El CEO de Twitter, Jack Dorsey, reconoció que su red social desconectó recientemente un algoritmo que había sido relacionado con la práctica de shadow banning, o censura oculta –la supresión no anunciada del contenido de los usuarios de las redes sociales. La práctica parecía estar dirigida principalmente a los conservadores, y en particular, a los partidarios del presidente Donald Trump.
Dorsey también dijo que la compañía tiene un largo camino por recorrer para garantizar que sus algoritmos no sean tendenciosos, de acuerdo a su testimonio escrito dado a conocer el 5 de septiembre, antes de responder preguntas del Comité de Energía y Comercio de la Cámara.
Si bien no dijo que el algoritmo rechazado apuntaba a los conservadores, manifestó que era uno de los algoritmos utilizados para filtrar de los resultados de búsqueda las cuentas «que tenían una mayor probabilidad de ser abusivas».
El llamado «filtro de calidad» elimina las cuentas afectadas de la categoría «más recientes» de los resultados de búsqueda, a menos que el usuario apague manualmente el filtro. El filtro luego vuelve a encenderse después de cada búsqueda.
La Gran Época revisó previamente decenas de cuentas de Twitter de partidarios y opositores de Trump que parecían exhibir patrones de comportamiento similares. Solo los seguidores de Trump fueron afectados por el filtro.
«Twitter decidió que se necesita un mayor nivel de precisión con los filtros para asegurar que estas cuentas estén incluidas en ‘más recientes’ de forma predeterminada», dijo Dorsey. «Twitter, por lo tanto, apagó el algoritmo».
Un vocero de Twitter aclaró que por «estas cuentas», Dorsey quería decir «cuentas abusivas».
La Gran Época informó el 3 de septiembre que las cuentas proTrump previamente chequeadas ya no parecían afectadas por el filtro desde alrededor del 31 de agosto, cuando Dorsey anunció que testificaría ante el comité de la Cámara de Representantes y el Comité de Inteligencia del Senado.
Máquinas tendenciosas
Dorsey rechazó la idea de que Twitter filtrara contenido basado en «cualquier afiliación, filosofía o punto de vista». Pero reconoció que los algoritmos pueden terminar siendo involuntariamente tendenciosos.
«Reconocemos que incluso un modelo creado sin una tendencia deliberada puede dar lugar a resultados tendenciosos», dijo. «La tendencia puede ocurrir inadvertidamente debido a muchos factores, como la calidad de los datos utilizados para capacitar a nuestros modelos».
Dijo que su compañía está «muy, muy al inicio» en su trabajo de abordar este problema.
Será el «rigor de la ingeniería» lo que evitará que los empleados de Twitter inyecten sus prejuicios en su trabajo, dijo.
«Ellos buscan equidad, buscan imparcialidad», dijo.
Sin embargo, eso no parece haber sido antes el caso.
Una cultura de parcialidad
Un ingeniero de Twitter, Pranay Singh, dijo previamente a los reporteros encubiertos del Proyecto Veritas, que la mayoría de los algoritmos diseñados para identificar cuentas «bot» automatizadas, en realidad se centraban en temas conservadores.
«Uno busca a Trump, o Estados Unidos, o cualquiera de las cinco mil palabras clave para describir a un campesino sureño», dijo.
Singh, sin embargo, no parecía hablar de un esfuerzo organizado para oponerse a Trump, sino más bien una incredulidad de que los partidarios incondicionales de Trump en Twitter pudieran ser genuinos.
«Simplemente mira un tuit [de Trump] al azar y observa a los seguidores. Todos están como armas, Dios, América, y la bandera estadounidense y la cruz’, le dijo al reportero encubierto. «Es decir, ¿quién dice eso? ¿Quién habla así? Eso seguro es un bot».
La tendencia antiTrump en Twitter no era tanto una política oficial sino una cultura de la compañía, de acuerdo con Mo Norai un exagente de revisión de contenido de Twitter, quien habló con un reportero encubierto el 16 de mayo de 2017.
«Como compañía, no puedes realmente decirlo porque te haría quedar mal, pero a puertas cerradas hay muchas reglas», dijo.»Como ‘Oye, tienes que hacer esto de esta manera’, o algo así. Nunca era por escrito, era más de palabra».
Los empleados de Twitter eran «probablemente un 90 por ciento antiTrump, tal vez un 99 por ciento antiTrump», en el momento en que trabajó allí, dijo Norai.
Sessions y Trump
Después de la audiencia del Comité de Inteligencia del Senado que continuó el 5 de septiembre con testimonios de Facebook y Twitter, el fiscal general Jeff Sessions anunció en un comunicado que se reunirá con «varios fiscales generales del estado este mes para discutir una creciente preocupación, de que estas compañías [de redes sociales] puedan estar perjudicando la competencia y sofocando intencionalmente el libre intercambio de ideas en sus plataformas».
Trump criticó las redes sociales en un evento en Indiana el 30 de agosto.
«Miras a Google, Facebook, Twitter y otros gigantes de las redes sociales, y yo dejé en claro que nosotros, como país, no podemos tolerar la censura política, las listas negras y los resultados de búsqueda manipulados», dijo Trump. «No dejaremos que las grandes corporaciones silencien las voces conservadoras».
En una entrevista el 4 de septiembre con The Daily Caller, Trump dijo que los gigantes de las redes sociales han interferido en las elecciones.
«Quiero decir, la verdadera interferencia en las últimas elecciones fue esa –si te fijas, prácticamente todas esas compañías son compañías súper progresistas. Estaban a favor de Hillary Clinton», dijo. «Quizás hice un mejor trabajo porque soy bueno con Twitter y soy bueno en las redes sociales, pero la verdad es que todos estaban del lado de Hillary Clinton, y si miras lo que estaba sucediendo en Facebook y con Google y todo eso, estaban muy de su lado».
El presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, Ajit Pai, dijo en una publicación de blog del 4 de septiembre, que los gigantes de la tecnología necesitan más transparencia. Él, sin embargo, se opuso a la regulación estricta de los servicios de Internet, similar a la forma en que se administran las utilidades. Tal nivel de regulación fue defendido previamente por figuras como el multimillonario progresista George Soros.
Reuters contribuyó a este informe.
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