SCRANTON, Pensilvania— El 9 de octubre, el expresidente Donald Trump habló ante un numeroso público en dos comunidades de clase trabajadora y describió cómo pensaba reponer más dinero en los bolsillos de la gente si gana la reelección.
Trump dijo que las políticas actuales están aplastando a Pensilvania, un estado clave en la contienda presidencial que podría decidir el resultado de las elecciones del 5 de noviembre.
«¡Si nosotros ganamos Pensilvania, ganamos todo!», declaró Trump a un público de 3000 personas en el complejo Riverfront Sports de Scranton, repitiéndolo más tarde en un mitin en el Santander Arena de Reading, con capacidad para entre 7000 y 8000 personas.
Tanto Trump como la vicepresidenta Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, han hecho múltiples paradas recientemente en Pensilvania, en sus últimos esfuerzos por captar electores.
«Hago a Pensilvania esta promesa: detendré las subidas de los precios de la energía, detendré los cierres de plantas [industriales] inmediatamente», dijo Trump.
En Scranton, y Reading, a unos 160 kilómetros, la renta media es inferior a 50,000 dólares. En contraste, la renta media nacional es de 75,000 dólares, según las cifras nacionales.
Robert Dee, un bombero jubilado del municipio de Dunmore, cerca de Scranton, dijo que el discurso de Trump en Scranton fue inspirador.
El Sr. Dee, que estaba con unas dos docenas de bomberos que asistieron vistiendo camisetas distintivas o los uniformes de color azul de los bomberos, dijo que confía en que Trump solucionará los problemas que afectan a la vida cotidiana de la gente si gana la reelección.
«Me encanta Donald Trump. Me encanta todo lo que representa, asegurar la frontera, mejorar la economía, la salud, todo», dijo Dee a The Epoch Times.
Harris y el presidente Joe Biden impulsaron la generación de energía a partir del viento, el agua y la energía solar. Trump dijo que la energía eólica es muy cara de crear y poco fiable como fuente de energía.
El expresidente se fijó el objetivo de reducir los costos energéticos de la población en un 50% en el primer año de su nueva administración si recupera la Casa Blanca.
Los actuales mandatos para pasar de los coches de gasolina a los eléctricos sobrecargarán la red eléctrica del país y diezmarán a los fabricantes de automóviles y otras empresas estadounidenses, dijo Trump.
También indicó que la sociedad estadounidense no funciona correctamente porque las políticas actuales están permitiendo que los inmigrantes ilegales inunden las fronteras de la nación, minando los recursos públicos y socavando la capacidad de los estadounidenses para conseguir empleos bien remunerados.
«Vamos a tener un país que funcione muy, muy pronto», dijo Trump, prometiendo abordar cada uno de los problemas.
Las encuestas en Pensilvania muestran a Trump con una ventaja mínima de menos de un punto porcentual sobre Harris, lo que deja la carrera en un empate estadístico, según RealClearPolitics (RCP).
El estado se ha visto muy afectado por el declive de sus industrias. Trump dijo que, si se convierte en el 47º presidente, acabará con las regulaciones federales que están expulsando a las empresas del negocio. También indicó el reciente cierre de la mayor planta de energía de carbón del estado, en Homer City, como un golpe «devastador» para esa comunidad del oeste de Pensilvania, de menos de 2000 habitantes.
Trump también recordó que implementaría un recorte permanente de impuestos federales, y que también detendría la tributación del pago de horas extras, las propinas para los trabajadores de servicios y los ingresos de la Seguridad Social de las personas mayores.
Pensilvania ha oscilado entre Harris y Trump cinco veces en las encuentas de RCP desde agosto, cambiando de clasificación más veces que cualquiera de los otros seis estados indecisos: Virginia, Michigan, Wisconsin, Arizona, Nevada y Georgia. En esos estados, la lealtad de los votantes ha rotado entre los dos principales partidos políticos, en lugar de permanecer confiablemente republicana o demócrata.
Trump dijo que también está «apostando» por los estados que han permanecido sólidamente demócratas, como Nueva York, Nueva Jersey y Minnesota. El expresidente programó un mitin para el 27 de octubre en el Madison Square Garden de Nueva York, con capacidad para 20.000 personas.
También fijó para este fin de semana un acto de campaña poco habitual en California, el estado natal de Harris, de mayoría demócrata. El mitin se celebrará el sábado en Coachella, donde parece ser el primero de Trump en California desde su exitosa campaña presidencial de hace ocho años.
Su campaña no reveló las razones específicas por las que el expresidente decidió añadir Coachella a su calendario.
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