Twitter parece haber modificado su práctica de shadow banning –la supresión no anunciada del contenido de un usuario en las redes sociales, también conocida como censura encubierta,– en vísperas de la audiencia programada del CEO Jack Dorsey ante el Congreso de Estados Unidos.
«Volando a DC para dos audiencias, este miércoles, con el Comité de Inteligencia del Senado para compartir el trabajo de Twitter en proteger la integridad de las elecciones, y con el Comité de Energía y Comercio de la Cámara para mostrar nuestro compromiso con la imparcialidad, la transparencia y la responsabilidad», escribió Dorsey en un tuit del 31 de agosto .
Casi al mismo tiempo, los partidarios del presidente Donald Trump comenzaron a informar que sus cuentas de Twitter ya no parecen estar afectadas por el «filtro de calidad» de Twitter.
El filtro elimina a las cuentas afectadas de los resultados de búsqueda a menos que el usuario apague manualmente el filtro. El filtro vuelve a encenderse después de cada búsqueda.
La Gran Época revisó anteriormente más de 50 cuentas identificadas por hashtags comúnmente asociados con seguidores de Trump, como #MAGA y oponentes de Trump, como #TheResistance. Casi todas las cuentas de los partidarios de Trump estaban afectadas por el filtro.
Al parecer, ninguna de las cuentas utilizadas por los oponentes de Trump fueron afectadas por el filtro, de acuerdo con la función de confirmación en el sitio web Shadowban.eu que nuestro periodista probó repetidamente para verificar que efectivamente puede identificar las cuentas que se han visto afectadas.
Cuando las mismas cuentas proTrump fueron probadas el 1 de septiembre, ninguna de ellas pareció verse afectada.
Alegría y sospecha
Con el hashtag #QFDBanLifted, los usuarios han publicado miles de tuits regocijándose sobre lo que algunos llamaron haberse liberado de la «cárcel de Twitter».
«Gracias Jack [Dorsey]. Tu corazón ha crecido», escribió el usuario SimpleMagnus en un tuit del 1 de septiembre. «Villa Twitter está cantando. ¡El Grinch de Twitter se fue!»
Muchos, sin embargo, expresaron escepticismo.
«Esto parece ser un esfuerzo coordinado de Twitter para encubrir cualquier fechoría antes de testificar ante el Congreso», dijo Mike Tokes, estratega político proTrump que dirige una firma de consultoría de redes sociales, en un tuit del 1 de septiembre.
Algunos también alegaron que la censura encubierta simplemente se ha vuelto más sigilosa.
«Todavía no celebro, los ingenieros de Jack pueden haber encontrado la forma de eludir el último detector de shadowban«, dijo el usuario Silent Lucidity, en un tuit del 1 de septiembre.
Otros usuarios han señalado que sus cuentas aún parecen estar afectadas.
«He estado atascado con 246.250 seguidores durante una semana. Incluso hoy», dijo Scott Presler, vicepresidente de Jóvenes Republicanos de Virginia Beach, Virginia, a La Gran Época en Twitter. «Gano y pierdo todos los días y parece quedar siempre alrededor de ese número. Mis impresiones son solo unas 200.000 por día, lo que es increíblemente bajo por la cantidad de seguidores que tengo y los retuiteos que recibo».
Los ejecutivos de Twitter han indicado previamente que los tuits y los resultados de búsqueda obtienen «una posición inferior» si los publican «actores de mala fe que pretenden manipular o dividir la conversación».
Twitter nunca aclaró cómo es que determina la «mala fe», pero dijo que incluye «acciones que realizas en Twitter», como a quién sigues o retuiteas, e incluso factores que escapan al control del usuario, como «quién te silencia, quién te sigue, quién te retuitea, quién te bloquea».
El presunto enfoque del filtrado de Twitter coincide con la descripción que hizo uno de los ingenieros de la empresa, Pranay Singh, sobre los algoritmos que se supone identifican las cuentas automáticas de robots, o «bots».
En realidad, la mayoría de los algoritmos apuntaban a los republicanos, dijo Singh a reporteros encubiertos del Proyecto Veritas.
«Busca a Trump, o Estados Unidos o cualquiera de las 5000 palabras clave para describir a un ‘redneck'», destacó el ingeniero.
Además del escrutinio del Congreso, el Presidente se refirió a la censura encubierta el 26 de julio y prometió «investigar de inmediato esta práctica discriminatoria e ilegal».
El 27 de julio, el representante republicano de Florida, Matt Gaetz, dijo que presentó una queja contra la compañía ante la Comisión Federal Electoral.
Gaetz y varios otros congresistas republicanos prominentes notaron que sus cuentas de Twitter habían sido excluidas de la función de sugerencia de búsqueda de la plataforma. Twitter declaró que eso se debió al comportamiento exhibido por sus seguidores en Twitter.
Gaetz estaba convencido de que su cuenta estaba afectada, dado que parecía que todos los congresistas afectados eran republicanos. Dijo que la supresión de su cuenta equivalía a una contribución de campaña ilegal para favorecer a sus oponentes.
Google y Facebook
Google y Facebook también enfrentan escrutinio por prácticas que parecen estar reprimiendo las voces conservadoras.
Trump dijo en un acto en Indiana el 30 de agosto que su administración está defendiendo los derechos de libertad de expresión, advirtiendo que no se puede permitir que grandes compañías de redes sociales «controlen lo que podemos y no podemos ver».
«Tú miras Google, Facebook, Twitter y otros gigantes de las redes sociales y yo dejé en claro que nosotros, como país, no podemos tolerar la censura política, las listas negras y los resultados de búsqueda manipulados», dijo Trump.
«No vamos a dejar que las grandes corporaciones silencien las voces conservadoras», agregó, señalando que «algún día también puede ocurrir al revés».
El Presidente criticó a Google en un par de tuits del 26 de agosto y citó un informe que encontró que el 96 por ciento de los resultados de Google Noticias para «Trump» provenía de medios izquierdistas.
El asesor económico de Trump, Larry Kudlow, dijo luego a los periodistas que la Casa Blanca estaba «echando un vistazo» a Google, y añadió que la administración haría «algunas investigaciones y algunos análisis», sin proporcionar más detalles.
A principios de este verano, el nuevo presidente republicano de la Comisión Federal de Comercio (FTC), Joseph Simons, explicó que la agencia vigilaría de cerca a las grandes compañías tecnológicas que dominan Internet. En una investigación previa, la FTC concluyó que Google estaba probablemente justificando el desarrollo de una función de búsqueda que ha perjudicado a otras compañías.
Reuters contribuyó a este informe.
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