El presidente Donald Trump y la primera dama Melania Trump desearon a los musulmanes de los Estados Unidos y de todo el mundo un feliz Eid al-Fitr en una declaración publicada por la Casa Blanca el 23 de mayo.
«En las últimas semanas y meses, mientras hemos luchado contra el coronavirus, hemos confiado en nuestra fe, familia y amigos para que nos ayuden a guiarnos en estos tiempos sin precedentes», dijo Trump.
«Mientras los musulmanes observan el día de Eid al-Fitr, esperamos que encuentren tanto consuelo como fuerza en los poderes curativos de la oración y la devoción. Ahora más que nunca se nos recuerda la paz tranquilizadora, el amor edificante y la comunión alentadora que la religión trae a nuestras vidas. Enviamos nuestros mejores deseos para un bendecido y alegre Eid al-Fitr», añadió.
El secretario de Estado Mike Pompeo y su esposa, Susan, también compartieron un mensaje a los musulmanes de todo el mundo que celebran esta fecha, declarando que «el Ramadán y el Eid sirven para recordar la importancia de la comunidad, los actos de servicio y la protección de las libertades fundamentales como la religión o las creencias, especialmente en esta época de crisis».
A principios de este mes, el embajador plenipotenciario para la Libertad Religiosa Internacional, Sam Brownback, se refirió al impacto que el COVID-19 está teniendo en las minorías religiosas de todo el mundo, señalando que países como Birmania, Malasia, India y Pakistán han experimentado problemas como la falta de atención sanitaria, el acoso, la xenofobia, la incitación al odio y la violencia física contra los grupos de minorías religiosas, incluidos los musulmanes y los cristianos.
En una conferencia de prensa virtual, Brownback señaló que en China se estaba perpetrando una persecución religiosa contra los tibetanos a pesar del estricto bloqueo, y que el régimen chino «estaba llevando a cabo una campaña para enviar un millón de policías a 10 millones de hogares en el Tíbet para restringir aún más a los tibetanos y al budismo tibetano, incluso durante la pandemia».
Añadió que la comunidad musulmana uigur también se enfrenta a un «aumento de las vulnerabilidades ya que se ven obligados a trabajar a pesar del riesgo del coronavirus, y están más expuestos».
En su declaración del viernes, Pompeo se refirió a la persecución de los musulmanes uigures, diciendo: «durante esta pandemia mundial, las comunidades musulmanas como los uigures, los rohingya y otros que se enfrentan a duros desafíos para practicar su fe se han enfrentado a amenazas aún mayores, incluyendo el uso de chivos expiatorios, el acoso y el confinamiento».
«Estamos especialmente agradecidos a las numerosas organizaciones islámicas privadas de socorro, en América y en todo el mundo, cuya heroica labor ha salvado vidas. Nos unimos a la comunidad musulmana en su solidaridad con los oprimidos, sin importar su fe o interpretación, y pedimos a todos los gobiernos que protejan la libertad religiosa para todos», añadió.
La fiesta del Eid al-Fitr, de tres días de duración, que marca el final del mes de Ramadán, será celebrada por millones de musulmanes entre el 24 y el 26 de mayo.
Durante el Ramadán, se espera que los musulmanes se abstengan de comer y beber desde el amanecer hasta el anochecer todos los días y que se dediquen a su fe a través de la reflexión espiritual, la oración y las obras de caridad.
El ayuno es uno de los cinco pilares del Islam, que forman la base de la vida musulmana. Los otros pilares son la fe, la oración, la caridad y la peregrinación a la ciudad santa de la Meca, conocida como Hajj.
Al igual que el Ramadán, el Eid al-Fitr comienza con el avistamiento de la luna creciente (un día después de la luna nueva), y es por eso que los musulmanes tienen que esperar hasta la noche anterior al Eid para verificar su fecha y, si la luna creciente no es visible, el Ramadán continúa durante otro día.
Como se trata de un acontecimiento lunar, la fecha de Eid al-Fitr cambia anualmente en el calendario gregoriano y varía de un país a otro dependiendo de la ubicación geográfica.
Normalmente, los musulmanes de todo el mundo celebran el Eid al-Fitr asistiendo a las mezquitas para participar en las oraciones comunales posteriores al amanecer, seguidas de un breve sermón. Luego pasan el día vestidos con sus mejores ropas y visitando a familiares, vecinos y amigos mientras intercambian abrazos y regalos.
Sin embargo, este año las oraciones del Eid en las mezquitas han sido canceladas en varios países (entre ellos Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia) debido a las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus, y en su lugar se ha dicho a los musulmanes que recen en casa.
En celebración del Eid, el 23 de mayo los talibanes declararon un alto el fuego de tres días en Afganistán a partir del domingo, y el presidente del país, Ashram Ghani, dijo que el gobierno acoge con satisfacción el anuncio y amplía la oferta de paz.
«Como comandante en Jefe he dado instrucciones a la ANDSF para que cumpla con la tregua de tres días y solo se defienda si es atacado», escribió en Twitter.
El mismo día, Trump instó a los gobernadores de todo Estados Unidos a permitir que las iglesias y otras casas de culto reabran este fin de semana si aún no lo han hecho, describiéndolas como «lugares esenciales que proveen servicios esenciales».
«Los gobernantes deben hacer lo correcto y permitir que estos importantes y esenciales lugares de fe se abran ahora mismo. Para este fin de semana. Si no lo hacen, anularé [la decisión de] los gobernadores. En América necesitamos más oración, no menos», dijo.
«Ministros, pastores, rabinos, imanes y otros líderes de fe se asegurarán de que sus congregaciones estén seguras mientras se reúnen y rezan», añadió Trump.
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