El resumen de Snowden sobre los hallazgos del CJR dice: Los medios corporativos “suprimieron a sabiendas hechos que iban en contra de las narrativas populares, ignoraron las negaciones, lavaron con entusiasmo los ataques partidistas a través de “fuentes anónimas” y se negaron a reflexionar sobre los errores”.
CJR dijo que su artículo plantea temas que son «importantes y dignos de una profunda reflexión, ya que la campaña para la presidencia está a punto de comenzar, una vez más».
La publicación también dijo: “Ninguna narrativa hizo más para dar forma a las relaciones de Trump con la prensa que el Russiagate”.
Ese término se refiere a la investigación del FBI sobre Trump, que comenzó mientras el presidente Barack Obama estaba en el cargo y Trump estaba realizando su primera campaña presidencial. Posteriormente surgió información que revela que el gobierno federal se basó en gran parte en un “expediente Trump-Rusia” para justificar su investigación.
Pero se descubrió que ese expediente era de origen dudoso. Un exespía británico, contratado por personas con conexiones con la oponente política de Trump, Hillary Clinton, usó información no verificada de personas con vínculos con Rusia.
A pesar de una investigación de 22 meses realizada por el exfiscal especial Robert Mueller, ninguna de las 103 acusaciones en el expediente fue declarada válida.
Gran impacto
Informar sobre las acusaciones «resultó en premios Pulitzer, así como en vergonzosas retractaciones y carreras dañadas», señaló CJR. «Para Trump, la persecución de la prensa por la historia de Rusia le convenció de que cualquier tipo de relación normal con la prensa era imposible”.
La candidatura a la presidencia de Trump, el magnate inmobiliario/personalidad de los medios, fue tomada como una broma por los medios en 2016. Pero luego se transformó en algo así como un favorito de los medios. Todo lo relacionado con Trump se convirtió en clickbait. Sin embargo, al poco tiempo, los medios de comunicación pusieron a Trump en el punto de mira; los reporteros estaban “haciendo todo lo posible para catalogar a Trump como una amenaza para el país”, escribió CJR.
La publicación dijo que el periodista Jeff Gerth dio una «mirada enciclopédica a uno de los momentos más importantes en la historia de los medios estadounidenses». Gerth es un reportero de investigación que trabajó durante casi tres décadas en The New York Times. Su investigación para CJR requirió entrevistas con docenas de personas con información privilegiada conectadas con Trump y organizaciones de medios.
Gerth escribió que la cobertura a Trump por parte de los medios de comunicación estadounidenses ayudó a hundir la confianza del pueblo estadounidense en los periodistas.
Antes de las elecciones de 2016, “la mayoría de los estadounidenses confiaba en los medios tradicionales y la tendencia era positiva, según el barómetro de confianza de Edelman”, dijo Gerth. La frase «noticias falsas» era poco conocida, y la noción de que los medios eran «enemigos del pueblo» fue «expresada solo una vez… en un oscuro podcast, y no por Trump, según una búsqueda de Nexis».
Pero esas frases luego se convirtieron en elementos fijos en la polémica relación de Trump con los reporteros, y sus seguidores adoptaron esas etiquetas mientras observaban cuántos miembros de los principales medios de comunicación manejaban la cobertura de Trump.
Para 2021, un año después de que Trump dejara el cargo, “el 83 por ciento de los estadounidenses consideraban las ‘noticias falsas’ como un ‘problema’ y el 56 por ciento, en su mayoría republicanos e independientes, estaban de acuerdo en que los medios eran ‘el verdadero enemigo del pueblo estadounidense’”, escribió Gerth, citando a Rasmussen Reports.
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