Un alto al fuego unilateral de 36 horas, anunciado un día antes por el presidente ruso Vladimir Putin, entró en vigor al mediodía (hora de Moscú) a lo largo de la línea de frente de 680 millas entre las fuerzas rusas y ucranianas.
«A mediodía de hoy entró en vigor el régimen de alto al fuego en toda la línea de contacto», informaron los medios estatales rusos a mediodía del 6 de enero. «Continuará hasta el final del 7 de enero».
El alto al fuego unilateral tiene por objeto coincidir con la Navidad, que muchos cristianos ortodoxos celebran el 7 de enero.
En la mañana del 6 de enero, funcionarios ucranianos informaron que la ciudad de Kramatorsk, ubicada en la región oriental de Donetsk, había sido atacada por la artillería rusa.
Según el alcalde de Kiev, los ataques dañaron varios edificios pero no causaron víctimas.
Pero al momento de redactar este artículo—unas siete horas después de la entrada en vigor del alto al fuego—las autoridades ucranianas no habían informado de nuevos ataques rusos.
Las fuerzas ucranianas, por el contrario, continuaron atacando posiciones rusas en varias áreas a lo largo de la línea del frente, según fuentes rusas.
La agencia de noticias TASS de Rusia informó que la ciudad de Donetsk, la capital de la región de Donetsk, había sido atacada—precisamente a mediodía—por una intensa descarga de artillería ucraniana.
En su informe diario del 6 de enero, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que las fuerzas ucranianas, a pesar del alto al fuego, “continuaron con el bombardeo de artillería de áreas pobladas y posiciones rusas”.
El ministerio citó presuntos ataques ucranianos con mortero o artillería en las regiones de Donetsk, Lugansk y Zaporizhzhia.
En particular, el ministerio agregó que las unidades ucranianas que habían llevado a cabo los ataques fueron «reprimidas» por el contraataque de las fuerzas rusas.
The Epoch Times no pudo verificar las afirmaciones del ministerio.
El 5 de enero, Denis Pushilin, un líder prorruso en Donetsk, advirtió que las fuerzas rusas responderían de la misma manera si les disparaban durante el alto al fuego.
Hablando en las redes sociales, Pushilin dijo que el alto al fuego solo se aplicaba para «iniciar el fuego o avanzar por nuestra parte».
“No significa que no responderemos a las provocaciones del adversario”, agregó.
Según Pushilin, las fuerzas ucranianas tampoco tendrían «la oportunidad de mejorar sus posiciones en la línea de combate» durante el curso del alto al fuego de 36 horas.
Kiev y sus aliados califican a la tregua como estrategia
Putin anunció el alto al fuego unilateral en la noche del 5 de enero en una medida que sorprendió a muchos observadores.
La iniciativa se habría basado en una petición del Patriarca Kirill, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa y aliado ideológico de Putin.
“Dado que muchos cristianos ortodoxos residen en el área de las hostilidades, hacemos un llamado a la parte ucraniana para que declare un alto al fuego que les permita asistir a los servicios religiosos en la víspera de Navidad y el día de Navidad”, decía una declaración del 5 de enero emitida por el Kremlin.
Tanto en Rusia como en Ucrania, la mayoría de la población profesa la fe cristiana ortodoxa, que se separó de Roma en el siglo XI.
Sin embargo, el anuncio del Kremlin de un alto al fuego unilateral de Navidad fue recibido con desprecio por los líderes ucranianos en Kiev.
En su video discurso nocturno del 5 de enero, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski acusó a Moscú de «utilizar la Navidad como encubrimiento…para detener los avances de nuestros chicos en Donbás y acercar equipos, municiones y tropas movilizadas a nuestras posiciones».
La región de habla rusa de Donbás, que incluye las provincias de Donetsk y Lugansk, sigue siendo escenario de feroces combates terrestres entre las fuerzas rusas y ucranianas.
Mientras tanto, Washington respondió al anuncio del alto al fuego con un escepticismo similar.
“Tenemos poca fe en las intenciones detrás de este anuncio”, dijo Ned Price el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. en una sesión informativa diaria el 5 de enero.
“Nuestra preocupación… es que los rusos busquen usar cualquier pausa temporal en el combate para descansar, reequiparse, reagruparse y, en última instancia, volver a atacar», añadió.
Cuando se le preguntó si Washington había aconsejado a las fuerzas ucranianas que siguieran luchando a pesar del alto al fuego unilateral, Price dijo: “Estas son decisiones que Ucrania tendrá que tomar”.
En febrero pasado, las fuerzas rusas invadieron a Ucrania con el objetivo declarado de proteger a los separatistas prorrusos de Donbás de los supuestos abusos del gobierno de Kiev.
Kiev y sus aliados occidentales, por su parte, ven la invasión rusa de Ucrania como una “agresión no provocada” contra una nación soberana.
El pasado mes de septiembre, Moscú incorporó formalmente cuatro regiones de Ucrania a la Federación Rusa tras celebrar polémicos referéndums.
Kiev, que ha recibido miles de millones de dólares en asistencia financiera de sus aliados—y grandes cantidades de armas y equipos—ha prometido en repetidas ocasiones recuperar las cuatro regiones por la fuerza de las armas.
Con información de Reuters.
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