Unos turistas vieron a la distancia unos puntos blancos en la remota isla Wrangel en la costa norte de Siberia y pensaron que podrían ser pájaros, ovejas o cabras.
No eran nada de eso. Las manchas resultaron ser los depredadores terrestres más grandes del mundo, el oso polar. Al parecer unos restos de una ballena muerta arrojada por las olas los atrajo.
«Tenías que vivirlo para creerlo, incluso ahora hay personas que se pellizcan para asegurarse de que realmente sucedió«, dijo Rodney Russ en su blog, líder de la Expedición, propietario y fundador de Heritage Expeditions.
Un comunicado de prensa de la isla Wrangel destacó que llegaron unos 230 osos polares al sector.
“Había osos machos y hembras, algunos con osos pequeños de todas las edades, dos osos hembras con 4 pequeños. Los turistas tuvieron la suerte de encontrar una reunión única de osos mientras el barco pasaba por la isla».
«Entre ellos habían científicos y supervisores de seguridad de la nave. El grupo científico internacional para el seguimiento de la población de osos blancos en Chukotka y Alaska que trabajan en esa zona de la isla fue informado sobre el hallazgo. En este momento, se hacen minuciosas observaciones científicas”, señala el comunicado.
Russ afirmó que fue una visión asombrosa.
“Lo que vimos (y experimentamos) a continuación reescribirá las experiencias de viaje de la expedición. Estábamos navegando por la costa y vimos una «manada» o una «convención» de osos polares cerca de la playa», señaló el líder de la expedición.
“Había una cabeza de una ballena muerta y contamos más de 150 osos polares (de todas las edades, sexos y tamaños) que se alimentaban o habían estado alimentándose de ella en las inmediaciones de la ballena».
«Lanzamos los zodiac para verlos de cerca y esta es la memoria que todos llevaremos con nosotros … no hay palabras para describirlo. Comparto una foto con la esperanza de que retrate algo de nuestra experiencia», agregó.
Los osos polares machos pueden pesar entre 800 y 1500 libras (1700 a 3300 kilos) según los expertos. Los osos Kodiak, una subespecie del oso pardo, pueden llegar a ser tan grandes como 1.600 libras (3500 kilos), pero generalmente no son tan altos como los osos polares.
El oso polar más grande jamás registrado se observó en Alaska en 1960, con un peso de más de 2,200 libras (4850 kilos). Tenía 11 pies (3,3 metros) de altura.
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