WASHINGTON— El presidente, Donald Trump, recibió el 20 de agosto al nuevo primer ministro iraquí, Mustafa Al-Kadhimi, en la Casa Blanca como parte de un diálogo estratégico para aumentar la capacidad defensiva de Irak y ayudar a reducir su dependencia de Irán. Ambos líderes también discutieron el futuro papel de las tropas estadounidenses en Irak.
«Hemos estado retirando nuestras tropas de Irak, bastante rápido», dijo Trump a la prensa durante una reunión bilateral con Kadhimi.
«Esperamos el día en que no tengamos que estar allí, y con optimismo los habitantes de Irak podrán vivir sus propias vidas y podrán defenderse asímismos, lo cual han estado haciendo mucho antes que nosotros nos involucráramos».
Las tropas estadounidenses han estado entrenando y equipando a las fuerzas de seguridad iraquíes y asesorándolas en la lucha contra los militantes de ISIS.
«Hemos estado en Irak por mucho tiempo», dijo Trump. «Y ahora nos estamos retirando, nos iremos pronto. Y la relación es muy buena. Estamos haciendo grandes negocios petroleros, nuestras compañías petroleras están haciendo grandes negocios».
Cuando se le preguntó al secretario de Estado Mike Pompeo sobre un calendario para retirar las tropas de EE. UU. en Irak, él respondió «tan pronto como podamos completar esa misión».
«El presidente ha dejado muy claro que quiere llevar nuestras fuerzas al nivel más bajo lo más rápido posible», añadió.
Kadhimi, exjefe de inteligencia, asumió el cargo en mayo durante una crisis política y los disturbios en curso del país. Como opositor a Saddam Hussein, vivió varios años en el exilio en Reino Unido y Estados Unidos, estableciendo buenas conexiones en ambos países.
La economía de Irak se enfrenta actualmente a un posible colapso, ya que la caída de los precios del petróleo y la pandemia han causado graves dificultades económicas al país.
«Estados Unidos ayudó enormemente a Irak a derrotar a ISIS y también a derribar el régimen de Saddam Hussein. Estamos trabajando en la construcción de una fuerte relación” basada en el «interés conjunto» y el «interés económico», dijo Kadhimi a la prensa durante la reunión bilateral.
La reunión entre ambos líderes tiene como objetivo reforzar las capacidades defensivas de Irak y mejorar su estabilidad y seguridad, lo cual incluye prevenir el resurgimiento de ISIS, según un alto funcionario de la administración que informó a los periodistas antes de la reunión.
El objetivo de la administración Trump también es «asegurar que la influencia maligna y desestabilizadora de Irán ya no esté presente y afecte la estabilidad y el entorno político y de seguridad dentro de Irak», dijo el funcionario, añadiendo que la reunión con el primer ministro es para «asistirlo para que pueda llegar a ese punto».
La visita de Kadhimi se produjo una semana después que Trump anunciara el acuerdo de paz de Israel con Emiratos Árabes Unidos, un gran avance en el esfuerzo por avanzar en la paz en Medio Oriente.
Trump promocionó el 19 de agosto el acuerdo, diciendo que otros países también quieren entrar al acuerdo. Dijo que esperaba que Arabia Saudita se uniera también.
La administración Trump cree que «hay mucho que hacer para mejorar y expandir» las relaciones de Irak con los estados árabes del Golfo.
Ranj Alaaldin, investigador visitante en el Centro Brookings de Doha, dijo que Irak necesita establecer lazos más estrechos con otros países árabes para tener un camino sostenible hacia la recuperación.
«Con el apoyo y el liderazgo de Estados Unidos, Irak puede reintegrarse al mundo árabe, revigorizar una relación con el Golfo que se base en intereses mutuos para ayudar a revivir la economía iraquí y reducir su dependencia de Irán en el proceso», escribió en un documento.
El gobierno de Estados Unidos también está presionando al gobierno iraquí para que llegue a un acuerdo presupuestario sostenible en la región del Kurdistán de Irak.
De acuerdo con la constitución iraquí, el gobierno regional del Kurdistán en Erbil tiene derecho a una parte del presupuesto nacional, pero ese acuerdo se vino abajo en 2014.
Washington también anunció USD 204 millones en ayuda humanitaria para alimentos y agua potable para Irak.
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