El expresidente Donald Trump prometió tomar medidas regulatorias contra los proyectos de energía eólica marina una vez que regrese a su cargo, señalando que la tecnología es costosa y perjudicial para la vida silvestre circundante.
Los proyectos de energía eólica marina “destruyen todo. Son horribles y es la energía más cara que existe. Arruinan el medio ambiente. Matan a los pájaros. Matan a las ballenas”, dijo el presidente Trump durante un rally el 11 de mayo en Wildwood, Nueva Jersey. “Vamos a asegurarnos de que eso termine el primer día. Lo escribiré en una orden ejecutiva. Va a terminar el primer día”, continuó el expresidente.
«No tendrán que preocuparse por los 157 molinos de viento del Gobernador Murphy», dijo, refiriéndose al proyecto Atlantic Shores Offshore Wind. Se espera que la iniciativa cuente con 157 turbinas eólicas ubicadas aproximadamente entre 10 y 20 millas de la costa de Nueva Jersey. Se estima que el proyecto de 1510 MW alimentará a más de 700,000 hogares.
Según un análisis del consultor energético Art Berman, el coste de adquirir energía eléctrica procedente del viento es aproximadamente un 21 por ciento más alto que el de las plantas de “ciclo combinado de gas natural”. Estas plantas utilizan turbinas de gas y de vapor para generar electricidad.
También se descubrió que la energía eólica es un 44 por ciento más cara en comparación con el carbón y un 144 por ciento más costosa que la energía nuclear. El análisis se basó en datos de Lazard & Labyrinth Consulting Services.
La afirmación del presidente Trump de que los proyectos eólicos perjudican a la fauna salvaje ha sido confirmada por expertos.
En una entrevista con The Epoch Times este año, Bob Stern, presidente de Save Long Beach Island y exgerente de revisiones ambientales del Departamento de Energía de EE.UU., dijo que los parques eólicos marinos crean vibraciones sonoras en el fondo marino, bajo el agua y en el aire.
Después de analizar los efectos potenciales del proyecto eólico marino propuesto en Atlantic Shores, el Sr. Stern descubrió que el ruido aéreo de 200 turbinas que llegaran a la costa de Jersey daría como resultado un zumbido continuo.
Los parques eólicos generarán un muro acústico submarino que bloqueará la migración anual de las ballenas francas del Atlántico norte entre el sureste de Estados Unidos y Nueva Inglaterra, dijo.
“Si no pueden migrar, entonces las hembras no podrán llegar a Florida y Georgia, que es donde dan a luz… Los nacimientos de las ballenas se extinguirán. Esto es algo serio”.
Actualmente sólo viven 340 ballenas francas del Atlántico Norte en todo el mundo.
Si una ballena madre y su cría migran a lo largo de la costa y se topan con el ruido de los parques eólicos, pierden la comunicación entre sí, dijo Stern.
“La cría puede separarse de la madre y entonces puede morir… La causa de la muerte no será el ruido. Será otra cosa. Pero, en realidad, el ruido sería el factor precipitante”.
Un estudio publicado el año pasado encontró que las turbinas eólicas y las líneas de transmisión han provocado lesiones o muertes a más de 320 águilas en peligro de extinción en el estado insular australiano de Tasmania durante la última década.
Plan de energía eólica marina
La administración Biden se ha fijado el objetivo de desplegar 30 gigavatios de energía eólica marina para finales de esta década, lo cual, según afirma, será suficiente para alimentar a 10 millones de hogares y al mismo tiempo reducir 78 millones de toneladas métricas de CO2 al año.
“Cumplir con este objetivo generará más de 12,000 millones de dólares por año en inversiones de capital en proyectos en ambas costas de EE.UU., creará decenas de miles de empleos sindicales bien remunerados, con más de 44,000 trabajadores empleados en energía eólica marina para 2030 y casi 33,000 empleos adicionales en comunidades apoyadas por la actividad eólica marina”, según la Casa Blanca.
Sin embargo, algunos expertos consideran imposible alcanzar el objetivo de 30 GW para 2030 debido a los continuos problemas de costes y suministro.
Desarrolladores de proyectos de energía eólica como Equinor, Orsted, Avangrid, Shell y BP cancelaron o intentaron renegociar contratos para parques eólicos a escala comercial en el país debido al elevado costo de los materiales y retrasos en la red de distribución. Los proyectos tienen fechas de inicio previstas entre 2025 y 2028.
En noviembre, cuando la empresa danesa Orsted anunció que iba a detener dos proyectos de energía eólica marina en Nueva Jersey, atribuyó los retrasos en el cronograma del proyecto a los “desafíos de la cadena de suministro”. Además, la presión de costos creada por las elevadas tasas de interés también contribuyó a la decisión.
Más recientemente, la administración Biden anunció una reducción del 80 por ciento en los alquileres de superficie y las tarifas de capacidad para los desarrolladores de proyectos eólicos y solares en tierras públicas.
Durante una audiencia del Partido Republicano en la Cámara de Representantes en marzo, los republicanos interrogaron al director adjunto de la Oficina de Gestión de Energía Oceánica (BOEM), Walter Cruickshank, sobre la confiabilidad y el impacto de la energía eólica marina.
«Si tenemos entre un 40 y un 50 por ciento del tiempo en que podemos confiar en la energía [eólica marina], algunos cálculos rápidos nos dicen que eso significa que el 50 por ciento del tiempo no podemos confiar en esa energía», dijo el representante Matt Rosendale (republicano de Montana) a Cruickshank.
El Sr. Cruikshank, en respuesta, dijo que no le preocupaba, ya que los proyectos de energía eólica marina tienen un «largo historial en todo el mundo. Llevan más de 30 años produciendo energía y con éxito”.
Por primera vez desde 1966, el BOEM no realizará una subasta de petróleo en alta mar este año.
Mientras tanto, el representante Garret Graves (R-La.) hizo hincapié sobre la postura anticombustibles fósiles de la administración Biden, que contrasta marcadamente con su promoción de energías renovables como la energía eólica.
Acusó a la administración de frustrar el desarrollo de petróleo y gas en Estados Unidos al imponer políticas como la reducción del arrendamiento, señalando que esto aumenta la dependencia de Estados Unidos del suministro de combustibles extranjeros.
“La demanda de petróleo y gas a nivel mundial aumentará en las próximas décadas. Me resulta desconcertante, desconcertante, ¿por qué vamos a detener o cerrar las fuentes de energía?”, dijo.
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