El expresidente Donald Trump encabezó la Gala anual del Club de Jóvenes Republicanos de Nueva York en la noche del 9 de diciembre. Mientras la audiencia lo aclamaba, dijo que mucha gente había salido a apoyarlo y que él había visto a una multitud desbordante en su camino a la sede de Wall Street.
«Es estupendo estar de vuelta en Nueva York, y es un verdadero honor dirigirme al mayor y más antiguo Club de Jóvenes Republicanos de Estados Unidos», dijo el exmandatario.
«Quiero expresar mi enorme gratitud a todos ustedes por ser una de las primeras organizaciones de todo el país en respaldar mi candidatura para 2024. Está ocurriendo, está ocurriendo. No deberían haber tenido que esperar tanto. Pero ya saben, estas cosas pasan».
«Les digo a ustedes, este es un lugar que se puede ganar».
El expresidente reveló que su optimismo provenía del hecho de que la mayoría de sus partidarios son estadounidenses promedio. Según el presidente Trump, el grueso de los fondos de su campaña no ha venido de megadonantes, sino de personas y familias normales que donan un promedio de 61 dólares, lo que suma «millones y millones de dólares cada semana».
«Nosotros estamos recibiendo números que nadie había visto antes», dijo el presidente Trump.
«Y si ganamos Nueva York (…) entonces ganaremos las elecciones muy, muy fácilmente».
«Si ganamos Nueva York y, entonces, contrarrestaremos todas las trampas que se harán, porque tenemos que atraparlos».
Campañas contratantes
El expresidente hizo varias referencias al presunto fraude electoral durante las elecciones generales de 2020 y luego señaló que inicialmente no había planeado hacer del presidente Joe Biden un punto importante de la campaña. Pero luego «una vez que me imputaron, la primera vez, y luego la segunda, la tercera, la cuarta (…) lo que ha sucedido es que, desde que lo han hecho, ellos se han quitado los guantes».
También repasó su campaña, contrastándola con las políticas de la administración Biden.
A continuación, promocionó su historial en política exterior y dijo que pondría fin a las guerras en Ucrania e Israel sin enviar soldados estadounidenses a la guerra. Además, pregonó sus planes fronterizos, que le habían dado las elecciones del 2016, y dijo que reinstauraría las prohibiciones de viaje, añadiendo un control ideológico en el proceso de inmigración.
«Si uno quiere abolir Israel y si uno quiere simpatizar con los yihadistas, entonces no le queremos en nuestro país, y no va a entrar», dijo el presidente Trump.
A la vez, criticó las agendas económica y energética del presidente Biden, que según él han puesto al país al borde de una depresión.
«Mientras Biden está devastando oportunidades para los jóvenes estadounidenses, yo lucharé por los jóvenes estadounidenses como ningún presidente ha luchado antes», dijo el expresidente.
El expresidente Trump se burló del discurso de su oponente político, en el que el presidente Biden dijo que era necesario detener a los «extremistas del MAGA», utilizando una abreviatura popular de Make America Great Again (Hagamos que Estados Unidos sea Grande de Nuevo), un eslogan de campaña del Sr. Trump.
«Sí, soy extremista en cuanto a hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande», dijo a continuación.
Trump también criticó a los medios de comunicación del establishment, diciendo que ellos han participado «librando una guerra total contra la democracia estadounidense (…) con el engaño, una caza de brujas y un abuso de poder tras otro». El expresidente rechazó los informes y comentarios recientes de varios medios de comunicación que han impulsado la narrativa de que Trump amenazaría la democracia.
«No, yo no soy una amenaza. Yo salvaré la democracia», dijo Trump. «Me postulo para liberar a Estados Unidos. Nosotros queremos liberar a Estados Unidos, porque somos un país que sufre mucho (…) Esta es una cruzada justa para rescatar a nuestra nación de una clase política muy corrupta».
Demandas
Entre los oradores también se encontraban el representante Matt Gaetz (R-Gaetz) y el senador Roger Marshall (R-Kansas). El expresidente Trump se extendió agradeciendo a sus seguidores y aliados en la audiencia, incluido el exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, su coacusado en un caso de extorsión que los acusa a ambos de interferir con las elecciones de 2020 en Georgia.
«Él fue a las diferentes legislaturas y habló con los legisladores, y todos estaban de acuerdo con él», dijo el Sr. Trump. «Pero luego los tribunales los frenarían, porque los jueces no tuvieron el coraje de hacer lo que deberían haber hecho. Pero Rudy es un guerrero, es un tipo valiente y es un hombre brillante».
El expresidente Trump enfrenta un total de 91 cargos penales en cuatro jurisdicciones distintas, además de decenas de demandas civiles más.
Actualmente, el Sr. Trump está siendo juzgado en Nueva York por fraude. En la tarde del 10 de diciembre, anunció que ya no planeaba testificar cuando la defensa concluyera su caso esta semana.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, presentó una demanda civil contra el expresidente Trump y su Organización Trump, alegando que defraudó al Estado al inflar artificialmente su patrimonio neto y privar a los bancos de unos 250 millones de dólares en intereses.
El juez de la Corte Suprema de Nueva York, Arthur Engoron, que preside un juicio sin jurado, declaró culpable al expresidente Trump una semana antes del juicio y ordenó la disolución de las sociedades holding del presidente. Desde entonces, una corte de apelaciones suspendió esa orden y se espera que la defensa presente una apelación mientras agilizan su caso para que el juicio finalice rápidamente.
«El mundo entero está viendo mi juicio en el que se ha demostrado mi inocencia todos los días», dijo el expresidente en la gala. «El caso que se está tramitando ahora mismo en la Corte Suprema del Estado de Nueva York es un caso ridículo y nunca antes presentado».
Además, sugirió que los diversos casos en su contra no presentan probabilidades imposibles de ganar, y destacó que sus cifras en las encuestas aumentan cada vez que se anuncian nuevas acciones legales en su contra y que antes se había enfrentado a mayores probabilidades.
En octubre de 2016, el presidente Trump dijo que sus posibilidades parecían malas y llamó a casi una docena de asesores para preguntarle qué debía hacer. Todos, con excepción de Steve Bannon, quien le dijo que ganaría «100 por ciento», le dijeron que renunciara, a pesar de que era el candidato del partido.
«Si perdemos, nosotros perdemos», dijo el presidente Trump. «Eso fue horrible, pero eso no fue lo histórico (…) A mó no me gusta ese concepto».
«Nadie pensó que podíamos ganar (…) y ahora están empezando a decir que podemos».
«Así que vamos a intentarlo. Les diré una cosa, nunca he visto un entusiasmo como el que estoy viendo ahora».
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