El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo a líderes de la región este miércoles que el dictador venezolano, Nicolás Maduro, es alguien «despiadado y corrupto» que «vendió su país a una dictadura extranjera», a Cuba, y prometió que «todo se arreglará» en Venezuela y habrá finalmente una «transición pacífica».
«Maduro ha vendido el alma de su nación a una dictadura extranjera, y eso lleva mucho tiempo siendo así. El mundo civilizado debe presionar al régimen de Cuba para que abandone Venezuela inmediatamente», dijo Trump durante una reunión en Nueva York con líderes de 18 países de Latinoamérica y el Caribe.
«Nuestras sanciones se han centrado en cerrar cualquier vía por la que Maduro pueda sostener su mandato criminal y totalitario. Y él (Maduro) ha sido despiadado, ha sido corrupto, ha sido lo peor que se puede llegar a ser», afirmó Trump.
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, anunció durante el acto que Washington aportará 118 millones de dólares más para afrontar la crisis humanitaria en Venezuela, de los que 36 millones se dedicarán a «operaciones de alivio» dentro de ese país y el resto a ayudar a los países vecinos que han acogido migrantes venezolanos.
Trump prometió que apoyará al pueblo venezolano «hasta que finalmente» caiga Maduro, y pronosticó: «Serán libres. Ocurrirá».
Insistió en que lo que desea es una «transición pacífica y constitucional que abra el camino a elecciones libres y justas».
Trump lamentó que «algunos países fuera de este continente siguen respaldando al régimen (chavista) con ayuda militar y tecnológica», pero no citó directamente a Rusia -a la que ha evitado criticar por su apoyo a Caracas- y centró en cambio sus críticas en Cuba.
«No debemos permitir que las fuerzas destructivas del socialismo repitan los horrores del siglo pasado», subrayó Trump.
El mandatario pidió asegurarse de que «el futuro del continente americano no lo escriben los socialistas o los tiranos, sino los patriotas que aman la libertad», y confió en que esa doctrina acabe imponiéndose en «Cuba, Venezuela y Nicaragua».
A la cita asistieron los presidentes de Colombia, Iván Duque; Chile, Sebastián Piñera; Ecuador, Lenín Moreno; y Honduras, Juan Orlando Hernández; además de representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Panamá, Paraguay, Perú, las Bahamas, República Dominicana, Haití, Jamaica y Santa Lucía.
También acudieron Julio Borges, el ministro de Asuntos Exteriores del gobierno encargado venezolano bajo la presidencia de Juan Guaidó; y su embajador en Washington, Carlos Vecchio.
Junto a CPRE @julioborges planteamos en nombre del pueblo de #Venezuela y de gob. legítimo del Pdte. (E) @jguaido, que única solución a la crisis es la actuación colectiva y urgente para detener amenaza que dictadura de Maduro representa para seguridad y estabilidad de la región. pic.twitter.com/7HwkXToWOM
— CARLOS VECCHIO (@carlosvecchio) 25 de septiembre de 2019
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, confió en que el encuentro sirva para que la comunidad internacional «tome medidas concretas para aumentar la presión» contra Maduro, y aseguró que la mayoría de líderes del continente están de acuerdo en que «ha llegado la hora» de que deje el poder.
«Los líderes que se reunieron hoy están unidos en su convicción de que nuestra respuesta conjunta a esta crisis será un momento definitorio en nuestra historia. EE.UU. también pide a todas las naciones que den más pasos para que el régimen de Cuba rinda cuentas por su papel directo» en la crisis venezolana, añadió Grisham.
La Casa Blanca celebró en particular el «robusto liderazgo de los presidentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú» en el tema de Venezuela.
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